Buscar en la Pulga

29 de noviembre de 2010

Gimme a Break!

22 de noviembre de 2010

Muchas o pocas personalidades 2.0

Soy de los que cree que cada red social en la que entramos nos obliga a hacer algo distinto. Ya lo he dicho antes, el reto es ser diferente en cada red, aunque cada vez es más común enlazar los sitios más populares entre sí. Por ejemplo, son muchos los que automáticamente repiten sus tuits en el timeline de Facebook o en el perfil de LinkedIn. Pero en ambos, y sobre todo en LinkedIn, la sucesión de tuits más bien ensucia el mensaje que se quiere enviar, porque querrámoslo o no cada red tiene su propio mensaje y nuestras actualizaciones y actividades son leídas e interpretadas desde la red en que son recibidos. Puede que esto sea interpretado como un llamado a la esquizofrenia, pero creo que la vida en red, la vida social media, la vida 2.0, exige de nosotros tener tantas personalidades como redes a las que pertenezcamos. La tarea es entender bien qué nos dará cada red y una vez que decidamos entrar en unas y no en otras, actuar de la manera en que podamos sacarle mayor provecho a la red en específico.

20 de noviembre de 2010

With the heart in my hand

17 de noviembre de 2010

¿Hay algo que aprender de la llegada de los Beatles a iTunes?

La noticia de que Apple daría un gran anuncio fue más noticiosa que el anuncio en sí. Cuando se supo de qué se trataba, más de uno se sintió simplemente decepcionado. Después de todo, que los Beatles estén por fin presentes en la tienda iTunes no es más que llenar un vacío de catálogo. En un negocio que se basa en vendernos lo mismo en distintos formatos, que los más grandes vendedores de la historia renunciaran a vender en el formato más popular de la actualidad resultaba simplemente contranatura. Tarde o temprano los Beatles llegarían a iTunes, todos lo sabíamos. Entonces, vale la pena preguntarse por qué tanto bombo.
La manzana de la discordia
La ausencia de los Beatles en el catálogo iTunes se explicaba porque la compañía que los cuatro de Liverpool crearon para tener más control sobre su marca, Apple Corp., demandó por allá en el año 1978 a Apple Computer por violaciones de marca registrada. Todavía la disputa no se ha saldado del todo, incluso con este paso en iTunes.
La revista Stereogum señala que era más una cosa de orgullo que de ventas para Apple el lograr que el repertorio Beatle estuviera presente en iTunes. No toda la música estaba en iTunes, faltaba nada más y nada menos que una de las bases fundamentales de la música pop. En otra nota, Stereogum reseña que el single de los Beatles que mejor se comportó en ventas en el primer día de disponibilidad en iTunes, se ubicó en el puesto número 75 en descargas, nada mal para un repertorio que todo el que lo quería ya lo tiene, pero tampoco nada que augure una revitalización de los viejos clásicos. Y aún así, Apple se tomó el trabajo de anunciarnos una gran noticia.
Mucho ruido, ¿poca música?
El comediante C.m. Velasquez en su cuenta de Twitter @BrilliantOrange escribió que nunca olvidará el día que pudo comprar por séptima vez el álbum blanco de los Beatles. Mensajes por ese estilo se multiplicaron en la red. Intentar darle dimensión de gran evento a poder descargar canciones que ya forman parte del ideario mundial era una tarea muy difícil incluso para el poderoso andamiaje publicitario de Apple.
Pero Apple y sobre todo los Beatles no tenían otra opción que darle cariz de gran evento a un asunto que más parece fruto de cansancio de las partes. ¿Qué hacer ante una situación como esa?
La decepción comienza a ser un arma comunicacional a tener en cuenta en tiempos donde la sobreabundancia informativa puede hacer parecer noticia espectacular que un gato bostece al mismo tiempo que su dueño. Una noticia que de haberla hecho pasar por debajo de la mesa habría mostrado a ambas partes como derrotados, tampoco sería vista como un gran evento, a menos no de la manera en que solemos imaginar los grandes eventos. Tantos mensajes de "¿eso era todo?" crearon el ambiente que de otra forma no habría podido crear Apple. El gran espectáculo fue la falta de espectáculo.
¿Apple sabía que su gran anuncio sería un bluf? Probablemente sí, porque extraño a su práctica de hermetismo y control en eventos similares, esta vez al parecer hubo filtraciones de la información.
"Nadie se va a entusiasmar mucho por este evento, entonces hagamos que hablen de lo decepcionados que están por el evento". Es el viejo adagio "que hablen de mí, aunque sea mal" llevado a la era del tuit.

