Buscar en la Pulga

15 de noviembre de 2011

contratiempo de Noviembre

Tercer número de Olivia:

24 de octubre de 2011

Paradojas de la influencia

En esta época de seguir y ser seguido, hay toda una nueva industria y actividad basada en la medición de la influencia. Servicios como Klout nacen y se multiplican, bajo la premisa y la promesa de medir la influencia día a día, minuto a minuto, convirtiendo esto de influir en otros en un asunto de carrera de caballos: pierde tres cuerpos de influencia, remata su influencia en la recta final.
En todo caso, en varias ocasiones me he percatado de algunas situaciones paradójicas gracias a los puntajes, recomendaciones y comentarios de Klout. A continuación las nombro:

Paradoja de la influencia del tipo 1: Que Klout diga que influye sobre Klout.

Paradoja de la influencia del tipo 2: Que Klout diga que influyes a alguien que te influye.

Paradoja de la influencia del tipo 3: Que Klout diga que te influyes a ti mismo.

Paradoja de la influencia del tipo 4: Que Klout diga que influyes a alguien que no te sigue ni está entre tus contactos.

Paradoja de la influencia del tipo 5: Que Klout diga que te influye alguien a quien no sigues ni tienes entre tus contactos.

Paradoja de la influencia del tipo 6: Que Klout diga que influyes o te influye una cuenta denunciada como Spam.

Paradoja de la influencia del tipo 7: Que Klout diga que influyes o te influye una cuenta fake o ficticia.

14 de octubre de 2011

6 de octubre de 2011

En la tienda Apple

Este jueves en la tienda Apple de la avenida Michigan en Chicago:

23 de septiembre de 2011

Olivia en contratiempo

Te invito a darle un vistazo al primer número de la revista contratiempo en el que la directora de arte es Olivia. ¡Enhorabuena!

8 de septiembre de 2011

La enfermedad del freelance

Cuando se trabaja a salario basta con una llamada para reportarse enfermo, te descuentan el día de enfermedad o lo dejan así, depende del lugar donde trabajes. Pero cuando se trabaja por cuenta propia, enfermarse, aunque sea levemente, es un lujo que no queremos darnos. Una migraña, cosa tan común para algunas personas, puede convertirse en una tragedia mayor si se atraviesa en un día donde estás luchando por ganarte un proyecto o si te retrasa el trabajo para un cliente a quien nunca has visto y que solo te coloca órdenes y recibe entregas de vuelta. Si trabajas desde tu casa y un día un resfriado te tumba, la tentación de ir a la computadora y tratar de acumular horas se vuelve un síntoma más de la enfermedad, porque cada hora que se esté en la cama indispuesto es una hora no facturada y a falta de otros beneficios, no facturar esa hora es como quitarse la comida de la boca. Un dolor de cabeza, un resfrío, te hacen pensar en lo que sucedería si llegan males mayores, pero no te queda otra que tocar madera y seguir adelante.

25 de agosto de 2011

A World without Jobs


22 de agosto de 2011

A que no adivinas en quién pensé...

...cuando vi la portada de este libro:

12 de agosto de 2011

El justo instante en que se perdió la batalla de opinión pública en Londres

No soy de los que tienen una explicación de por qué sucedió en Londres lo que sucedió, ni pretendo justificar la actuación de las autoridades o la acción de los manifestantes durante los disturbios. Mi única impresión es que hayan tenido o no razones para salir a la calle, quienes lo hicieron perdieron una importante batalla de opinión pública, y para mí la derrota llegó justo con un disparo, pero no de arma de fuego sino de cámara fotográfica.

La foto de Aaron Biber, de 89 años, en medio de su barbería destruida durante los disturbios, indignó a tanta pero tanta gente que ya ninguna explicación sobre las condiciones de vida de los jóvenes en los barrios pobres de Londres tuvo la misma magnitud o interés desde entonces. La causa por Aaron Biber es un resultado inesperado de los disturbios de Londres y ya ha recolectado casi 31 mil libras esterlinas para ayudar al barbero a reconstruir su negocio, como se puede ver en el blog que se creó para tal fin.

La espontaneidad y sinsentido que acompañó a muchos de los que salieron a la calle en estos días en Londres no les permitirá aprender lección alguna. Pero aquellos que sí buscan enviar un mensaje al mundo desde Londres o desde cualquier otro lugar, tienen que darse cuenta de lo difícil que es hoy en día librar toda batalla de opinión en una época donde no hay manera de controlar desde dónde salen mensajes y tampoco de saber a dónde llegarán pues en el destino menos pensado ese mensaje puede tener una fuerza nunca antes conocida.

En todo momento y lugar puede surgir una foto, una grabación, un tuit, una página web que eche por la borda todo lo logrado o lo que pretendemos lograr por nuestra causa. Eso no debe llevarnos a la parálisis, pero sí a ser mucho más creativos en la reacción ante estos eventos que son esperadamente inesperados: no sabemos en qué forma ni cómo ni dónde ni cuándo van a suceder, lo único que sabemos es que van a suceder. Responder con integridad, con consciencia, con habilidad y con pertinencia a la foto de Aaron Biber de nuestra causa, es la verdadera comunicación estratégica de estos tiempos.

7 de agosto de 2011

No veas tus Analytics

Lo acepto, el titular es sensacionalista, porque la verdad no se trata de no leer las Analytics de tus sitios sino de hacerlo con cierto orden y objetivo. La mayoría de nosotros entramos a Google Analytics y vemos las estadísticas del último día, la última semana, el último mes o el último año, contados a partir de ese momento en el que estamos viendo las Analytics. Volvemos al día siguiente y lo mismo, volvemos dentro de dos semanas y de nuevo, en un continuo que en realidad no permite observar ni rastrear del todo bien lo que está sucediendo con las visitas que recibimos.

Mi recomendación es que a Google Analytics y a cualquier otro sitio o aplicación de medición se debe entrar de dos maneras:
1-Con períodos predefinidos de tiempo.
2-Con hitos de comparación prestablecidos.

Los periodos predefinidos de tiempo ayudan a comparar momentos que se consideran significativos y no en el continuo a la postre caótico que nos da Google. Definir el día del mes, de la quincena o de la semana en que vamos a medir, o medir un día después de postear (si postemos poco), cada diez o veinte posts (si postemos mucho) para comparar con el período que pasó entre post y post o entre veintena y veintena de posts.

Los hitos de comparación prestablecidos permiten incorporar en nuestro análisis momentos relevantes que Analytics no registra. La fecha exacta de cada post, la fecha en que retuiteamos el post, la fecha en que nos retuitearon el post, son momentos que se deben conocer de antemano para que Analytics diga todo lo que puede decir. Así como también la fecha de eventos importantes que creemos pudieran afectar o no el comportamiento de las visitas a nuestro sitio.

Tomando en cuenta esos dos detalles, las estadísticas cobran mucha mayor relevancia que si nos limitamos al Día, Semana, Mes y Año contados desde el momento en que estamos en el sitio que nos ofrece Analytics.  

4 de agosto de 2011

De cómo crear una falsa verdad en estos tiempos

La noticia más sonada de los días recientes resultó ser falsa. No hay relación entre el navegador de Internet que se utiliza y el coeficiente intelectual. ¿Lo habrá entre el CI y creer a pie juntillas una información porque dice citar un estudio? En periódicos y blogs aparecieron una y otra vez notas que afirmaban que los usuarios de Internet Explorer tendrían menor CI que quienes utilizan otros navegadores, y la gente comentó y compartió esas notas en Facebook, Twitter, Google+ y en donde tuvieron oportunidad. Ahora que AptiQuant develó que se trataba de una mentira cuyo objetivo era dejar sentado que el Explorer es incompatible con los estándares de la actual Internet y lograr con ello que algunas personas dejen de utilizar el navegador de Microsoft, no queda sino pensar un poco en lo sucedido:

1-Impresiona la facilidad y el automatismo con que dieron por cierta y contrastada la noticia en lugares que basan su negocio en la veracidad y confiabilidad de las informaciones que lanzan. Cableras, cadenas de noticias, periódicos, sitios web, repitieron la noticia tal como venía sin siquiera preguntarse sobre el valor de una información así. En un momento dado, la noticia comenzó a ser tomada de fuentes secundarias, lugares prestigiosos como Mashable ya habían mordido el anzuelo y sirvieron de garantía sobre la veracidad y pertinencia de la información. A partir de ahí fueron pocos, muy pocos, los que se molestaron en ir a la fuente original y hacerse preguntas. La mayoría dio por hecho que ese trabajo ya había sido realizado en otro lugar.

