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17 de noviembre de 2010

¿Hay algo que aprender de la llegada de los Beatles a iTunes?

La noticia de que Apple daría un gran anuncio fue más noticiosa que el anuncio en sí. Cuando se supo de qué se trataba, más de uno se sintió simplemente decepcionado. Después de todo, que los Beatles estén por fin presentes en la tienda iTunes no es más que llenar un vacío de catálogo. En un negocio que se basa en vendernos lo mismo en distintos formatos, que los más grandes vendedores de la historia renunciaran a vender en el formato más popular de la actualidad resultaba simplemente contranatura. Tarde o temprano los Beatles llegarían a iTunes, todos lo sabíamos. Entonces, vale la pena preguntarse por qué tanto bombo.
La manzana de la discordia
La ausencia de los Beatles en el catálogo iTunes se explicaba porque la compañía que los cuatro de Liverpool crearon para tener más control sobre su marca, Apple Corp., demandó por allá en el año 1978 a Apple Computer por violaciones de marca registrada. Todavía la disputa no se ha saldado del todo, incluso con este paso en iTunes.
La revista Stereogum señala que era más una cosa de orgullo que de ventas para Apple el lograr que el repertorio Beatle estuviera presente en iTunes. No toda la música estaba en iTunes, faltaba nada más y nada menos que una de las bases fundamentales de la música pop. En otra nota, Stereogum reseña que el single de los Beatles que mejor se comportó en ventas en el primer día de disponibilidad en iTunes, se ubicó en el puesto número 75 en descargas, nada mal para un repertorio que todo el que lo quería ya lo tiene, pero tampoco nada que augure una revitalización de los viejos clásicos. Y aún así, Apple se tomó el trabajo de anunciarnos una gran noticia.
Mucho ruido, ¿poca música?
El comediante C.m. Velasquez en su cuenta de Twitter @BrilliantOrange escribió que nunca olvidará el día que pudo comprar por séptima vez el álbum blanco de los Beatles. Mensajes por ese estilo se multiplicaron en la red. Intentar darle dimensión de gran evento a poder descargar canciones que ya forman parte del ideario mundial era una tarea muy difícil incluso para el poderoso andamiaje publicitario de Apple.
Pero Apple y sobre todo los Beatles no tenían otra opción que darle cariz de gran evento a un asunto que más parece fruto de cansancio de las partes. ¿Qué hacer ante una situación como esa?
La decepción comienza a ser un arma comunicacional a tener en cuenta en tiempos donde la sobreabundancia informativa puede hacer parecer noticia espectacular que un gato bostece al mismo tiempo que su dueño. Una noticia que de haberla hecho pasar por debajo de la mesa habría mostrado a ambas partes como derrotados, tampoco sería vista como un gran evento, a menos no de la manera en que solemos imaginar los grandes eventos. Tantos mensajes de "¿eso era todo?" crearon el ambiente que de otra forma no habría podido crear Apple. El gran espectáculo fue la falta de espectáculo.
¿Apple sabía que su gran anuncio sería un bluf? Probablemente sí, porque extraño a su práctica de hermetismo y control en eventos similares, esta vez al parecer hubo filtraciones de la información.
"Nadie se va a entusiasmar mucho por este evento, entonces hagamos que hablen de lo decepcionados que están por el evento". Es el viejo adagio "que hablen de mí, aunque sea mal" llevado a la era del tuit.

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