14 de noviembre de 2010

Diez novelas gráficas imprescindibles





10-Kafka: El mayor mérito de esta biografía del escritor checo, escrita por David Zane Mairowitz y dibujada por Robert Crumb, es la forma perfecta como incorpora las historias del propio Kafka a la narración biográfica a través del dibujo. Un lujo que una biografía solo de letras no puede darse.
9-Britten and Brülightly: El policial de Hannah Berry es una obra de arte página a página, cuadro a cuadro, con varias de las composiciones más maravillosas que me he encontrado en el género. Ello compensa cierta debilidad en la historia.
8-Otelo: El genio de Shakespeare en versión manga gracias al dibujo de Ryuta Osada y a la adaptación de Richard Appignanesi. En manga todas las pasiones se ven más desenfrenadas, cosa que hace el leer a Shakespeare mucho más intenso de lo que ya es.
7- Ghost World: una historia nacida de la agorafobia que produce el suburbio, este cómic de Daniel Clowes también fue llevado al cine y vale la pena tenerlos en combo, porque ambas versiones se complementan de una manera especial.
6- Mr. Spic goes to Washington: la historia que todo activista latino en Estados Unidos quisiera que fuera cierta. Escrita por Ilan Stavans y dibujada por Roberto Weil, el libro a veces peca de obvio pero el tono de "pudo haber pasado" lo rescata.
5- Persépolis: La autobiografía de Marjane Satrapi es una de las cotas más altas que ha alcanzado el género de la novela gráfica, gracias a una historia que nunca deja de sorprendernos y a un dibujo que parece de trazo ingenuo pero encierra una maestría difícil de alcanzar.

4- Pyongyang: A Journey in North Korea: Guy Delisle nos cuenta su estadía en Corea del Norte con agilidad y honestidad, revelándonos detalles del régimen norcoreano que el dibujo convierte casi en fantasía o delirio.
3- City of Glass: La primera parte de la Trilogía de Nueva York de Paul Auster, fue adaptada al cómic por Paul Karasik y David Mazzucchelli de una manera tan magistral que es difícil imaginarse que Auster no la haya escrito pensando en la narración por cuadros en secuencia.
2- Epileptic: La vida de David B. y su familia, marcada por la enfermedad de su hermano. Un libro duro, a ratos depresivo, pero que nos regala una obra de arte con cada pasar de página.
1- Maus: El tótem del género, Maus narra no solo la historia del padre de Art Spiegelman sino también lo duro que resultó para el artista ser hijo de un sobreviviente del Holocausto. Maus es una obra monumental que nadie debería dejar de leer.

11 de noviembre de 2010

So sensitive

9 de noviembre de 2010

The Elephant in the Room

8 de noviembre de 2010

De la simpatía del buen librero

Los buenos libreros trabajan en las arenas movedizas de quien tiene que hacer dinero del objeto más preciado. Por eso, un buen librero nunca está de buen humor. Recomendar un libro y en última instancia venderlo, es para el librero una pequeña traición a sí mismo, pues ese libro estaba en los anaqueles por una razón especial y en el tiempo que permaneció ahí el librero desarrolló un cariño por ese volumen que hace de cada venta una pérdida irreparable.
Si al comprar un libro, el librero no te lo entrega en una bolsa sino que te lo lanza por la cabeza, no huyas despavorido ni denuncies el lugar en algún foro de clientes descontentos. Todo lo contrario, acabas de encontrar una librería a la que tienes forzosamente que volver.

