Chicago es una ciudad extrema, al menos en cuestión de clima. De los avisos para tener cuidado por frío extremo, por tormenta de nieve, por tormenta de relámpagos, llegamos hoy al aviso de calor extremo. Imagino que hay algo de exageración en tanto aviso, producto de la cultura de la paranoia en que viven los estadounidenses, pero no deja de ser impresionante que hace pocos meses las autoridades hablaran del riesgo a morir congelado si las personas se exponían mucho tiempo al aire libre y que hoy estén hablando del riesgo a morir deshidratado si las personas se exponen mucho tiempo al aire libre.
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