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26 de agosto de 2009

La Atlántida queda en Puerto Rico

Por coincidir con días de Lollapalooza y de mucho agite político en Venezuela, se me traspapeló hacer referencia al artículo que escribí para la revista Contratiempo del mes de agosto, La Atlántida queda en Puerto Rico, parte de un número dedicado a los ires y venires de los puertorriqueños en Estados Unidos.

19 de agosto de 2009

Elogio al ponchado sin tirarle

Ser puesto out sin ni siquiera intentar darle a la bola que lanzó el pitcher, es una situación que creo no tiene similar en el deporte.
Es como no moverse en la partida de una carrera o no lanzarse a la piscina, pero esa sería una circunstancia tan inusual que quien se quedara petrificado recibiría una atención y preocupación especial. Se podría comparar con el portero que se queda clavado en su sitio en un tiro libre sólo para ver el balón colarse al fondo de la red, pero el portero es quien defiende, quien evita que se logre el objetivo del juego; así, la analogía con el ponchado sin tirarle habría que buscarla en la inédita situación del futbolista que no es capaz de dar un paso para patear el balón. Lo más parecido al ponche sin tirarle puede ser el as del tenis, pero la dinámica del juego hace que el saque sin respuesta sea seguido casi de inmediato por un nuevo saque y el tenista que no pudo siquiera moverse frente al saque del otro, en pocos instantes tendrá la oportunidad de realizar él mismo su propio saque incontestable, quitándole todo peso emocional al as.
En cambio, el bateador que ve cómo le cantan el tercer strike tiene que convivir con su inacción sin que el juego le brinde una verdadera oportunidad de revancha, porque la dinámica del béisbol es tal que cada turno al bate tiene su historia única y específica. Uno no puede reconstruir minuto a minuto el fútbol o el básquetbol, ni recontar el tenis volea por volea. Pero el béisbol, como el ajedrez, puede ser reproducido jugada a jugada con todos los detalles y especificaciones. He ahí lo terrible de perder esa oportunidad única sin siquiera haberlo intentado.
La caminata de regreso al dogout que tras ser ponchado sin tirarle tiene que realizar el bateador con su inútil bate a cuestas, es el momento de mayor soledad del deporte. En ese tiempo cualquier cosa que pase por la cabeza del pelotero tendrá que ver con su arma engatillada, con su rendición sin condiciones, con su total indefensión e impotencia. Desvalido y sin recursos, el bateador que se poncha sin tirarle tiene que sobreponerse a la vergüenza de haberse entregado sin siquiera haber intentado ayudar a su equipo a conseguir el objetivo del juego: darle a la bola para anotar carreras. Y sin embargo, el ponchado sin tirarle esperará que le vuelva a tocar el turno al bate y de nuevo se parará delante del lanzador con su bate en posición, esperando que en esta oportunidad ese largo mazo sirva para algo. No es fácil tener esa fortaleza.

18 de agosto de 2009

Cultural differences

Una amiga nos comentaba que piensa mudarse de la zona donde actualmente vive, Logan Square. Estuvimos de acuerdo con ella, esa zona no es de las mejores de Chicago y ella tiene cómo mudarse a un sitio más seguro. "No, no es por eso", a ella la zona le encanta y no ha tenido problemas de delincuencia ni nada por el estilo. Su problema es la combinación entre el verano y los puertorriqueños. Al pedirle una explicación nos dijo que el calor veraniego la obliga a abrir las ventanas y no soporta la música a todo volumen de los puertorriqueños de la zona. Tratando de mostrarme empático, le digo que no es fácil convivir con el reguetón y la salsa a toda mecha. Entonces responde que ojalá fuera reguetón y salsa, es el vals la que la está sacando del lugar, y remata diciéndonos que no se explica por qué las niñas puertorriqueñas se la pasan todo el día escuchando vals. Entre risas le explicamos lo de los quince años y las cuadrillas, y aunque perdonó a las niñas igual está decidida a mudarse.