6 de noviembre de 2010

Blood ties


¿Cuántos años tenía cuando vi por primera vez La Guerra de las Galaxias? ¿Cinco, seis? Máximo siete. Treinta años después La Guerra de las Galaxias sigue siendo referencia principal de los niños de cinco, seis y siete años, pero también de once, doce, trece, o de diecisiete, dieciocho y diecinueve, quizás no sea referencia solo de alguna generación que creció entre el momento que la primera trilogía ya lucía excesivamente añeja y la llegada de la nueva trilogía.
Hace un par de días le compré a mis sobrinos los cómics Blood Ties, que narran en cuatro fascículos (el último a salir a finales de noviembre) la vida de Boba Fett. Se los compré, porque como tantos otros iguales que yo, Boba Fett siempre fue mi personaje favorito de La Guerra de las Galaxias (a pesar de que su presencia e importancia en la primera saga fue bastante marginal) y porque mis sobrinos, de 12 y 9 años respectivamente, son fanáticos de Clone Wars, historia donde Boba Fett y su padre, Jango Fett, tienen una importancia vital, por ser el ADN de Jango el que sirviera de base al ejército de clones.
En pocas cosas o temas tengo la posibilidad de hablar de tú a tú con mis sobrinos de la manera que La Guerra de las Galaxias, los Episodios y Clone Wars me lo permiten. Me quito el sombrero ante eso.

4 de noviembre de 2010

Publicaciones innovando

En el más reciente número de la revita Poets & Writers, hay un reportaje sobre 17 revistas y editoriales catalogadas como independientes, que están realizando algún método novedoso para llevar literatura a su público. A continuación, la lista:
Dusie Kollektiv: una comunidad internacional de poetas y escritores que se proponen proyectos colectivos.
Dzanc Books: una editorial sin oficinas pero que no escatima en adquisiciones y busca presencia a través del trabajo comunitario.
Foursquare: una revista mensual hecha a mano cuyos números traen cuatro poemas de cuatro mujeres impresos en una sola hoja.
Siglio Press: editorial de libros artefacto realizados por autores a medio camino entre las artes gráficas y la narración.
Ugly Duckling Presse: otra editorial de libro hechos a mano.
Granta: la renombrada revista hace esta lista por sus esfuerzos de expansión, que incluyen la versión en español y los podcasts y aplicaciones con que está acompañando sus números.
Plastique: distribuye sus ebooks repartiendo en lecturas y librerías tarjetas de presentación con códigos de adquisición y descarga.
Cellpoems: distribuye poemas vía mensajes de texto.
Diagram: revista digital que hace de la presentación gráfica parte del contenido de sus palabras.
Storyville: distribuye semanalmente vía redes sociales un cuento sacado de alguna antología recién publicada. Disponible a través de la tienda de iTunes.
Textsound: una audiorevista que se precia de ser como un cassette o como un programa de radio.
Versal: la revista de una red trasnacional de escritores.
Forklift: una revista hecha a mano de materiales de reciclaje.
Fact-Simile: barajitas literarias, entre otras cosas.
Electric Literature: a la vanguardia en utilizar las más recientes tecnologías de e-reading.
New Directions: fundada en 1936, ahora está adoptando las nuevas tecnologías.
Publication Studio: que presume de producir no sólo libros sino públicos.