2-Más impresionante aún, la facilidad con que muchos consumidores compraron el contenido. Los comentarios más comunes en distintos blogs y foros fueron del tenor "no se necesitaba un estudio para saber eso". Por simple probabilidad, muchos de los que tenían que contrastar la noticia antes de publicarla también pensaban de esa manera, por lo que la dieron de inmediato por cierta. La mayoría de quienes leyeron la noticia la contrastaron con su propia idea del asunto. Como coincidió con esa idea, dieron la noticia por cierta.

3-Al momento de escribir esto, la noticia original en Mashable había sido tuiteada 7272 veces, había recibido más de 15 mil Likes y 857 +1. El desmentido en el propio Mashable andaba por los 969 tuits, los 315 Likes y los 44 +1. Claro que el primer artículo tiene 5 días y el segundo apenas uno, pero es presumible que el grueso de esos tuits, likes y +1 se hayan recibido en los primeros días de publicación y que la velocidad con que se comparte baje con el tiempo. En todo caso, veremos cómo sigue la cuenta en tres días. Mientras, en el sitio de Aptiquant, el desmentido iba por los 121 tuits, 179 likes y 44 +1. La velocidad de circulación de la información falsa fue mucho mayor que la de su desmentido.

Al menos tres hipótesis puedo sacar de este nuevo evento de engaño masivo:

1-Consumimos información de muchas y muy sofisticadas maneras, pero nuestros mecanismos de contrastación siguen siendo los mismos que los de la época en que Orson Welles engañó a los nuyorquinos con su representación radial de La Guerra de los Mundos. La autoridad que le damos a la fuente es nuestro principal mecanismo de contrastación.

2-Una información tiene muchas más posibilidades de propagarse si conecta emocionalmente con la visión de las personas sobre el tema de la información. Habría que estudiar cuántas veces se compartió la noticia desde navegadores Explorer. Una información falsa tendrá mayores probabilidades de volverse verdad oficial si la base de la información ya está en las personas.

3-La directa siempre será la mejor vía para enviar un mensaje. Hoy, los cerebros de AptQuant pueden estar felices o preocupados por la dimensión que alcanzó su pequeño experimento de divulgación, pero lo cierto es que a raíz del mensaje que elaboraron nadie está hablando de las deficiencias del Explorer como navegador. Las campañas de información indirecta y las de intriga corren muchos riesgos de desviar la atención de la gente hacia el tema que no es.

3 de agosto de 2011

El mensaje electoral

Aquí comparto otra de las presentaciones que utilizaba en mis clases de comunicación política. Este, del mensaje electoral, utilizaba como parte de él unas caricaturas editoriales del Newyorker, que solía citar adecuadamente en clases pero en estos momentos no tengo a mano la referencia de los autores. En unos días, añadiré a este post esa información.

2 de agosto de 2011

En 30 minutos o menos

Como narrador en Internet, una de las cosas que más me gusta probar son historias por entregas. Lo hice hace mucho tiempo en este blog, con El asesinato del Avatar (increíble, apenas en 2007 Second Life era el futuro inevitable) y luego en Twitter primero, en Facebook después, con Gatubellísima.
Ayer comencé una nueva historia, 30 minutos o menos, que haciendo honor a ese gusto por la narración a cómodas cuotas tiene como eslogan "una historia por entregas sobre entregas". Te invito a leer esta historia de repartidores de pizza, visitando en30minutosomenos.tumblr.com.

27 de julio de 2011

La era de los perfiles

Hace un par de días abrí mi nuevo perfil de social media, el de Google+, y la verdad comienza a ser abrumador. ¿Cuántas cosas podemos decir distintas en Facebook, Tumblr, Twitter, Linkedin, Google+ y varias páginas web y blogs? Es la apuesta de Google+, que del cansancio que produce la multiplicidad terminaremos yendo a un solo sitio. Evidencias de ello hay, con tanta gente que tiene actualizaciones automáticas en FB o Linkedin de los tuits que publican. Pero es probable que esa gente se esté perdiendo lo que pasa en las redes donde actualizan automáticamente, o que no le estén sacando el provecho debido. Yo soy de los que cree que hay que tener no uno sino varios perfiles completamente activos, ser tan distintos como cada red obliga o permite. Solo así se obtendrá el beneficio real de pertenecer a tantas redes.
Claro que queda la duda si iremos a un mundo social media de perfil único tras el triunfo de Google+ o si se mantendrá este mundo de múltiples perfiles, donde Google+ será una opción más.

18 de julio de 2011

Satisfecho con el Nook Color

Le he ido agregando aplicaciones al Nook Color. Por supuesto, Angry Birds fue una de ellas y la posibilidad de utilizar la Mighty Eagle para resolver los niveles particularmente difíciles hace más que atractivo el ir a jugar en la librería Barnes & Noble.
Estoy utilizando Pulse como lector de feeds y bajé Seesmic para manejra el social media pero apenas lo he utilizado. Como conté en la primera entrada sobre mi adquisición, mi trabajo me obliga a estar bastante metido en sitios social media, por lo que cuando voy por ahí con el Nook Color me pasa muy poco por la cabeza la necesidad de ir a Facebook o a Twitter y compartir alguna lectura es bien sencillo con el Pulse.
He bajado un par de pdfs y la lectura es tan agradable como con los libros descargados de Barnes & Noble, aunque puede resultar un poco complicado encontrar dónde se descargó el documento. Pero como no tengo muchos archivos ni carpetas donde buscar, al final se encuentran rápido, el problema será cuando aumenten los archivos. Ahí quizás pruebe una aplicación de manejo de archivos o de lectura de pdfs, que ambas existen.
Sigo bastante satisfecho con la compra. Pronto empezaré a experimentar si el Nook Color es una alternativa viable para algunos días en que quiera trabajar fuera de casa pero no llevar la laptop conmigo.

28 de junio de 2011

La hora feliz del Nook Color

Una de las cosas que me hizo decidirme por un Nook Color es que suelo visitar mucho Barnes & Noble. Las ofertas de integración de la experiencia de librería con la experiencia de la tableta terminaron convenciéndome de que por ahí es que tenía que ir mi decisión.
Ayer fui por primera vez a una Barnes & Noble con mi Nook y no puedo sino decir que quedé bien satisfecho. La opción de leer en la tienda, que te da una hora de lectura al día de cualquier libro del catálogo digital de Barnes & Noble, funciona a la perfección. Estuve leyendo unos ensayos de David Foster Wallace y ya anoté un par de títulos para las próximas visitas a la librería.
Eso sí, insisto en que la experiencia de búsqueda del catálogo tendría que mejorar. Algo así como lo que hace la competencia, pues en Amazon las búsquedas previas sirven para ir construyendo una librería más pret-a-porter y con la tienda del Nook eso no sucede.

27 de junio de 2011

Nook Color, primeras impresiones

Casi todo mi tiempo de trabajo lo paso frente a una computadora con conexión a Internet, por lo que al estar por la calle no tengo mayor necesidad de conexión, salvo por las lecturas. No había comprado un eReader porque muchas de las lecturas las estaba haciendo directo desde Internet y no encontraba el aparato que me diera una bueva navegación. Por eso, al final, me decidí por un Nook Color, que no solo me ofrecía una buena experienca de lectura sino también de conexión para leer en Internet.

Mis primeras impresiones han sido que la experiencia de lectura es bastante agradable. Estuve básicamente leyendo artículos en Internet y samples de la librería Barnes & Noble. Todavía no he intentado descargar ebooks que no sean de Barnes & Noble, ese es el próximo paso y por lo tanto el siguiente comentario. Pero en general, las páginas web se ven muy bien, es sencillo moverse a través de la pantalla para que el texto quede como único centro de atención. Mientras, los libros para el Nook me resultaron bastante agradables al ojo. Lo que quizás no esté del todo bien sea la forma de ofrecer el catálogo de Barnes & Noble, marcado por la literatura de best seller y de fácil consumo. Así, tuve que renunciar a moverme por el catálogo y comenzar a hacer búsquedas específicas, que en las librerías no necesariamente sean las más productivas. Eso sí, los precios de los ebooks y de las revistas en edición digital me parecieron altos. Casi 18 dólares cuesta el libro de Ricardo Piglia, Blanco Nocturno, por lo que el costo puede ser una barrera para realmente adquirir más libros para el Nook que los que suelo adquirir ya. Eso sí, el free sample me permitirá leer muchos más comienzos de novelas de los que ya leo, las páginas que muestran en el Nook son suficientes para saber si el libro interesa o no.

Mi primer fin de semana con el Nook Color ha sido bastante prometedor, ya contaré más.

