Yo no sé nada de blues. Por eso, al asistir al festival de blues de Chicago, básicamente lo que hice fue sentarme en la grama y disfrutar de una buena música de fondo. De pronto, muy cerca de mí, un hombre salió corriendo y abordó a un viejito que tranquilo caminaba por la calle. El hombre sacó una libreta y un bolígrafo y le pidió el autógrafo al viejito, que muy acostumbrado a esos menesteres se lo dio sin apenas desviar su camino. Quién sabe qué leyenda del blues sería el viejito y quién sabe qué otras leyendas del blues pasaron a mi lado y yo ni pendiente, completamente ciego por no saber. Ante semejante evidencia, no me quedó otra que filmar a la chica del ula ula:
Play cumple cinco años
Hace 4 años.
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