Buscar en la Pulga

21 de diciembre de 2009

El último lugar...

...donde usaría un billete de 2 dólares, sería en una máquina de chucherías.



No deja de ser simpático que el vendedor de chucherías tenga a bien darnos esa posibilidad:

19 de diciembre de 2009

Reciclar, reciclar, reciclar

Separar, separar, separar, plásticos por aquí, papeles por allá, orgánicos por este lado, vidrios por este otro, y esto, esto no es recicable, qué horror, qué mal ciudadano, malo, malo, malo, prometo volver a portarme bien, plásticos por aquí, papeles por allá, orgánicos por este lado, vidrios por este otro, cada día me enorgullece más mi huella de carbono.
***
Sueldo mínimo, sin beneficios, supuestamente ocho horas diarias pero en realidad cada jornada es de doce, sin horas extra, sin quejas ni reclamos, sin días personales ni de enfermedad, porque el que se queja o el que falta es sustituido de inmediato, que con estos índices de desempleo, mano de obra no calificada hay de sobra.
***
Reciclar, reciclar, reciclar, si no el planeta se va a acabar, reciclar, reciclar, reciclar, si no el planeta se va a acabar, todos tenemos que poner no un granito de arena, toda una playa de esfuerzo, plásticos por aquí, papeles por allá, orgánicos por este lado, vidrios por este otro, reciclar, reciclar, reciclar, si no el planeta se va a acabar.
***
No soporto este dolor de espalda y me dicen que la policía anda alborotada pidiendo papeles en el barrio, espero que mis documentos falsificados sigan engañándolos, pero lo mejor es llegar temprano, salir de esto rápido, sin horas extra que igual no me van a reconocer, plásticos por aquí, papeles por allá, orgánicos por este lado, vidrios por este otro, meto todo en el mismo lugar y me voy pal carajo que por este sueldo el planeta me sabe a mierda.

17 de diciembre de 2009

¿Quién no conochi a Nadia Comaneci?

El otro día estuve en una reunión donde había varios rumanos y el tema de conversación no fue la inmigración y sus dificultades, la vida durante el régimen de Ceausescu o qué tanto de rumana, qué tanto de alemana tiene la nueva premio Nobel de Literatura, Herta Müller. La conversación fue sobre Nadia Comaneci y eso me permitió ser parte bien activa de la conversa, mencionando cómo el primer diez de la historia de la gimnasia fue mostrado en las pantallas del gimnasio como un uno, porque las pantallas no estaban diseñadas para tener el dígito extra y hubo que esperar, en medio de la confusión general--todo el mundo sabía que Nadia no había obtenido un 1.00, pero entonces ¿cuál era su puntuación?--, a que por el audio interno explicaran que la ejecución de Comaneci en las barras asimétricas había obtenido el 10 de la perfección. Incluso, sacándole provecho a la condición de lengua romance del rumano, pude echar el viejo chiste de quién es el esposo de Nadia Comaneci--Nadie lo conoci--que entendieron a la perfección y disfrutaron como se disfruta todo chiste extremadamente gafo.
Ya han pasado más de 33 años desde el 10 de Comaneci y al parecer sigue siendo tema de conversación entre los rumanos. A los venezolanos creo ya se nos olvidó el oro del Morochito Rodríguez en las Olimpíadas del 68 y de los Héroes del 41 nadie se acuerda. Si en unos siete años vuelvo a estar en una reunión con rumanos y no hablan de Nadia Comaneci, podré concluir que el orgullo nacional comienza a caducar más o menos a los cuarenta años.

16 de diciembre de 2009

Debaser

David Byrne sobre los ring tones

"En el vagón del tren, escucho la débil y distante cacofonía de varios tonos de celular--Trozos de Mozart y de hip-hop, ring tones de canciones viejas y fragmentos de canciones pop--todos provenientes de minúsculas cornetas de teléfono. Todos tintinean aquí y allá. Todos increíblemente pobres reproducciones de otra música. Estos ring tones son 'anuncios' de la música 'de verdad'. Esta es música no hecha para ser realmente escuchada como música sino como recuerdo y referencia de otra, verdadera, música. Estos son anuncios de audio ambulantes que proclaman 'yo soy una persona Mozart' o, más frecuentemente, 'no tengo ni siquiera ganas de seleccionar un ring tone'. Una sinfonía moderna de música que no es música sino que dice que alguien recuerda la música".