23 de junio de 2011

Diez libros para niños que sus papás disfrutarán tanto o más




10-Zoom de Istvan Banyai: Sin palabras, desde la imagen más pequeña hasta la vista del macromundo, un dibujo sorprendente para que veamos cuán pequeños somos.
9-Here Comes the Garbage Barge! de Jonah Winter con ilustraciones de Red Nose Studio: La historia verdadera de un barco cargado de basura que viajó desde Long Island hasta Belice ida y vuelta, magníficamente ilustrada por el genio de la ilustración 3D.
8-Forever Young de Bob Dylan con ilustraciones de Paul Rogers: La canción convertida en un libro para niños con datos y referencias a la obra completa de Dylan.
7-A River of Words de Jen Bryant con ilustraciones de Melissa Sweet. La biografía del poeta William Carlos Williams en clave de libro infantil, con los poemas como base de la ilustración.
6-La merienda del señor Verde de Javier Sáez Castán: Una puerta secreta a un mundo completamente nuevo, abrir la página que da a ese mundo es un regalo simplemente maravilloso.
5-The day I swapped my Dad for two Goldfish de Neil Gaiman con ilustraciones de Dave McKean: Un trato tan bueno que nadie se pudo resistir a él, llevado de la mano de una de las colaboraciones más productivas y fantásticas entre escritor e ilustrador de los últimos años.
4-The Wolves in the Walls de Neil Gaiman con ilustraciones de Dave McKean: Una historia de suspenso que atrapa desde la primera línea-dibujo porque con la pareja Gaiman-McKean no hay manera de saber qué vino primero y qué después.
3-It's a Book de Lane Smith: Para mostrarle a los niños con mucho humor que la vida sí existía antes de sus dispositivos de juego electrónicos.
2-Sandy's Circus de Tanya Lee Stone con ilustraciones de Boris Kulikov: La vida de Alexander Calder y en especial la creación de su circo de maravillas, narrada para niños.
1-Los misterios del señor Burdick de Chris Van Allsburg: Un pretexto perfecto para mostrarnos todo el enigma que puede encerrar un dibujo y una frase.

21 de junio de 2011

El Nook Color en camino

Como soy más consumidor de libros que de electrónicos, la presencia del Nook en las Barnes & Noble fue mellando mi resistencia como ningún otro aparato lo ha hecho. Luego, leí uno que otro artículo por ahí y al final decidí darle la oportunidad al Nook Color, que además de un ereader también es una tableta que me permitirá leer feeds y revisar el correo on the road. Te mantendré informado de cómo me va con el aparatico.

20 de junio de 2011

Páginas dinámicas, clientes estáticos

Todavía existen muchas personas, negocios e instituciones que no tienen página web, o que tuvieron una hace mucho tiempo y prácticamente se olvidaron de ella. Con el boom de los social media, las exigencias por tener una página propia no disminuyen como muchas personas hacen creer, sino todo lo contrario, aumentan en la medida en que es más fácil ubicar a las personas por una cuenta o fanpage de FaceBook. ¿Un perfil Linkedin sin que lleve a una página personal o del negocio? Incompleto. ¿Un perfil Twitter que enlace a un perfil Facebook? Inapropiado. La presión por tener páginas web no cesa de aumentar, y las personas que buscan su página personal o de empresa producto de esa presión suelen tener el mismo perfil.
Son personas que no sienten una necesidad que pudiéramos llamar "orgánica" de tener una página web. Después de todo, la quieren porque les han preguntado tanto por ella que se han visto en la necesidad de complacer las peticiones. Es lo mismo con personas que abren cuentas en FB o Twitter porque todo el mundo tiene una; luego ni se acuerdan de sus claves de acceso. La idea es que la página esté ahí para que si la gente pregunta por ella la encuentre. No suelen ser personas dispuestas a desarrollar una estrategia de contenido que mantenga la página fresca, interesante y novedosa. Son personas que quieren hacer un lanzamiento de la página que dure un día y ya. "Ya tengo página, ¿para qué preocuparme por ella? Si la hice fue justamente para no preocuparme por tenerla".
Es impresionante cómo el perfil se repite: personas que llegan apuradas, urgidas, sin tiempo que perder porque necesitan la página, pero que después se toman tiempos absurdos para proveer el contenido necesario. Ni pensar en un plan de futuros contenidos, nunca se les ha pasado ni se les pasará por la cabeza. Eso sí, siempre preguntarán cuándo la página estará lista para salir al aire, y creerán que se les está tomando el pelo cuando se les dice que la página puede estar al aire ya y así se va actualizando para darle algo nuevo cada vez a los visitantes.

16 de junio de 2011

Llegaron los hippies

15 de junio de 2011

El Político y el Periodista

En una anterior vida fui profesor de un curso de comunicación política. Aprovecho esta vitrina para compartir algunos de los materiales que utlizaba en mis clases y que considero todavía pueden generar algún interes, aprendizaje y discusión.
El primero de ellos, el conflicto entre el periodista y el político, con algunos dilemas que se le presentan a un comunicador político en el desempeño de su oficio:

13 de junio de 2011

Eso no se ve urgente en mi agenda

Cada día hay más bienes y servicios que podemos adquirir directamente de sus proveedores. Es la era del 'Hazlo Tú Mismo' y eso significa que al lidiar con programación, con preparación de fiestas, con diseños y decoraciones, con asesorías financieras y de compras, con pedidos de toda índole y con una gama de cosas más y más amplia, estemos negociando con gente igual a nosotros pero que decidieron trabajar por su cuenta.
Muchos pensamos que la relación entre un cliente y un proveedor es como la de un jefe con su empleado, que no necesita mayores explicaciones para imponer la agenda de sus subalternos y que basta con tener el dinero en mano para que la otra persona haga lo que se le dice. Si bien un proveedor quiere responder rápido a sus potenciales clientes, tambiés es verdad que son pocos los negocios que pueden ser exitosos haciendo de la entrega inmediata el principal atractivo de su oferta--hasta Domino's Pizza tuvo que cambiar la receta de sus pizzas porque el recibirlas en menos de 30 minutos no era suficiente para que la gente pagara por ellas.
A menos de que se trate de una reparación de emergencia, la palabra "urgente" no suele ser la forma más adecuada para aproximarse a alguien de quien queremos un bien o un servicio. Porque lo que es urgente para uno no lo es para el otro, y el calendario ajeno merece tanta atención y respeto como el propio.
¿Tu página web es urgente? ¿Y por qué no la hiciste cuando era importante? ¿Los dos mil pasapalos son urgentes? ¿Y por qué no preparaste tu fiesta con mayor antelación? En esta época donde las relaciones de servicios son persona a persona, ser un buen cliente es tanto o más importante que ser un buen proveedor. Que un proveedor siempre te responda no puede depender solamente de que "siempre responder" sea un valor de su negocio.

11 de junio de 2011

Another Tablet

6 de junio de 2011

En "The Conductor", de Aleksandar Hemon

"My story is boring: I was not in Sarajevo when the war began". Me eriza esa frase aún después de haberla releído varias veces. La prosa de Hemon es así, afilada como un escalpelo que disecciona la vida del inmigrante a la fuerza, del refugiado que ni siquiera está a salvo por estar lejos de los horrores de los que huyó porque en cualquier momento no cumplirá las expectativas de sus interlocutores, pues no lo considerarán un auténtico sobreviviente.

30 de mayo de 2011

16 de mayo de 2011

Mitologías modernas

Mi sobrino me explica cuán poderoso es el dragón que tiene en la mano. Tan dura es su piel coraza que ni siquiera un sable de luz puede penetrarla.

7 de mayo de 2011

iGrill

5 de mayo de 2011

Chesterton 2.0

Chesterton puso alguna vez en cabeza de su personaje, el padre Brown, una estrategia lógica que le sirvió para resolver un caso: el mejor lugar para esconder una hoja es el bosque.
En el bosque de los social media muchas veces se olvida que un estatus o un tuit puede pasar completamente desapercibido debido precisamente a su condición de estatus o tuit. No pasearse por esa posibilidad trae diversas consecuencias, como por ejemplo:
1- Abandonar sitios, sean páginas o blogs, debido a que ahora se tuitea. Siempre que puedo insisto en que esto es un grave error. Aunque la gente esté en Facebook o en Twitter, las búsquedas siguen estando en Google y cuando nos interesa que se encuentre un contenido específico tenemos que trabajar para que sea fácil de encontrar; ni Twitter ni Facebook hacen de la búsqueda de contenidos específicos una tarea sencilla.
2- Reaccionar de inmediato ante un tuit o estatus. Después de todo, la inmediatez hace que un mensaje se pueda reproducir a una velocidad que haga imposible reparar un daño debido a una información no deseada. Pero no solo existe la velocidad, también existen zonas de circulación. Antes de reaccionar a mensajes no deseados, siempre hay que tomarse el tiempo de verificar dónde están circulando esos mensajes y no, la respuesta no es tan sencilla como "en Internet" o "en Twitter". La guía de oro para actuar, debe ser que nuestra reacción ante un mensaje no deseado no sea la manera como nuestra audiencia más cercana se entere de la existencia de ese mensaje.
3- Estar demasiado atentos a nosotros mismos. El bosque es inabarcable, ¿no?, pero aunque vivamos pendientes solo de nuestro árbol no hay que olvidar el gran entorno donde se ubica. Los analytics solo sirven si les agregamos un poco de contexto; de lo contrario, una subida o un bajón en las visitas, en los likes o en los retuits serán simple producto del azar. Quizás lo sean en muchos casos, pero en otros no.
4- Perderse en el próximo tuit. ¿Qué importa una hoja más en el bosque? Esa parece la actitud de gente que retuitea, comparte y comenta sin parar y sobre todo, sin diferenciar. Esos son precisamente quienes mejor esconden sus mensajes y terminan haciendo solo ruido ensordecedor, que es lo más cercano al silencio en las redes sociales.

