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26 de abril de 2011

Tres claves para el éxito de la revista Orsai

La revista Orsai ya va por su segundo número y ha vuelto a resultar todo un fenómeno, al menos según lo que nos informa desde su sitio Hernán Casciari. El éxito de la revista muestra a las claras que hay mucha gente ávida de contenido de calidad, que quiere leer buenos textos en ediciones cuidadas. Pero también demuestra lo importante que es la forma en que se hacen llegar esos textos a las personas. La innovación más grande de la revista no está en su contenido sino en su forma de distribución y en la manera cómo construyeron un sistema para estar disponibles a la mayor cantidad de lectores. Orsai dio una lección que todos aquellos que estamos metidos en eso de llegarle al público deberíamos aprender.
Sí, la distribución pensada en llegar a lectores y no simplemente en llegar a las estanterías, esa es la primera clave del éxito de la revista Orsai. La mayoría de las experiencias editoriales siguen pensando que es suficiente con estar en las librerías o en los grandes almacenes o en los primeros lugares de las búsquedas en Internet. Pero la relación más preciada hoy en día es la directa con el público y Casciari la llevó a un extremo interesantísimo, al convertir al lector en parte responsable y directa de la distribución de la revista. Algunos dirán que en el fondo se trata de un sistema de suscripciones, pero yo respondería que la urgencia detrás del hecho de que la revista estará solo donde hay lectores pidiéndola e involucrándose en recibirla, va mucho más allá de la suscripción. El suscriptor espera tranquilo en su casa, el lector de Orsai se activa para recibir el próximo número.
La avidez que por el próximo número genera ese rol de lector-distribuidor es alimentada por Casciari en un proceso de curaduría pública, que para mí es la segunda clave del éxito de la revista. Casciari genera expectativas, habla del número por venir, lo muestra en abrebocas, da razones personales para que cada uno de los textos, de los autores, de los ilustradores estén ahí. Son pocas las publicaciones periódicas que hacen eso, la mayoría se limitan a salir burocráticamente en la fecha determinada. Las editoriales hablan muy poco o mantienen en secreto su proceso. Pero la rutina no es buena amiga en estos tiempos de acceso ilimitado y exceso de opciones, Casciari lo sabe y por eso muestra que su trabajo de elaborar cada número no es para nada rutinario. Si la revista es especial, todo su proceso tiene que serlo y Casciari se toma muy en serio el trabajo de mostrar lo único e irrepetible que será el próximo número de su revista. Así, al llegar a los lectores, estos saben que tienen algo especial en las manos o en la pantalla y hay que detenerse ante ello.
Claro que la presencia de Casciari, escritor de culto, facilita mucho esa labor de mostrar el proceso y de construir la expectativa necesaria para el lanzamiento del próximo número. Los seguidores de Casciari, que más que fanáticos son devotos del autor, son la tercera garantía del éxito de la revista Orsai.
"Ya que me siguieron antes, síganme en este proyecto que va a estar muy bueno", así prácticamente fue que comenzó a hablar Casciari de su revista. Sus devotos se activaron, otros más se interesaron, luego Casciari los involucró en la distribución de la revista y los mantiene al tanto de la construcción y elaboración de cada número, en un círculo virtuoso de éxito editorial.

16 de abril de 2011

Irony

13 de abril de 2011

Personal Brand

7 de abril de 2011

¿Las Aplicaciones terminarán matando la televisión por cable?

Estamos en la era de las Aplicaciones. Todos los negocios parecen estar metidos en ofrecer aplicaciones para que la gente, a través de cada vez más numerosas opciones, accedan a un contenido o producto en línea. Los canales de televisión y las transmisiones deportivas son algunos de esos negocios. Mi trabajo me ha llevado a buscar nuevas maneras de acceder a contenido deportivo y son unas cuantas. El béisbol de grandes ligas ofrece su paquete, la NBA también, la UEFA lo hace, ESPN, todos con accesibilidad desde el dispositivo que se prefiera y con opciones de interactividad muy interesantes. No he averiguado mucho más allá de los precios y tampoco he hecho bien la tarea de ver cuántos de estos servicios hay que adquirir antes de que el paquete deportivo de las compañías de cable de mi zona comience a valer la pena. Lo que sí me extraña (la verdad no tanto) es la pasividad con que las proveedoras de cable están asistiendo a esta revolución en la distribución y acceso a los contenidos.
Una oferta no engañosa pero casi
Las compañías de cable suelen ofrecer un gran paquete básico de nosecuantos canales, generalmente unos 80. No hay engaño en ello, ochenta canales tendrá quien adquiera el servicio. El problema está en los canales que suelen abultar el número para llevarlo a la cifra ofrecida. Muchos canales de ventas, canales religiosos, canales de videos, canales infantiles, canales que ni siquiera su público potencial los necesitan en tan alta cantidad. Por ejemplo, aunque uno sea de los que ve la misa por televisión, no es mucho lo que se hace con los canales de religiones que no son la propia. Pero eso a las cableras les ha tenido toda la vida sin cuidado y su oferta de servicios más personalizados suele ser simplemente agregar paquetes prestablecidos por un precio adicional al de la oferta básica. Ese modelo no tiene mayor sentido desde hace años, pero las operadoras de cable hicieron poco o nada por cambiarlo y ofrecer planes verdaderamente a la medida, "yo quiero solo estos cinco canales, cuánto me cuesta". Son otros los que están ofreciendo algo con lo que le hubiera ido muy bien a las operadores de cable si ellas mismas lo hubieran ofrecido.
De eso se está hablando poco. Se habla más de cómo la industria de la música perdió el control sobre la distribución de sus contenidos y el negocio cambió para siempre. Se habla también de las editoriales intentando entender un mundo donde el libro impreso puesto en un local a un precio fijo es tan solo una más de las opciones del comprador. Además, se habla de cómo Blockbuster está en vías de extinción debido a nuevas maneras de llevarle películas de alquiler a la gente. Pero no he visto o he estado poco atento a los que están hablando de cómo el hecho de que alguien baje una aplicación para ver ESPN en su tablet sin tener que adquirir el paquete básico más el deportivo de una cablera, pudiera estar contándole los días al negocio de la televisión por cable. Comenzaré a estar más atento a ello.