Bicycle Diaries, David Byrne

15 de diciembre de 2009

David Byrne sobre Niagara Falls

"Más adelante, había un motel tras otro. Años atrás, esta área solía ser un lugar excelente para lunas de miel--aunque ahora es difícil imaginar a nadie pasando su luna de miel aquí excepto de una maner irónica. ¿Una luna de miel irónica? Bueno, ¿quién querría pasar su luna de miel en un pedazo de carretera que luce como si fuera un lugar cualquiera de los Estados Unidos?".

Tomado de Bicycle Diaries, su más reciente libro que estoy comenzando a leer y ya recomiendo ampliamente.

14 de diciembre de 2009

El futuro es en otra parte

Cada vez que en una oficina, en una empresa o en un negocio intentan prohibir el uso de Twitter, Facebook o de cualquier red social, quienes están a cargo de la decisión deberían pensar en lo atractivo que vuelven trabajar en un lugar que prefiere darle las espaldas al futuro que intentar ser parte de él.

13 de diciembre de 2009

¿Quién le teme a la familia Addams?


Que Nathan Lane interprete a Gomez Addams es razón suficiente para no perderse el nuevo musical The Addams Family, que con preestreno en Chicago pronto hará su debut en la meca del teatro, Broadway. Y aunque ni Lane ni el resto del elenco defraudan, tampoco te dejan del todo contentos. Porque lo que comienza como un festín de los Addams, mostrándonos a una Wednesday en su adolescencia enamorada por primera vez y por ello a una Morticia inesperadamente preocupada por su vejez, termina dejando a la familia en un segundo plano para solucionarle la vida a los papás del novio de Wednesday. Error imperdonable, todos los asistentes al teatro fueron a ver a la familia Addams y no a la familia... quizás alguien recuerde el nombre. Así, nos quedamos con las ganas de que la comedia realmente explotara a una Morticia luchando contra el paso de los años o que le sacara todo el provecho a una Wednesday cuestionando la "normalidad" de su familia, y que le diera a Gomez algo más que una bufonesca presencia durante toda la pieza. Claro que Lane hace un bufón difícil de olvidar, pero se podía más, mucho más, muchísimo más.

7 de diciembre de 2009

George Clooney en el aire


Hay algo que no termina de funcionar en Up in the air, la nueva película de Jason Reitman, y creo que es George Clooney. Mejor dicho, lo que no funciona es la lectura que Reitman y Clooney hicieron del papel que tenía que interpretar un actor al que no le da miedo transformarse para hacer comedia (O brother, where art thou?, The Men who stare at goats) ni mostrarse como un perdedor o como víctima de las circunstancias (Syriana, Michael Clayton, La tormenta perfecta). Pero en Up in the air, el Clooney que nos presentan es el galán seductor, el irresistible, el triunfador, el tipo de persona que uno no quisiera que te informara sobre tu despido. Y ese es justo el oficio del personaje de Clooney: un tipo que viaja más de trescientos días al año yendo de compañía en compañía informándole a la gente que está despedida, mientras acumula millas de viajero con el fin de pertenecer a un exclusivísimo club de pasajeros.
Los dramas que vive el personaje serían más creíbles y más conmovedores si el personaje lo hubiera interpretado alguien estilo el Paul Giamatti de Duets, que de hecho es un personaje que se enfrenta a una encrucijada de vida muy parecida a este de Up in the air.
Creo que la culpa no es de Clooney sino de Reitman, que como director y guionista confundió la labia de su personaje con la de la anterior película donde ejerció el doble rol, Gracias por fumar. Pero en aquella las palabras se utilizaban para convencer a los poderosos de su poder, en esta se usan para decirle a los perdedores que no lo han perdido todo. Si George Clooney es quien te va a decir que tu despido es una oportunidad, por lo menos que se deje el bigote ridículo de los hombres que miran las cabras.