4 de mayo de 2011

Poe 2.0

En medio de la vorágine informativa que se desató tras el anuncio de la muerte de Osama Bin Laden, una de las noticias que más me llamó la atención fue la que decía que los esfuerzos de Bin Laden por permanecer oculto guiaron a su captura. El hecho de que un castillete como el que utilizaba el líder de Al Qaeda de escondite, no tuviera conexión a Internet, llamó demasiado la atención de los servicios de inteligencia. Luego, de la estructura de la fortaleza concluyeron que sin duda ahí había alguien importante que no quería ser visto. Lo demás, paciencia para confirmar la sospecha.
Al parecer, Bin Laden no vio en su condición de fugitivo razones para renunciar a una guarida con todos los lujos, pero leyó mal los signos de los tiempos, creyendo que en un mundo hiperconectado bastaría hacer unplugged para pasar desapercibido. A Bin Laden quizás le hubiera convenido más la estrategia del ministro D***, el personaje que en el cuento La carta robada, de Edgar Allan Poe, esconde un importante documento de la vista de todos precisamente por haberlo dejado al alcance de la mano.
Claro que no son muchas las personas que están siendo perseguidas por el aparato de inteligencia más poderoso del mundo, pero aquellos que pretenden pasar desapercibidos por no tener cuentas de social media o por usar solo dinero en efectivo, bien pudieran fijarse en el caso de Bin Laden y preguntarse si no están dejando demasiadas trazas precisamente por tratar de no dejar ninguna.

26 de abril de 2011

Tres claves para el éxito de la revista Orsai

La revista Orsai ya va por su segundo número y ha vuelto a resultar todo un fenómeno, al menos según lo que nos informa desde su sitio Hernán Casciari. El éxito de la revista muestra a las claras que hay mucha gente ávida de contenido de calidad, que quiere leer buenos textos en ediciones cuidadas. Pero también demuestra lo importante que es la forma en que se hacen llegar esos textos a las personas. La innovación más grande de la revista no está en su contenido sino en su forma de distribución y en la manera cómo construyeron un sistema para estar disponibles a la mayor cantidad de lectores. Orsai dio una lección que todos aquellos que estamos metidos en eso de llegarle al público deberíamos aprender.
Sí, la distribución pensada en llegar a lectores y no simplemente en llegar a las estanterías, esa es la primera clave del éxito de la revista Orsai. La mayoría de las experiencias editoriales siguen pensando que es suficiente con estar en las librerías o en los grandes almacenes o en los primeros lugares de las búsquedas en Internet. Pero la relación más preciada hoy en día es la directa con el público y Casciari la llevó a un extremo interesantísimo, al convertir al lector en parte responsable y directa de la distribución de la revista. Algunos dirán que en el fondo se trata de un sistema de suscripciones, pero yo respondería que la urgencia detrás del hecho de que la revista estará solo donde hay lectores pidiéndola e involucrándose en recibirla, va mucho más allá de la suscripción. El suscriptor espera tranquilo en su casa, el lector de Orsai se activa para recibir el próximo número.
La avidez que por el próximo número genera ese rol de lector-distribuidor es alimentada por Casciari en un proceso de curaduría pública, que para mí es la segunda clave del éxito de la revista. Casciari genera expectativas, habla del número por venir, lo muestra en abrebocas, da razones personales para que cada uno de los textos, de los autores, de los ilustradores estén ahí. Son pocas las publicaciones periódicas que hacen eso, la mayoría se limitan a salir burocráticamente en la fecha determinada. Las editoriales hablan muy poco o mantienen en secreto su proceso. Pero la rutina no es buena amiga en estos tiempos de acceso ilimitado y exceso de opciones, Casciari lo sabe y por eso muestra que su trabajo de elaborar cada número no es para nada rutinario. Si la revista es especial, todo su proceso tiene que serlo y Casciari se toma muy en serio el trabajo de mostrar lo único e irrepetible que será el próximo número de su revista. Así, al llegar a los lectores, estos saben que tienen algo especial en las manos o en la pantalla y hay que detenerse ante ello.
Claro que la presencia de Casciari, escritor de culto, facilita mucho esa labor de mostrar el proceso y de construir la expectativa necesaria para el lanzamiento del próximo número. Los seguidores de Casciari, que más que fanáticos son devotos del autor, son la tercera garantía del éxito de la revista Orsai.
"Ya que me siguieron antes, síganme en este proyecto que va a estar muy bueno", así prácticamente fue que comenzó a hablar Casciari de su revista. Sus devotos se activaron, otros más se interesaron, luego Casciari los involucró en la distribución de la revista y los mantiene al tanto de la construcción y elaboración de cada número, en un círculo virtuoso de éxito editorial.

16 de abril de 2011

Irony

13 de abril de 2011

Personal Brand

7 de abril de 2011

¿Las Aplicaciones terminarán matando la televisión por cable?

Estamos en la era de las Aplicaciones. Todos los negocios parecen estar metidos en ofrecer aplicaciones para que la gente, a través de cada vez más numerosas opciones, accedan a un contenido o producto en línea. Los canales de televisión y las transmisiones deportivas son algunos de esos negocios. Mi trabajo me ha llevado a buscar nuevas maneras de acceder a contenido deportivo y son unas cuantas. El béisbol de grandes ligas ofrece su paquete, la NBA también, la UEFA lo hace, ESPN, todos con accesibilidad desde el dispositivo que se prefiera y con opciones de interactividad muy interesantes. No he averiguado mucho más allá de los precios y tampoco he hecho bien la tarea de ver cuántos de estos servicios hay que adquirir antes de que el paquete deportivo de las compañías de cable de mi zona comience a valer la pena. Lo que sí me extraña (la verdad no tanto) es la pasividad con que las proveedoras de cable están asistiendo a esta revolución en la distribución y acceso a los contenidos.
Una oferta no engañosa pero casi
Las compañías de cable suelen ofrecer un gran paquete básico de nosecuantos canales, generalmente unos 80. No hay engaño en ello, ochenta canales tendrá quien adquiera el servicio. El problema está en los canales que suelen abultar el número para llevarlo a la cifra ofrecida. Muchos canales de ventas, canales religiosos, canales de videos, canales infantiles, canales que ni siquiera su público potencial los necesitan en tan alta cantidad. Por ejemplo, aunque uno sea de los que ve la misa por televisión, no es mucho lo que se hace con los canales de religiones que no son la propia. Pero eso a las cableras les ha tenido toda la vida sin cuidado y su oferta de servicios más personalizados suele ser simplemente agregar paquetes prestablecidos por un precio adicional al de la oferta básica. Ese modelo no tiene mayor sentido desde hace años, pero las operadoras de cable hicieron poco o nada por cambiarlo y ofrecer planes verdaderamente a la medida, "yo quiero solo estos cinco canales, cuánto me cuesta". Son otros los que están ofreciendo algo con lo que le hubiera ido muy bien a las operadores de cable si ellas mismas lo hubieran ofrecido.
De eso se está hablando poco. Se habla más de cómo la industria de la música perdió el control sobre la distribución de sus contenidos y el negocio cambió para siempre. Se habla también de las editoriales intentando entender un mundo donde el libro impreso puesto en un local a un precio fijo es tan solo una más de las opciones del comprador. Además, se habla de cómo Blockbuster está en vías de extinción debido a nuevas maneras de llevarle películas de alquiler a la gente. Pero no he visto o he estado poco atento a los que están hablando de cómo el hecho de que alguien baje una aplicación para ver ESPN en su tablet sin tener que adquirir el paquete básico más el deportivo de una cablera, pudiera estar contándole los días al negocio de la televisión por cable. Comenzaré a estar más atento a ello.