2 de noviembre de 2010

Con mi biblioteca a cuestas

Ayer escribí una entrada sobre escritores ficticios que habitan las páginas que he leído. La escribí de memoria, pensando en títulos y personajes y acudiendo a Internet cuando no recordaba el nombre exacto de alguno. Lo hice así, porque mi biblioteca está en Caracas y yo en Chicago. Quizás algún día volvamos a reunirnos.
El ritmo de los tiempos
Todos lo hemos entendido respecto a la música: Con los nuevos formatos no ganamos en calidad de sonido. De hecho, los que buscan calidad de sonido no abandonaron o han regresado al vinil, al viejo disco de pasta que lucía tan obsoleto a comienzos de los 90 y que hoy por hoy es sinónimo de gente que está buscando algo más en la música. Por eso, las ediciones actuales en vinil suelen venir con temas y arte especiales, sólo disponibles en ese formato.  Hoy por hoy, el disco de pasta es formato no de trasnochados sino de entendidos.
Sin embargo, el vinil es cosa sólo de coleccionistas, de DJs y de grandes melómanos, una minoría que no está dispuesta a sacrificar la calidad de la música, esa capacidad del LP de recoger hasta el más mínimo murmullo de un cantante sobre el micrófono o la más sutil caricia de un baterista a su instrumento, esa manera de convertir el sonido de una grabación en la luz de una vela, un espectáculo único e irrepetible debido a la forma en que la aguja del tocadiscos recorre los surcos del disco al ritmo de su propia respiración mientras convierte el lugar donde suena en el centro del mundo. El escuchar música en discos de vinil es una experiencia de cuerpo completo. Desde escoger el disco hasta cambiarlo de lado, oler el tiempo que lleva sin ser reproducido, sentir el polvo o la estática que pudieran dañar la reproducción, sostener la carátula o ponerla en un lugar donde no se dañe, el LP exige un tipo de atención que la mayoría de nosotros ya no le dedicamos a la música.
Para la mayoría basta con el shuffle de un reproductor digital y mientras más canciones haya en la memoria del aparato mejor, porque así hay que pensar menos en la siguiente. La música digital responde al ritmo de los tiempos. Disponible en todo momento para gente que vive de aquí para allá, que pasa la mayor parte de su día en el trabajo, yendo al trabajo y viniendo del trabajo, que usa la música como compañera de viaje. No es que quien tenga un iPod disfrute o le guste menos la música que aquellos que rinden culto al LP, simplemente la pueden disfrutar de una manera que el LP no permite, quizás de una manera más integrada con su vida cotidiana.  
Las bibliotecas personales y el ritmo de los tiempos
En otra oportunidad sostuve que el libro se parece al LP; creo que no desaparecerá como objeto y recibirá una atención especial de muchos cultores. Por ello, tendrá un mercado lo suficientemente devoto como para que a pesar de la caída de grandes librerías y de la más que probable sustitución del Kindle y del iPad por la próxima-gran-cosa-nueva, veamos librerías dedicadas al placer de la lectura en libro mantenerse pequeñas pero sólidas, así como se mantienen discotiendas de LP a pesar de la caída de los grandes almacenes de discos y de la constante aparición de nuevos formatos desde la llegada del CD hasta hoy. Pero no sólo el mercado y las nuevas tecnologías están presionando por la adopción masiva de dispositivos de lectura digital, también el ritmo de los tiempos clama por ello.
Los más grandes defensores del libro de papel son ávidos lectores, lectores de esos que tienen su sillón especial, que comienzan la lectura desde la forma en que recorren los anaqueles de una librería, que se detienen en la portada y que disfrutan de la textura del papel, lectores que se sumergen tanto en un libro que lo convierten en parte de sí y son capaces de hablar de sus situaciones, de sus pasajes, de sus frases e ideas, de sus personajes como si los conocieran, como si ellos mismos hubieran sentido o vivido lo que las páginas del libro narra, y de alguna forma fue así porque leer siempre es vivir un poco lo leído. Pero no hace falta decirlo, ya no quedan muchas lecturas así. Digo lecturas y no lectores porque incluso quienes leen así no pueden hacerlo con la frecuencia que quisieran, atrapados en la misma vorágine que es la vida cotidiana de la mayoría. Así como los que escuchan música en LP también tienen reproductores digitales portátiles para tener su música siempre de compañía, tarde o temprano los lectores más ávidos serán quienes tengan siempre consigo su dispositivo de lectura digital para poder leer en todo momento y también para añorar el libro que los espera en su rincón especial.
De la conveniencia
Se insiste poco en la conveniencia de la biblioteca digital porque muchos la comparan con el iPod. No resulta tan obvia la ventaja de tener todos los libros disponibles en el trayecto de la casa al trabajo, como sí resulta obvia la ventaja de tener toda la música al alcance en cualquier momento. Pero la movilidad de los tiempos que corren no se expresa sólo en esos trayectos diarios. La importancia de la disponibilidad de una biblioteca se vive, y se sufre, cuando se está en Chicago queriendo escribir una entrada de blog sobre algunas lecturas predilectas y la biblioteca personal está en Caracas. Nunca como ayer deseé tanto tener mi dispositivo de lectura digital a mano.
Catedráticos que viajan a un congreso con toda su biblioteca disponible; estudiantes que inician postgrado en otra ciudad o país y que llevan todos sus libros y apuntes bajo el brazo; estudiantes de bachillerato y primaria que para hacer las tareas el fin de semana que les toca quedarse con el papá no tienen sino que cargar con un liviano dispositivo de lectura. Todos esos usos irán haciendo imprescindible la biblioteca digital personal. Algunos cultivarán la otra biblioteca, la de libros físicos; otros serán devotos de su biblioteca digital de una manera que hoy muchos piensan sólo posible para el libro en papel; pero la mayoría acumularán títulos que permanecerán olvidados en sus dispositivos de lectura hasta que necesiten espacio para otros nuevos o que ni siquiera recordarán que estaban ahí cuando cambien o actualicen el dispositivo.  