14 de agosto de 2009

Lou Reed


Los roadies estaban tensos, algo no funcionaba en el escenario, algo suficientemente complicado y delicado que produjo el único retraso significativo en tres días de concierto tras concierto. Veinte minutos después de lo estipulado, Lou Reed salió a escena escoltado por la banda, y de inmediato, un vistazo fue suficiente para observar en los músicos la misma tensión.
Lou Reed, el sobreviviente, porque después de Brian Jones, Jimmy Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, ¿a quién le tocaba? Le tocaba a Lou Reed, que parecía haber acabado su carrera para 1971, que tuvo que ser rescatado del desinterés por David Bowie, que tenía que vivir bajo la sombra de la influencia de Andy Warhol sobre su trabajo cuando fue el sonido de The Velvet Underground lo que atrajo a Warhol y no al revés. Lo cierto es que 40 años después, ahí estaba, caminando en el escenario con paso lento, cansado. Un caminar que se rejuveneció apenas su roadie le guindó la guitarra sobre los hombros. De pronto, todo era energía y fuerza, 40 años después Lou Reed sigue siendo el de la banda de rock 'n' roll:



Lou Reed está viejo, qué duda cabe, y debe ser un viejito cascarrabias, de esos que no acepta que le lleven la contraria y que cambia de parecer porque se le olvidó su parecer anterior. Eso explica la tensión de músicos y roadies. Porque Lou Reed es un dictador sobre el escenario. No para de dar instrucciones y de exigir cosas a sus músicos. Hubo un momento en que se acercó a uno de los guitarristas, le dijo algo al oído y la reacción del otro fue dejar caer los brazos y sacudir la cabeza en un incrédulo no, para de inmediato llamar a un roadie y cambiar la guitarra. La instrucción de Reed debe haber sido algo así como "vuelve a la afinación original" o "no me gusta como está sonando". Pero eso diferencia a Reed de otros viejitos cascarrabias. A veces lo que pide es que el baterista golpee más duro el instrumento o que el saxofonista se rompa la garganta porque Reed quiere que llegue más alto, más alto, más alto. A veces lo que quiere es hacer ruido, porque el rock 'n' roll, si lo sabrá él, no está completo sin distorsiones, disonancias, estridencias y cacofonías:



Como siete minutos duró ese juego con las posibilidades de los instrumentos para transgredir tanto armonías como la paciencia del público: tres días de música, más de 20 horas de conciertos, y tuvo que ser el viejito Reed el que sacara al público de su zona de comodidad, el que de verdad los sacudiera, porque el público no sabía si aplaudir o taparse los oídos, no entendía lo que estaba sucediendo en escena, como hace 40 años el público no entendía lo que sucedía cuando los Velvet se montaban sobre el escenario. 40 años no han sido suficientes para domar a Lou Reed, aunque él, más sabio, más diablo, nos lo ha puesto más sencillo:



Con Walk on the wild side terminó la presentación de Lou Reed. Si veinte años no son nada, 40 son el doble, y aunque las huellas del paso del tiempo y de los desenfrenos están sobre la piel de Reed, el espíritu luce intacto, el sonido y la actitud desmienten a Ian Anderson, de Jethro Tull, que cantaba Too old to rock 'n' roll, too young to die. Lou Reed le respondería que nunca se está demasiado viejo para el rock 'n' roll.

13 de agosto de 2009

Kaiser Chiefs en Lollapalooza 2009

Freedom of speech in the Venezuela of Hugo Chávez

A group of Hugo Chávez supporters attacked a journalist because she was in a demonstration against a law's project. This photo is the example of the state of the liberties in Venezuela:

11 de agosto de 2009

Natural Born Reguetonero

Sí, sé que soy exagerado y radical, y si lo pienso bien, la música de The Raveonettes sí merece taparse los oídos de vez en cuando. Pero al ver a este niño durante la presentación de la banda en Lollapalooza, no pude sino augurarle un futuro de reguetonero:

Lollapalooza - epílogo



Lo que lamento haberme perdido: al parecer Bat for Lashes fue excelente, no habría tenido problema de cambiar a Portugal. The Man. Aunque nunca estuvo en discusión no ver a Depeche Mode, me habría encantado poder ver a The King of Lion.

Lo que menos me gustó: Definitivamente Animal Collective, intrascendentes, decepción total. El espectáculo de Of Montreal, aunque ignorando la tarima surgía con toda su fuerza la excelente música que están tocando.

Lo mejor: Lou Reed, TV on the Radio, Artic Monkeys, Depeche Mode, Kaiser Chiefs, Yeah Yeah Yeahs, injusto tratar de establecer un orden de preferencia, todos actos increíbles, poderosos, inolvidables.

Lo tierno: la cantidad de familias presentes, incluso con niños en coche y con sus tapones para los oídos, rock y tetero, el mejor alimento.

Lo emotivo: Tunde Adebimpe, cantante de TV on the Radio, dedicándole la presentación a Adam Yauch; Karen O también lo hizo, aunque de parte de los Yeah Yeah Yeahs era obligado, porque ellos entraron a Lollapalooza en sustitución de los Beastie Boys. Kevin Barnes, líder de Of Montreal, cerró su presentación regalándole su guitarra a un espectador, no a cualquiera, Barnes señaló específicamente a la persona que quería dársela, probablemente el que le pareció que disfrutó más de la primera fila.

Lo solidario: en uno de los escenarios, un grupo de intérpretes de lenguaje de señas traducían las canciones al ritmo de la música. Aquí, un pequeño fragmento:



Lo de todas partes: Saltar la reja, correr a la olla y quitarse la camisa para confundirse entre la gente y despistar a la seguridad es una técnica universal. Eso sí, me quito el sombrero ante el pana que vi entrar a Grant Park por una zona donde había doble reja, saltando al estilo de los jumpers de aquellos comerciales de Nike: pie por delante, manos solo para controlar el salto, un paso en el piso para reimpulsarse y repetir el movimiento, admirable. Monte hay en todas partes, pero la cantidad de parrillas que vi y olí me impresionó.

Lo de por estos lares: Hay dos clases de gente: los que tienen tatuajes y los que no. Pero el look festival de verano incluye a muchísima gente que se hace body paintings y tatuajes temporales; como siempre, algunos diseños son hermosos, otros estrambóticos y están los que parecen delirios producto de los vapores de las cremas antiacné. Al parecer, el ula ula también es parte importante de la movida festival veraniego, al final del párrafo un videíto de la chica del ula ula Lollapalooza. Aunque la del festival de blues gana. En parte porque soy caraqueño, pero salir de un concierto junto a 250 mil personas, tomar el autobús y estar en la casa en menos de una hora me pareció casi casi un milagro.



No he podido subir un video de Kaiser Chiefs y tres de Lou Reed, pero pendientes.

10 de agosto de 2009

Fotos del tercer día de Lollapalooza 2009

Portugal. The Man



Kaiser Chiefs:



The Raveonettes:



Neko Case:



Passion Pit:



Lou Reed:



The Band of Horses:



The Killers:



Jane's Addiction:

Lollapalooza, día 3

Llegó la jornada final en un día de tanto calor que fue de agua gratis y de bomberos lanzando rocío. El sol y una agenda que comenzaba a la 1:30 garantizaba lo que en Venezuela llamamos bronceado portugués, qué mejor entonces que empezar con Portugal. The Tan, digo, Portugal. The Man. Buenos instrumentistas, a veces realmente furiosos, pero otra vez la onda retro es tan exagerada que uno termina cuestionando a la banda por su falta de imaginación. En todo caso, la música siempre se disfruta cuando es tocada con alto nivel y los Man tienen lo suyo en los dedos. Eso sí, sorprende que el guitarrista y líder vocal pocas veces le da la cara al público. No así Ricky Wilson, cantante de los Kaiser Chiefs, banda que resultó mi sorpresa positiva del evento. Porque no esperaba tanto de ellos y son de las mejores bandas en escena que haya visto. Un sonido impecable y un front man que derrochó energía y simpatía, animó, saltó, se subió en las cornetas, bajó del escenario y cantó al borde de la multitud, volvió a bajar para escuchar junto al público a su banda favorita, e incluso lució una humildad sin el sobrecogimiento de Karen O la noche anterior, al preguntarle a la platea si conocían a los Kaiser Chiefs; ante la respuesta afirmativa, Wilson dijo que eso debía ser por la siguiente canción y comenzaron a tocar Ruby, el tema que más sonó de su segundo disco. No estaba fácil competir con semejante derroche y The Raveonettes ni lo intentaron, pues son del tipo de bandas que escasamente interactúan con el público. Guitarreo sucio, quizás herencia de bandas como My Bloody Valentine pero con más gusto pop, los Raveonettes suenan sabroso pero uno termina desentendiéndose de lo que sucede en escena porque en escena no sucede nada. Llegaría el turno de Neko Case. ¿Grado de tolerancia a la música country? Tres canciones, suficientes para escuchar People got a lotta nerve. De ahí a Passion Pit, banda de dancepunk que no le hace daño a nadie, tres canciones más y ya, hora de asegurarse un buen puesto para Lou Reed. A Lou Reed le dedicaré una entrada aparte. Lo único que diré aquí es que un asunto técnico hizo que se retrasara el comienzo de su sesión, lo cual creo que terminó robándole tiempo a la presentación de Band of Horses. Un tiempo que para mí no necesitaron, porque otra vez tres canciones fueron suficientes para reasegurarme que esta onda setentosa no me interesa desde el segundo disco de los Black Crowes. Como nota curiosa hay que decir que Reed, que no sólo vivió los sesenta, los setenta, los ochenta, sino que además fue parte de quienes definieron el sonido de esas épocas, tiene en su banda a un encargado de las mezclas y los efectos; escuchar a Fleet Foxes, a Portugal. The Man, a Band of Horses y a otras bandas no presentes en el festival como The Black Keys, es como que le nombren a uno a Eva Perón y que venga a la mente la imagen de Madonna cantando Don't cry for me, Argentina. Al otro lado del parque comenzaba The Killers, banda cada vez más melosa pero de sonido impecable. Cinco canciones fueron suficientes para comenzarme a aburrir, así que caminé de nuevo de extremo a extremo del parque para ver el final de Jane's Addiction. Fue extraño. Todavía suenan duro y la guitarra de Dave Navarro chilla como pocas, pero los Addiction nunca debieron separarse tras el éxito de Ritual de lo Habitual, y sus reuniones solo sirven para reafirmarlo. Que el espectáculo, 20 años después, siga basándose en la estética de ese disco y del anterior, Nothing Shocking, es exagerar aquello de vivir de glorias pasadas o simplemente es ausencia total de ideas. Eso sí, terminaron con un momento que habría sido más significativo hace diez años: llamaron a escena a Joe Perry, guitarrista de Aerosmith, anunciaron que los estará acompañando durante al menos el próximo año y tocaron Jane says para cerrar el concierto y el Lollapalooza. Las fotos de la jornada las pongo más tarde. Por ahora, unos videos, todos fragmentos de canciones, del día sábado:

Artic Monkeys:



TV on the Radio:



Yeah Yeah Yeahs:

9 de agosto de 2009

Lollapalooza, día 2

La lluvia del viernes dio paso al día más caliente en lo que va de año en Chicago, justo la jornada más exigente para mí del Festival. A lo largo de Grant Park hay ocho escenarios, donde los cuatro principales están dos a dos en ambos extremos del parque, siempre con espectáculos simultáneos. Para llegar de un lado a otro hay que realizar una caminata de entre cinco y diez minutos. Mi agenda del día me obligaba a moverme de un extremo a otro del parque durante todo el día, que comenzó con Los Campesinos!, divertida banda que adereza su ritmo postpunk con violín, xilófono y melódicas de esas que todos tuvimos como juguete cuando niños. Un muy buen show, que fue mejorando en la medida que ajustaban un par de problemas con el sonido. Luego vino el turno de Gomez, banda que por momentos parece querer ser una Dave Mathews Band, por momentos quiere innovar un poco. Sobrios en escena, buen guitarreo, pero nada novedoso. Llegaba el turno del primer gran número del día, Artic Monkeys. Señores, Artic Monkeys, qué sonido, qué fuerza, qué energía, impecables, una banda espectacular. Por la caminata desde Gomez a Artic Monkeys quedé algo atrás para los Monkeys; no quise correr el riesgo con TV on the Radio, así que sacrifiqué a Glasvegas, lo que me permitió escuchar sin ver a Santigold, valdrá la pena prestarle mayor atención en otro momento, no solo porque es ella quien propició con su música la escena del verano, también por un clon de Killing an Arab que sonó excelente. Pero llegó el momento que más esperaba del festival: TV on the Radio. Sin palabras. Potentísimos, una banda única, una banda genial, una banda llamada a adueñarse de la década del 10, un sonido impresionante que debió haber sido dejado para el cierre, porque después de eso no había para más nadie. Y el más nadie fue sobre todo Animal Collective, la gran decepción de los dos días, es lo malo de los colectivos, uno nunca sabe cuándo vienen con todo. El espectáculo, más simple imposible, mucha secuencia y poca sustancia, no fue difícil irme antes de que terminara para poder ubicarme en una buena posición para los Yeah Yeah Yeahs. Karen O es pura energía, la heredera de la fuerza en escena de Gwen Stefani. Pero a la banda todavía le falta algo, quizás considerarse grandes: Karen no podía creer que estuviera ahí, lo dijo varias veces, y dadas las circunstancias, entraron a última hora para remplazar a los Beastie Boys, tenía algo de razón; pero después de mandar a detener una canción para comenzarla de nuevo y de que se le olvidara la letra de Maps, uno se pregunta si no se sentían subidos de lote. Pero el show muy bueno, y el carima de Karen O supera con creces cualquiera de sus deficiencias.

Los Campesinos!



Gomez



Artic Monkeys



TV on the Radio



Animal Collective



Yeah Yeah Yeahs

8 de agosto de 2009

Lollapalooza, día 1

El clima hizo de las suyas y la lluvia fue parte del primer día de Lollapalooza. Escuché a Ben Folds en la cola para entrar a Grant Park y debo decir que lamento no haber llegado a tiempo. Fleet Foxes es una banda a la que no le veo mucho futuro, son tan retro que uno no logra imaginárselos sino repitiéndose en los próximos discos. Con los Foxes tocando y el barro, de pronto uno sentía que Janis Joplin iba a pasar caminando en cualquier momento. Y si los Foxes vivieran en el año que quieren vivir, al escucharlos Joplin les hubiera dicho: "No sean quedados en la nota, estamos en 1969, ya los 60 se acabaron". The Decemberists, histriónicos, virtuosos, excelentes, con la onda retro un poco más controlada, por lo que el permanente coqueteo con el rock sinfónico nunca se transforma en el aburrimiento en el que desembocó todo el rock sinfónico. Of Montreal dañaron su gran música con un espectáculo de poca imaginación y de mal gusto. Depeche Mode, impresionante cierre. Treinta años pueden pasarte factura en escena o pueden convertirte en un monstruo de los escenarios, a Depeche le sucedió lo segundo. Se pasearon por todo su repertorio y clásicos como Personal Jesus sonaron completamente actuales sin sacrificar su escencia. Son realmente increíbles, las tres bandas que los precedieron están marcando pauta y sin embargo se sintió la diferencia, aquí llegaron los jefes, los dueños del festival.

Fleet Foxes:



The Decemberists:



Of Montreal:



Depeche Mode:


1 de agosto de 2009

Mi Lollapalooza

El viernes que viene comienza Lollapalooza y este es el lineup que preparé para el fin de semana:

Viernes:
The Builders and the Butchers
Heartless Bastards
Ben Folds
Fleet Foxes
The Decemberists
Of Montreal
Depeche Mode

Me perderé: King of Leon (coincide con los Depeche) y Thievery Corporation (coincide con los Decemberists).

Sábado:
Los Campesinos!
Gomez
Artic Monkeys
Glasvegas
TV on the Radio
Animal Collective
Yeah Yeah Yeahs

Me perderé: Ben Harper and Relentless 7 (coincide con los Collective)

Domingo:
Ra Ra Riot
Portugal. The Man
Kaiser Chiefs
The Raveonettes
Neko Case
Lou Reed
Band of Horses
Y la única indecisión que tengo todavía: Jane's Addiction o The Killers

Me perderé: Deerhunter (coincide con Lou Reed), Vampire Weekend y Passion Pit (coinciden con Neko Case, aunque tal vez pueda ver media hora de los Passion), Bat for Lashes (concide con The Man) y bueno, alguno entre los Adicction y los Killers, la decisión no está fácil.

Twitter contra Hugo Chávez

#FreeMediaVe Chávez vs Twitter creado por @Barkach  on Twitpic

Imagen creada por @Barkach, a raíz de la postura del gobierno de Venezuela ante la reacción de los tuiteros venezolanos por el cierre de emisoras de radio en el país.