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28 de abril de 2007

Crímenes Sonados

Cada vez que veo C.S.I. siento un olorcito a mentira que no es producto de ver cómo atrapan al asesino gracias a la cutícula que se mordió y escupió víctima de la ansiedad justo antes de cometer su crimen. No, estoy siempre muy abierto a aceptar como veraz todo método que se le ocurra a Grissom; si no, nunca viera C.S.I. Lo que creo absoluta ficción, irrealidad total, es el despliegue de recursos, el gasto de horas-hombre, de horas de laboratorio, de reactivos, de pruebas y experimentos, para descubrir quién mató a un homeless y dejó su cadáver abandonado por dos o tres meses hasta que alguien por casualidad lo encontró. En mi escepticismo hacia el funcionamiento del aparato estatal, sólo me creo los capítulos donde el antipático de Eckley le respira sobre la nuca a Grissom para que resuelva el caso. Pienso que en todas partes es más o menos lo mismo, los recursos, los esfuerzos, los despliegues de horas y de hombres, se reservan para determinados casos, para aquellos que es perentorio darles respuesta. Y mientras más crímenes se cometen, más selectivo se vuelve el aparato estatal a la hora de abocarse a alguno.
En estos días, el aparato estatal venezolano nos está mostrando su eficiencia cuando se trata del caso sonado, cuando tiene al Eckley de la farándula respirándole para que dé con los asesinos de Yanis Chimaras, y al Eckley de los motorizados exigiendo respuestas sobre el asesinato de Arquímedes Franco. Muchos se han preguntado qué diferencia hay entre Chimaras y los 40 venezolanos que mueren en promedio los fines de semana, o qué diferencia existe entre Franco y los otros 76 motorizados asesinados durante lo que va de 2007, situación que Franco denunció incluso desde la cama de la que no pudo levantarse. Algunos, incluyendo al ministro Pedro Carreño, se apresuraron a responder que la diferencia es que ambos eran sindicalistas del chavismo. Mi respuesta es: Eckley. No sería nada fácil para el gobierno tener a un grupo tan visible como el de los artistas clamando por justicia en el caso Chimaras; ni puede arriesgarse a que los motorizados vuelvan la ciudad un mayor caos mientras piden castigo para los asesinos de Franco.
Por eso, la pregunta que puede darnos más respuestas sobre cómo es nuestro gobierno, está en otros casos muy sonados y no resueltos, ¿por qué no hubo un Eckley en esos casos? O, más interesante todavía, ¿cuál fue el Eckley que respiró sobre la nuca del aparato estatal para que esos casos permanezcan sin resolverse?

2 comentarios:

Cástor E. Carmona dijo...

Lúcido y lucido post, amigo, sobre todo lo de CSI (a mí también me da mucha desconfianza tanto despliegue en algunos capítulos de la serie por conseguir al asesino de un recogelatas). Sobre lo otro, por estos lares ya la muerte es costumbre

Luis Alejandro Ordóñez dijo...

muchas gracias por tu comentario, Cástor, y disculpa lo tarde de mi respuesta, pero tenía este lugar medio abandonado. Un gran saludo