25 de marzo de 2011

Galería de gente social media: Jordi Pérez Colomé

Desde su blog, Obamaworld, Jordi Pérez Colomé se ha convertido en una de mis fuentes de información más importantes. Obamaworld es un sitio de análisis y noticias internacionales, que gracias a la pluma de Jordi adquieren amenidad, sencillez y profundidad, combinación nada fácil.
Obamaworld se complementa perfectamente con el trabajo de Jordi a través de su cuenta en Twitter y es una demostración de que se puede hacer periodismo independiente de calidad sin estar amparado por grandes medios. Claro, este tipo de declaraciones funcionan hasta el momento en que el sitio independiente de calidad tiene que cerrar por falta de recursos, y Jordi está muy consciente de que tiene que trabajar también por la rentabilidad de su proyecto. Jordi es uno de los pocos blogueros en español que he visto que piden contribuciones a sus lectores. No sé cómo le estará yendo con eso, pero por los comentarios sí las ha recibido.
Además, Jordi vende sus libros desde su blog. Yo compré Cómo escribir claro en versión epub y quedé muy satisfecho con el libro, un manual de estilo con muchos ejemplos prácticos de lo que se debe y no se debe hacer para que los mensajes escritos sean claros. Recomiendo ampliamente ese libro y muy probablemente pronto adquiera el que le dedica a la campaña de Obama.
Por todo esto, Jordi no solo es un periodista y bloguero que vale la pena seguir por la información de calidad que brinda, sino que también tiene en marcha un modelo comercial al que hay que ponerle un ojo, para estudiarlo y/o imitarlo. Sin duda, Jordi no podía faltar en esta galería.

18 de marzo de 2011

GPS

12 de marzo de 2011

Broken screen

6 de marzo de 2011

Por favor, no responda este mensaje

El otro día decidí trabajar hasta tarde para terminar de una vez por todas la propuesta que tenía que hacer, y cuando por fin estuvo lista le envié un correo electrónico a la persona que tenía que recibirla, con la idea de que a primera hora de la mañana lo estaría recibiendo.
Hasta hace poco, uno sentía cierta emoción cuando lo primero que hacía al empezar el día laboral era revisar el correo y ver cómo las cosas habían avanzado mientras dormíamos, sobre todo si se trabajaba con gente en otros husos horarios. Pero esos tiempos ya pasaron debido a que hoy por hoy la mayoría de las personas están conectadas todo el tiempo, especialmente vía smart phones, lo cual hace que incluso durmiendo la red esté ahí para ellas velándolas y despertándolas de cuando en vez.
Por eso, la persona no abrió el correo a primera hora de la mañana; muy probablemente escuchó un estruendoso anuncio en mitad de la noche que la debe haber despertado sobresaltada. En su respuesta, por supuesto no hacía comentario alguno sobre el trabajo entregado sino que protestaba porque le había escrito a las dos de la mañana para algo que podía esperar al horario de oficina. Esa era la idea y la culpa es de quien no apaga el Blackberry, no de quien hizo horas extra para estar al día. Y para mi no era tan tarde, cuestión de longitud.
Unos días después, estaba actualizando una página y tuve problemas con el CMS, nada demasiado grave, pero tampoco sabía si era como para dejarlo pasar. Para que luego no se me olvidara, envié un mensaje dando cuenta del error. Era domingo en la mañana y de inmediato, desde no sé cuántos teléfonos inteligentes recibí respuestas pidiendo más detalles e indicándome que hiciera esto o aquello. Yo solo estaba dando cuenta del problema para que la persona adecuada revisara el asunto lunes por la mañana; después de todo, la página no estaba caída ni nada por el estilo. Y aun así mi mensaje generó una semicrisis no por su importancia ni su tono sino porque todos los interesados estaban demasiado atentos.
Ambos casos son del día a día de pequeñas empresas web, obligadas a funcionar lo más parecido posible al 24X7 debido a las características de Internet, pero una cosa es la empresa y otra son las personas. Estas también decidieron estar disponibles 24X7, quizás no por el negocio web sino por el gadget que tienen entre manos. Sin embargo, desconectarse de vez en cuando funciona incluso para quienes llevan negocios en línea. Mientras, yo tomaré nota de husos horarios y de días de la semana para programar el envío de correos electrónicos y mensajes, para así asegurarme de que lo que no necesita una respuesta inmediata sea respondido en un momento adecuado.

2 de marzo de 2011

El triunfo de la palabra

YouTube es la demostración de que una imagen vale más que mil palabras... Siempre y cuando esa imagen esté bien titulada y etiquetada.

27 de febrero de 2011

25 de febrero de 2011

La rentabilidad de la autoedición

Para ser justos, hay al menos una segunda visión maniquea de la autoedición, que se está haciendo tan popular como la comentada en la entrada sobre la calidad de los libros autopublicados. Según esta segunda visión maniquea, la autoedición es una panacea y una vía expedita para el éxito, como lo demuestran las experiencias de autores como Seth Godin, Amanda Hocking y la revista de Hernán Casciari. Por el otro, las editoriales serían especie de paquidermos incapaces de reaccionar a las nuevas tendencias, a las buenas ideas y a las relaciones ganar-ganar. Como siempre, todo maniqueísmo deja por fuera muchas posibilidades, pero también, todo maniqueísmo tiene algún viso de verdad, simplificada pero cierta.

Libros hay muchos y libros malos hay un montón. La inundación de libros malos no es culpa de autores que se autopublican sino de editoriales que tienen la capacidad de poner un libro, no importa su calidad, en las librerías de toda una ciudad, de todo un país, de todo un continente, de todo un idioma. Muchas editoriales son simples fábricas de papeles empastados, dispuestas a entregar libros cada vez más rápido y a menor costo para cumplir con un calendario editorial del que las buenas editoriales también son víctimas. Porque no importa el cuidado con que haces tus libros, las fechas son igual de estrictas ya que hay que presentar novedades, hay que darle novedades a las librerías en todos los formatos, novedades para navidad, novedades para el día del padre y de la madre, novedades para las vacaciones de verano, novedades para la feria tal y para la feria cual. Muchos editores que apuestan por el libro de calidad han sido devorados por esta vorágine, a tal punto que no es poco común el lugar que dice que los verdaderos editores son románticos amantes del libro dispuestos a arruinarse por él.

No son pocos los riesgos que toman los editores. El otro día vi los números de un editor y me dio miedo, miedo de que alguien fuera capaz de invertir tanto dinero esperando tan poca ganancia y con supuestos tan difíciles de cumplir como el de agotar la primera edición. Sus negociaciones con un escritor para otro proyecto estaban llegando al punto donde las dos partes no iban a ceder más y todavía estaban lejos de una zona de acuerdo posible. Si ese autor no quiere volver a pasar por una negociación así y decide apostar a la autoedición, ¿somos realistas diciéndole que va a tener pérdidas o que no se va a hacer ni rico ni famoso? ¿Iba a serlo teniendo que ceder porcentajes de regalías y monto de anticipos a nombre de que su libro sea publicado por una editorial?

Esos montos no están dejando satisfechos a muchos autores, especialmente a autores de renombre, que se venden solos, que tienen una base de seguidores y fanáticos que garantizan el agotamiento de tirajes y la rentabilidad de las descargas antes de que el libro esté disponible. Por eso, a autores como Godin, Hawking y Casciari les va tan bien en la autoedición. No dependen de que la gente lea sus libros o revistas para que estos sean un éxito porque ya son una marca. No muchos autores que acuden al camino de la autoedición pueden decir lo mismo. No son pocos los que ya autoeditándose no pueden decirlo. Tan pocos hay, que los ejemplos de lo rentable que puede ser la autoedición siempre son los mismos: Godin, Hawking, la revista de Casciari.

El problema no es tener una audiencia del tamaño de Godin o de Hawking, sino conocer cuál es el tamaño de tu audiencia. El método Casciari fue particularmente bueno para descubrir cuántas personas estaban dispuestas a adquirir una revista que no conocían salvo por el hecho de que seguían con devoción a su creador y promotor. Es manido desestimar el libro de un autor diciendo que lo leyó su mamá, su pareja y su peor enemigo-- este último para tener material con qué atacarlo más tarde--, pero incluso ese libro puede ser considerado un éxito de lectoría si el autor sabía que no iba a tener más lectores que esos.

Temperar las expectativas, ponerle escalas, no confundir un nicho o un mercado con la posible lectoría de un libro. Los adolescentes del mundo pueden estar obsesionados con los vampiros, pero un libro de vampiros primero tendrá que superar la prueba de la audiencia del autor para alcanzar a otras. Conociendo o proyectando el tamaño de ese público que se conoce porque lo conoce a uno, es que se pueden hacer esfuerzos, gastos e inversiones de publicación con posibilidades de ser rentables. Con ese conocimiento o proyección de los lectores, es que se pueden correr riesgos que tengan sentido para alcanzar nuevos públicos. Y el número de lectores a los que el libro llegó respecto al tamaño de la audiencia, es lo que al final determinará el éxito de una experiencia de autoedición. ¿Cuál es el tamaño aproximado de tu audiencia? Si no eres capaz de contestar esa pregunta, no estás listo para la autoedición.

22 de febrero de 2011

La calidad del libro autoeditado

Es muy frecuente ver la autopublicación desde una posición maniquea: por un lado, los autores que acuden a la autopublicación serían aficionados que de otra manera jamás habrían visto sus libros en imprenta, y por el otro, las editoriales son las únicas que pueden garantizar la calidad de un libro. Como suele pasar con las visiones maniqueas, pensar en la autopublicación únicamente desde estas dos coordenadas deja por fuera muchas posibilidades, más aún en una época donde el negocio editorial está sometido a poderosas fuerzas de cambio.

El conocimiento editorial, por ejemplo, se ha expandido por la mismísima razón que el mundo de los libros ha crecido hasta niveles que no sabemos si son sostenibles. Al menos no para mantener a todos los que en un momento dado son y han sido parte de ese mundo. Escritores que ya han dejado de publicar, correctores a destajo, diseñadores freelance, publicistas y periodistas que hacen comunicaciones integrales, son los soldados caídos de esa sobreabundancia de ediciones que llenan y llenaron anaqueles. Ese ejército está ahí afuera, ofreciendo servicios, realizando sus propios proyectos, compartiendo sus experticias, poniendo a disposición saberes y herramientas que muchas veces obtuvieron en editoriales pero que también le brindan a editoriales, porque las editoriales son los primeros clientes de muchos de estos trabajadores a tiempo no convencional. El conocimiento de cómo se hace y se vende un libro hace mucho tiempo que no es exclusivo de las editoriales. Como consecuencia, la calidad de un libro no se consigue únicamente en lo que las editoriales ofrecen.

Entre editoriales y autopublicación no hay un espacio vacío, todo lo contrario; editoriales independientes, fondos editoriales, organismos públicos, proyectos institucionales y corporativos, revistas, talleres y peñas conforman un entramado de posibilidades y de relaciones que vuelven muchas veces muy sutil la diferencia entre lo que es autopublicado y lo que no. La lucha de los individuos por ganar independencia --ejecutiva, creativa, financiera-- de corporaciones y negocios dominantes, no es exclusiva del mundo editorial ni de estos tiempos. Por ello, intentos de ir hacia modelos de publicación donde un grupo de personas más pequeño, más homogéneo, más conocido tenga el control de las decisiones, han existido desde siempre. Hoy, esas experiencias editoriales se tutean con las editoriales establecidas, y no son pocas las veces que ofrecen libros de mayor calidad, de mayor gusto, de mayor riesgo. Por si fuera poco, la tecnología disponible hace más sencillo llevar adelante una publicación en grupo, o en solitario.

En la actualidad, el conocimiento y las herramientas para controlar el proceso de hacer y vender un libro están al alcance de la mano. Un escritor puede no solo escribir un libro, también puede corregirlo, diseñarlo, publicarlo y venderlo desde su computadora, haciendo algunas etapas sin ayuda, en otras contando con gente que lo asesore, lo asista o simplemente le entregue el resultado. Pero ese proceso no sería realmente novedoso si dejamos de lado un nuevo factor: el cambio que se está dando en las audiencias.

Una de las cosas que se dice de los libros autopublicados es que no suelen pasar por un riguroso proceso de edición, pues un escritor por lo general no es el mejor para juzgar si su propio libro vale la pena que sea publicado o no. Es ahí donde una editorial sería supuestamente indispensable, olvidando a ese ejército de personas que mencioné arriba, pero sobre todo olvidando el papel que ahora juega el público en todo esto.

Cada vez más es la audiencia, los lectores que un escritor tiene, quien determina si se está frente a un autor que vale la pena ser leído o no. Las personas leen a un escritor de muchas maneras, directamente, contextualizándolo, comparándolo, juzgándolo, compartiéndolo, pero sobre todo acompañándolo. El mundo editorial se ha fragmentado tanto, alcanzar a un grupo en específico es tan complejo, que son muchas las editoriales que le piden al autor que van a publicar que ya tenga una red propia de lectores y de lectores potenciales donde promocionarse. El autor que decide autopublicarse puede contar o cuenta con su propia red, con su audiencia, y es ella la que decide si le dará la oportunidad o no al libro autopublicado. Si una persona conoce al autor, si lo ha acompañado, muy probablemente ni siquiera se preguntará si el libro es autopublicado o no, después de todo ya le había otorgado su propio aval al autor a quien lee con frecuencia.

El autor que ha cultivado un público, tiene muchas probabilidades de tener éxito al publicar su libro --éxito medido según la escala que tenga su audiencia--, bien con una editorial, bien con una de esas figuras intermedias, bien autopublicado. Si es un libro autopublicado, hoy por hoy puede tener tanta o mayor calidad que el libro que sale de una editorial; también, por supuesto, puede tener menor calidad. Pero pensar todavía que la única opción real de encontrar calidad en un libro está en lo publicado en una editorial, es simplemente un anacronismo. Como también lo es creer que un libro tiene menor calidad por el hecho de haber sido autopublicado por su autor.

20 de febrero de 2011

Todos somos superhéroes



El plan de Síndrome en Los Increíbles era sencillo: darle a todo el mundo herramientas de superhéroe para que así nadie fuera realmente un superhéroe. Pero en un mundo así, es precisamente donde más se necesitan verdaderos superhéroes. Aunque en la película Síndrome no logra llevar a cabo su plan, quizás de haber tenido éxito tarde o temprano se habría dado cuenta de su error, porque Mr. Increíble y su familia habrían sido más indispensables que antes.
Los social media están haciendo lo que Síndrome quería, poner a nuestro alcance nuevas herramientas y ahora todos somos comentaristas, entertainers, periodistas, críticos, escritores, artistas, activistas sociales. En un mundo así es cuando más se necesitan verdaderos comentaristas, periodistas, entertainers, críticos, escritores, artistas y activistas sociales. Pero la pregunta importante es quién determina si se está frente a un verdadero escritor o activista social. Es la parte que no vimos en Los Increíbles.
El tener las herramientas a mano no significa darles uso. No todos vemos tan claros los superpoderes y su utilidad. Hoy, todavía mucha gente dice que no entiende cómo se puede perder tanto tiempo en la nadería de Facebook. Allá quienes usen Facebook para naderías. Hay gente que se ufana de haber entrado en Twitter y no haber entendido cuál era la bulla con el asunto. Si no entiendes Twitter muy probablemente no valga la pena explicártelo. Muchos abrieron blogs y casi de inmediato los dejaron abandonados. Quién sabe a cuántas personas hubieran podido llegar.
Los verdaderos comentaristas, periodistas, entertainers, críticos, escritores, artistas o activistas sociales están siendo reconocidos por sus audiencias, no importa el tamaño de las mismas. Lo que importa es que esas audiencias están recibiendo nuevos contenidos, nuevas creaciones y nuevas informaciones desde lugares y fuentes que antes eran impensables. Todos somos superhéroes, y los verdaderos superhéroes son cada día más importantes.

15 de febrero de 2011

¿Por qué no hay buenas películas de fútbol?




No me gusta el fútbol americano. Y sin embargo, puedo enumerar varias películas y series que me gustan bastante donde el fútbol americano es el centro de la trama y la acción. Mi película deportiva favorita quizás sea Remember the Titans, donde Denzel Washington tiene que dirigir a un equipo colegial recién obligado a integrar negros y blancos en sus filas.

Soy, por otra parte, muy fanático del béisbol, pero las películas de béisbol no suelen ser muy acertadas. De hecho, quizás la que más me gusta no sea una película completa de béisbol sino una secuencia, el partido de béisbol en Naked Gun, donde Frank, el personaje del recientemente fallecido Leslie Nielsen, se hace pasar por el umpire de un juego de Grandes Ligas para descubrir al potencial asesino de la Reina de Inglaterra.

A pesar de que el fútbol me gusta tanto como el béisbol, no soy capaz de recordar algún momento cinematográfico realmente memorable donde ese deporte sea protagónico. La explicación más sencilla quizás sea que como en Estados Unidos el soccer todavía no es muy popular, entonces Hollywood no se ha visto en necesidad de producir la gran película sobre el deporte rey. Entonces, ¿dónde está la gran película inglesa sobre el fútbol? Espero que no sea Bend it like Beckham. ¿Y la española? ¿La italiana? ¿La argentina? ¿La brasileña? Hay una película chilena que yo no he logrado ver, Historias de fútbol, que al parecer es muy buena, pero el que mencionemos esta o aquella solo cuentan como excepciones de la gran regla: el fútbol no se lleva bien con el cine.

Quizás la clave para descubrir el por qué de esa pobre relación cine-fútbol, esté en prestarle atención precisamente al fútbol americano. El fútbol americano es un deporte bastante cinematográfico, con sus jugadas con claro comienzo y final, como si de escenas se tratara. Cada reunión del quarterback con su equipo, el conteo, la puesta en movimiento del balón y la ejecución de la jugada, con su final fallido o acertado, es toda una estructura dramática en sí misma, con presentación, nudo y desenlace, y por ello se le da bien el fútbol americano a los guionistas.

Pero los juegos de fútbol, con su pitazo inicial, su entretiempo 45 minutos después y luego de 15 los 45 minutos finales, no son fáciles de manejar para los guionistas, que tienen que darle tensión narrativa a lo que sucede en el terreno. Recientemente, el Newcastle logró empatar con el Arsenal 4-4 luego de ir perdiendo 4-0 al final del primer tiempo. Esa fue la primera vez que un equipo en la Premier League lograba tal hazaña, pero eso fue exactamente lo que hizo el equipo de los presos aliados contra el equipo del ejército nazi en la película Escape to Victory. A mí siempre me pareció ese juego demasiado falso, y no tenía nada que ver con que Sylvester Stallone fuera el arquero de los aliados. La manera como cambió el partido nunca me resultó creíble, ni siquiera por el hecho de que los jugadores renunciaron a la libertad a cambio de intentar ganar en el segundo tiempo. Quizás si ahora veo el partido del Newcastle primero y vuelvo a ver Fuga a la victoria, como la conocí de niño, tal vez pueda creerme un poco más lo que sucedió en la cancha cinematográfica.

En la reciente película venezolana Hermano, los partidos de semifinal y final se vuelven poco convincentes porque son exactamente iguales: remontadas de último minuto. Que suceda una vez, bien, pero que el primer juego haya sido una remontada le quitó toda la tensión dramática al segundo partido. Pero me pongo en el lugar de los guionistas: ¿Habían otras posibilidades?

Muchos son los partidos que terminan con un equipo simplemente dejando que transcurran los minutos que faltan para el pitazo final. Quién quiere ver eso en el cine. Otros, donde el gol, aunque sea uno, simplemente derrumba al equipo que lo recibe a tal punto que acaba la historia del juego. No muy cinematográfico. Son muchos los que terminan en empate y si se trata de juegos donde tiene que haber un ganador, entonces van a penalties. Una decisión por penalties no parece buen lugar para héroes cinematográficos, ni siquiera si se es el encargado de lanzar el definitivo, porque la decisión por penalties es el resultado del "no pudimos y ahora vamos a intentar algo distinto", qué héroe hace semejante cosa.

El deporte en general es complicado de manejar en la pantalla. El principal riesgo que se corre es el de la caricatura, como sucede en The Natural y su ridículo final con las luces estallando debido al cuadrangular. Pero en el fútbol de película, habría que intentar algo, incluso un tanto de caricatura; después de todo, muchos consideran a Shaolin Soccer una de las mejores películas que se han hecho sobre el deporte rey.

Quizás también te interese El viaje al pasado como condena en las películas o tal vez quieras revisar las entradas más recientes del blog.

9 de febrero de 2011

4 de febrero de 2011

No uno, cien blogs

A raíz de los cinco años recientemente cumplidos por la Pulga, estuve reflexionando e hice varias entradas sobre la pertinencia o no de tener un blog cuando mucha gente cree que a estas alturas ello no vale la pena. Quien leyó las entradas del mes pasado, sabe cuál es mi respuesta, y quienes no la saben aquí les va: bloguea, abre tus blogs, mantén los que ya tienes, luego existes. Pero semejante seguridad está acompañada por la sensación de que cada día me cuesta más mantener la Pulga actualizada. ¿Otro caso de cuchillo de palo en casa de herrero? Quizás. Quizás simplemente ya estoy cansado de mantener el sitio, quizás incluso los sitios personales y sin definición clara, como la Pulga, caducan. O quizás todos estos problemas se deben precisamente a la poca definición de la Pulga.
Mis otros blogs son si se quiere de nicho. Clones es una vaca lechera, tengo mi archivo de canciones y cuando llega el día de actualizar busco la canción que estoy más de ánimo para hablar de ella. La Cueva va no a mi ritmo sino al ritmo de la temporada de béisbol. La Oficina, que debería ocasionarme algún estrés debido a que en ella me impongo una reseña diaria y una actualización principal al mes, no me genera mayores problemas precisamente por el estricto calendario. Pero la Pulga. Con la Pulga pasan los días y no sé qué va a venir. Y de pronto, algo llega. A veces sin sudor ni lágrimas, a veces...
Mientras más pienso en ello más me convenzo de que la clave es definir nichos de interés. Yo abrí la Cueva porque me gusta el béisbol, vivo cerca del estadio de los Cubs y hay muy pocos blogs en español dedicados específicamente a equipos de Grandes Ligas. Abrí Clones no porque me gusta la música, sino porque me gusta comparar grabaciones de la misma canción realizadas por distintos artistas. Abrí la Oficina para tener un sitio donde mostrar mi trabajo literario, entendiendo que la literatura se hace no solo con lo que se escribe sino en gran medida con lo que se lee. Todas esas cosas, todos esos temas estaban de alguna manera en la Pulga, pero el tiempo me fue diciendo que tenía que separar las aguas. Y fue la movida correcta. Aunque cuando tengo que actualizar la Pulga ello se me convierta en un problema. Pero la Pulga sigue, sin definición y sin objetivo claro, y por eso es una bitácora personal.
Así, si me vuelves a preguntar si creo conveniente que abras un blog, mi respuesta es guerrillera: No uno, cien blogs.

1 de febrero de 2011

Gimme your Pin

27 de enero de 2011

Smarter than Us

26 de enero de 2011

This Geek Fashion

25 de enero de 2011

Galería de gente social media: Rosaura Ochoa

No recuerdo cuándo comencé a seguir a Rosaura Ochoa en Twitter. Imagino que antes de que le pusiera el candado a su cuenta, cosa inusual en personas que como ella han hecho de los social media su tema de experticia. Razones muy poderosas tuvo que tener para restringir las vistas de su perfil y preaceptar a sus seguidores, porque si hay alguien que conoce Twitter, esa es Rosaura.
En el blog de Rosaura encontrarás informaciones sobre el devenir de los social media, sobre el desempeño de empresas e individuos en las redes sociales y acerca de técnicas y guías para sacarle máximo provecho a tus cuentas en redes, especialmente en Twitter. En sus planes para este año, anuncia que su tema de mayor interés en 2011 serán los análisis sobre las formas de relacionarnos en las distintas redes.
Rosaura, además, tiene un programa de radio en Plaza Network, donde aborda, no podía ser de otra forma, el tema de las redes sociales y entrevista a distintas personalidades que hacen vida en redes.
Seguir a Rosaura permite estar enterado de lo que está sucediendo en el vertiginoso mundo de la conectividad. Por eso, no podía faltar en la Galería de gente social media.

22 de enero de 2011

5 años

Un 22 de enero, hace cinco años, hice la primera entrada en este blog. Y aquí seguimos, tú, lector, y yo. Te doy las gracias por haberme acompañado estos cinco años y te invito a seguir acompañándome en los años que vengan. ¡Salud!

19 de enero de 2011

La Pulga y el futuro

Cinco años después, es válido preguntarse por el futuro de la Pulga. Continuaré con el blog, pero ¿de qué forma? Hace poco me hice esa pregunta, ya que la Pulga siempre es el espacio que se sacrifica por los nuevos proyectos. Con la Oficina llevándose mi trabajo literario y buena parte de la promoción de otras iniciativas; con Clones absorbiendo mi atención musical; con la Cueva acaparando mi interés por el béisbol; con Nero a punto de robarse mis experimentos gráficos; suelen saltarme dudas sobre la continuidad, sobre la viabilidad de la Pulga. Sin embargo, como el dinosaurio, cuando despierto la Pulga continúa ahí. Un espacio experimental, que me permite poner a circular ideas y contenidos que todavía están en proceso de formación o consolidación. Un espacio para el librepensamiento, donde puedo opinar sobre temas de manera puntual o mientras me interesen. Un espacio para hablar sobre las cosas que me preocupan, o hablar sobre mis proyectos de manera más abierta, como en este post. Una bitácora personal, tal como se referían a ellas en los comienzos de los blogs. Un blog para la categoría Otros, lo que no entra o no encaja en cada uno de mis proyectos termina llegando acá. No sé.
Lo único que está claro es la tozudez. La Pulga continuará porque la Pulga debe continuar. Blogueo porque he de bloguear. Escribo porque quiero escribir. ¿Los temas? Los mismos de siempre y los nuevos que vendrán. Continuar el viaje, así de simple. Te invito a seguir acompañándome.