1 de noviembre de 2010

5 escritores influyentes que nunca existieron

La lista podría ser de 10, o de 20, después de todo, uno de los temas más caros a los escritores es el del autor, su proceso creativo y su relación con la obra. Por eso, es común que los escritores no solo se inventen historias sino a quienes las cuentan.
El escritor-personaje suele ser de al menos tres tipos: 1) El escritor que entrega la obra completa o en elaboración, convirtiendo al "autor real" en simple transcriptor. 2) El escritor cuya obra es ya conocida y el autor real funciona como simple seguidor, comentador, crítico o estudioso de esa obra. 3) El escritor en acción, del cual gracias al autor real podemos conocer su proceso creativo e incluso fragmentos de su obra.
A continuación, los 5 escritores que nunca existieron cuya obra y figura tienen un lugar especial en mi biblioteca:
5) Cesárea Tinajero en Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño: Escritora de culto cuyos dos únicos poemas son el germen del Realismo Visceral. Es una escritora de ficción del segundo tipo, donde su escasa obra es reverenciada por los realistas viscerales quienes emprenden un viaje por México en su búsqueda. La aventura de Ulises Lima y Arturo Belano en busca de Tinajero es uno de los libros más maravillosos que alguna vez haya leído.
4) Paul Sheldon en Misery de Stephen King: Exitoso best seller, Sheldon tiene un accidente de tránsito que lo pone en manos de una enfermera demente y ello nos permite acudir a su proceso creativo para resucitar a Misery, un proceso tortuoso no sólo por la loca que lo mantiene secuestrado sino porque tiene que destruir el primer y único manuscrito de la que considera su mejor novela y por si fuera poco es obligado a escribir con una máquina a la que se le están cayendo teclas.
3) Ka en Nieve de Ohman Pamuk: Atrapado por la nieve y por la situación política de su país, Ka deambula por el pueblo de Kars en una investigación periodística mientras a su cabeza llegan los poemas que serán los últimos que escriba. Pamuk es un maestro y su libro es como una nevada hipnótica y silenciosa; casi sin darnos cuenta Pamuk nos cubre con una de las obras más increíbles y hermosas que me haya encontrado.
2) Pierre Menard en Pierre Menard, autor del Quijote de Jorge Luis Borges: en unas pocas páginas, como si se tratara de una reseña de revista, Borges nos presenta a Menard y su obra, cuyo hito más importante es la reescritura-lectura del Quijote de Cervantes. Calificado como plagiario por muchos, como simple lector por otros tantos, Pierre Menard es el autor que nunca escribió al que más he leído, porque nunca estoy seguro si leo el Quijote de Cervantes o el suyo.
1) Cide Hamete Benengeli en El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes: Cervantes se nos presenta como un simple traductor del Quijote, cosa que convierte a Cide Hamete en un escritor ficticio del tipo 1. La figura de Cide Hamete, los juegos que le permite realizar a Cervantes a lo largo de la obra, los distintos puntos de vista de narrador que ocasiona, han sido y seguirán siendo objeto de estudio y de admiración por muchos años. Para mí, el Quijote es la novela que contiene todas las novelas, pareciera que Cide Hamete le permitió escribir a Cervantes todas las historias.
Algunos escritores que quedaron fuera del conteo por limitarme a cinco: T.S. Garp en El Mundo según Garp de John Irving; Morelli en Rayuela de Julio Cortázar; Charlie Mears en El Cuento más hermoso del mundo de Rudyard Kipling; los autores de Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino.