En estos días he estado leyendo mucho sobre el futuro del libro frente a las ediciones digitales, discusión que más que tocar aspectos de formato es una discusión sobre el futuro de un negocio: el editorial. Y en esa discusión, un punto que creo vale la pena tocar hasta el cansancio es el cambio en el negocio que está produciendo la ampliación de las audiencias del principal responsable del libro: el autor.
El mejor consejo que hoy en día se le puede dar a un aspirante a escritor es que tenga un blog. Eso le abre de inmediato un abanico de opciones, entre las cuales está la de llegar a gente en cualquier país, en cualquier lugar. Este blog que estás visitando, por ejemplo, que tiene un número de visitas mensuales bastante modesto comparado con los blogs líderes de cualquier ranking, suele tener una audiencia repartida entre Venezuela, España, México, Argentina, Colombia, Estados Unidos, Perú, Chile y algunos otros países de aparición esporádica. A la hora de publicar un libro, son pocas las editoriales que de entrada pueden o se atreverían a ofrecer a un escritor desconocido como yo una distribución de semejante amplitud, a menos de que la oferta se realice en formato digital.
En términos de audiencia, la publicación en papel parece condenada a resultar cada vez menos atractiva para autores que utilizan la web como parte principal o importante de su trabajo. Eso, más que cualquier formato o plataforma, más que cualquier modelo de negocio rentable, más que cualquier intento de conservar la hermosura del libro en papel, será lo que terminará decretando la supremacía del libro digital.