16 de enero de 2011

La Pulga y los beneficios de tener un blog

-Un par de veces me he encontrado textos tomados de la Pulga en servicios del tipo Yahoo Respuestas. Uno podría tener la reacción más común, indignarse porque alguien tomó mi texto sin permiso, pero cuando se piensa y se escribe, se quiere también influir y qué mejor manera para ello que ser utilizado como fuente de referencia.

-Cuando abrí mi cuenta de Twitter, se me ocurrió utilizarla para un experimento: contar una historia de largo aliento 140 caracteres por vez. Gatubellísima se llamó la novela, que ha sido reseñada varias veces como una idea pionera en utilizar Twitter para narrar historias. Gatubellísima está viva gracias no a Twitter sino a los blogs que en su momento o posteriormente hablaron de ella.

-Una de las entradas de la Pulga que más visitas recibe, es la que escribí acerca de la novela de Jorge Volpi, El Fin de la Locura, donde comentaba un detalle que me produjo que se desmoronara el entramado que Volpi construyó para hacer pasar por real a su personaje Aníbal Quevedo. Son varias personas las que han descubierto que Quevedo es de ficción debido a esa entrada, lo cual me convierte en un antipático que le dice a sus amiguitos que San Nicolás no existe, pero otra vez gracias a la Pulga he podido influir inesperadamente en un tema.

-Con la llegada del 2010, escribí que la década sí terminaba porque la gente está haciendo la cuenta 2000-2010, así de simple, y no una que comienza en el año 1 de nuestra era y que hace que la segunda década del segundo milenio haya comenzado en 2011. En un periódico venezolano hicieron un breve reportaje al respecto donde fui mencionado por esa opinión.

-Pensar, opinar, escribir y crear, en una palestra que es personal e íntima pero también pública y en permanente expansión. Qué agradecido estoy con mi blog y con todos mis lectores.

13 de enero de 2011

La Pulga cinco años después: ¿Vale la pena tener un blog?

En estos tiempos viven matando cosas, y una de las cosas favoritas para matar son los blogs. Desde que abrí la Pulga los anuncios de la muerte de los blogs, del fin de la era de los blogs, del final de la supremacía de los blogs, se han sucedido hasta el punto de que tarde o temprano algún bloguero se pregunta si vale la pena seguir con un blog o abrir uno. Si me preguntan a mí, la respuesta es siempre sí: abre un blog, no abandones el blog que ya tienes. Las ventajas, aunque al enumerarlas parecen obvias, es bueno mencionarlas debido precisamente a esa tendencia a dar por terminada la vigencia de los blogs.
Una tribuna propia: hablar de lo que te interesa, en el momento que decides y en la extensión que determines, es un lujo que todos deberíamos darnos. Sí, hay gente que no sabe aprovechar semejante oportunidad, pero gracias a los blogs hemos descubierto voces importantes, únicas, originales y sumamente informadas y conocedoras de sus temas. Tú puedes ser una de esas voces, pero si no has abierto tu blog todavía no hemos podido descubrirlo.
Una tribuna rastreable: son muchos los que renunciaron a su blog o a abrir uno porque se conforman con su cuenta en Twitter o en Facebook. Pero el problema de estos servicios es que no es fácil acceder al material una vez que ya vivieron sus quince segundos de fama. Con el blog el contenido aparece en búsquedas o puede ser enlazado fácilmente. No sabes qué entrada va a ser visitada una y otra vez en el tiempo, convirtiéndote en referencia sobre el tema del que habla la entrada.
Un espacio para la experimentación y el entretenimiento: el principal fanático de mi blog Clones Project soy yo, que suelo entrar y escuchar una canción tras otra, después de todo muchas de ellas se cuentan entre mis favoritas, así que siempre tengo algo que oír. Si te gusta un tema y abres un blog sobre ello, tendrás garantizadas muchas horas de distracción creativa preparando entradas y poniendo tu blog tal como quieres que esté. Por si fuera poco, te aseguro que descubrirás muchas cosas nuevas sobre el tema, probablemente aumentando tu interés en él. Si además generas prestigio de experto o gran conocedor, bueno, el beneficio es aún mayor.
Amistades y relaciones inesperadas: gracias a mi blog comparto con una cantidad de gente que de otra manera no sabría que existen. Además, recibo visitas de unos veinte países. En la entrada anterior hablé un poco de la audiencia, no está de más insistir que sin la Pulga jamás habría descubierto que podía tener una audiencia tan amplia.
Repito la pregunta aunque la respuesta ya la conoces: A estas alturas, ¿vale la pena abrir un blog o mantener activo el que ya tienes? Sí, ábrelo, mantenlo activo.

11 de enero de 2011

La Pulga y el descubrimiento de la audiencia

En 2005 ya no tenía mucho más dónde buscar. Había logrado estar en un par de revistas y básicamente coleccionaba rechazos editoriales. El siguiente paso era el retiro. Después de todo, el gran lector, ese que está en un comité editorial, había hecho su dictamen una y otra vez y tarde o temprano yo iba a terminar escuchándolo. Pero llegó 2006 y con ello la curiosidad por ser parte de un fenómeno en crecimiento, el de los blogs. Abrí Pulga de Libertad y otros dos que ya no existen y descubrí a la Audicencia.
Escribir para alguien que no conoces pero que existe y que puede llegar a tu página en cualquier momento. Escribir para alguien que te comenta o no, pero que regresa una y otra vez a tu sitio. Escribir para alguien de una nacionalidad inaccesible de otra manera, para alguien que vive en un lugar que nunca hemos conocido. Escribir y darse cuenta de que hay gente que tiene interés en lo que uno escribe. Con la Pulga entendí que el gran lector y la audiencia son independientes y que aunque uno te dé la espalda todavía se le puede dar la cara al otro. Cinco años después, un par de proyectos más, otro par en ciernes, aquí sigo, dándole la cara lo mejor que puedo a la audiencia, mientras los lectores y visitantes de este blog responden de la manera en que se ven estimulados o movidos a responder. Si tú has sido parte de esa audiencia, te doy las gracias por acompañarme, si llegas a la Pulga hoy por primera vez te invito a regresar y espero que encuentres material interesante. Gracias por el tiempo que le has dedicado a la Pulga en estos cinco años.

10 de enero de 2011

Hacia los 5 años

En unos días, la Pulga cumplirá cinco años de haber visto la luz. Mucho 0 y 1 ha pasado bajo ese puente digital. Me daré unos días para pensar en alguna actividad de conmemoración. Estaré informándote. Saludos.

6 de enero de 2011

Los extraños números de Roberto Alomar

En 2010, Roberto Alomar apareció por primera vez en la papeleta de votación para el Salón de la Fama del Béisbol y prácticamente quedó al borde de la gloria, al obtener 397 votos, a solo 8 de los 405 necesarios para alcanzar el 75% que abre las puertas de Cooperstown. Este año, Alomar ingresó por todo lo alto a la inmortalidad, al obtener un 90% de votos, 523 menciones sobre un total de 581 papeletas recibidas.
Lo interesante-extraño es que ese 581 significó un incremento de 42 papeletas recibidas respecto al 2010, cosa que elevó el umbral para ser electo a 436 votos. La diferencia entre 436 y los votos que recibió Alomar en 2010 es 39, número extraordinariamente parecido al incremento de papeletas en 2011. ¿Un caso de olvido colectivo corregido este año por estos  votantes que apoyaron a Alomar?
Claro, eso no explica las casi 100 menciones adicionales, que hicieron que Alomar viera su votación aumentar de 397 a 523 en un año. Una de las malas mañas más publicitadas de la BBWA (por sus siglas en inglés) es que algunos de sus miembros no votan por nadie en su primer año de elegibilidad. Desde 1990 solo otros dos jugadores, además de Alomar, han ingresado al Salón de la Fama en su segundo año de aparecer en la papeleta. Rollie Fingers en 1992 y Carlton Fisk en 2000. Ambos, como Alomar, quedaron muy cerca en el primer año, pero ninguno vio en el siguiente el caudal de aumento de votos que el puertorriqueño (Fingers pasó de 291 a 349 y Fisk de 330 a 397). 126 votos más en un año hace sospechar que en el caso de Alomar no se trató de malas mañas sino de miembros de la BBWA que al parecer hicieron su tarea solo cuando el mundo del béisbol se consternó al conocer que Alomar no fue electo en su primera oportunidad.
Queda, por supuesto, la posibilidad de que un importante número de esas menciones sea producto de nuevos votantes, que ganaron este año su derecho a elegir a los miembros del Salón de la Fama, lo cual hablaría de una brecha generacional bastante significativa.
Pero independientemente de estos extraños números, Roberto Alomar está donde debe estar: entre los más grandes de la historia del béisbol.