6 de diciembre de 2009

Up in the air en Twitter

Cuando llegué de ver Up in the air, me metí en Twitter y comencé a seguir a Jason Reitman. El director y escritor de la película debe ser un excelente tuitero, no lo puedo asegurar todavía porque acabo de llegar del cine, pero la forma como Reitman está atrapado por la frase gancho, por la sabiduría en 140 caracteres o menos, me hace pensar que su presencia en mi timeline debe valer la pena. No estoy seguro de que esto sea un elogio o un insulto para el Reitman cineasta, lo cierto del caso es que los mejores momentos de Up in the air parecen hechos para que alguien los tuitee. De la película hablaré mañana, porque ahorita estoy un poco distraído leyendo el timeline de Reitman.

4 de diciembre de 2009

Un libro invisible


Un escritor es tan elocuente como el lector se lo permita. Porque lo que está escrito depende de quien lo lea tanto como una marioneta depende de quien mueve los hilos. Y la mayor falta de elocuencia de un escritor proviene, por supuesto, de la no lectura. El papel con que están hechos los libros que no se leen, se obtiene de los troncos de esos árboles que se caen en el bosque sin que nadie esté presente. Las letras impresas en esas páginas se vuelven invisibles, como se volvieron para mí las palabras de Paul Auster en Invisible, su última novela.
La que parecía una historia interesante con un Auster en su mejor forma, se me derrumbó por ese afán del escritor de torcer el rumbo de los acontecimientos en nombre de un azar tan forzado que deja de ser casualidad y se vuelve truculencia: el personaje que en el primer capítulo se enfrenta a un dilema moral que luce narrativamente prometedor, es sacado del mismo por un crimen bastante gratuito. Luego, en la segunda parte, ese personaje se nos muestra escribiendo un libro desde su lecho de muerte donde devela un secreto que hace palidecer el dilema anterior. Ya en la tercera parte, fascinado por la historia, el primer lector del libro por concluir quiere conocer el final, sólo para encontrarse con que el escritor murió apenas veinticuatro horas después de enviarle el manuscrito del capítulo II. Hasta ahí llegué, no pude más, me perdió esa desaparición forzosa de un personaje al que se le tilda de invisible porque se le quiere oculto con trucos de poca monta. Quizás sea injusto o en extremo exigente con un escritor que me ha dado muchas alegrías y que tal vez por eso haya leído demasiado. Pero lo cierto del caso es que cerré el libro sin marcapáginas adentro cuando apenas iba por la mitad.

1 de diciembre de 2009

El discreto encanto de la izquierda

Las máquinas de video de los bares tienen que tener la precisión de un reloj suizo de cantón alemán, porque deben ser lo suficientemente retadoras como para que un grupo de adultos con unos palos encima se interesan en jugar con ellas, y lo suficientemente fáciles de usar como para que un grupo de adultos con unos palos encima no se frustren al jugarlas. Así, el grupo de siete personas que estábamos pasando un buen rato en un bar estilo irlandés--aunque la verdad sea dicha, ese es un dato irrelevante, porque la casi totalidad de los bares de Chicago son estilo irlandés--, decidimos retarnos a una partida de bowling de maquinita y como si todos hubiéramos sido habitués del lugar y fans de la maquinita, strikes y spares iban y venían y el resultado de la partida se estaba decidiendo por que alguno pudo sacar el split de los pines 4-7-10 y otro no.
Pero en la simpleza del mecanismo había una complicación imperceptible para la mayoría de las personas del planeta. La máquina estaba, como casi todas las cosas de este mundo, diseñada para derechos. Uno a uno los adversarios de la partida hacían naturalmente el mismo movimiento para activar al jugador de la pantalla, imprimirle velocidad y dirección a la bola y lanzarla para derribar los pines. Hasta que esa uniformidad la rompí yo, no por excéntrico ni por rebelde, mucho menos porque estuviera seguro de que mi movimiento me garantizaría mejores resultados en la faena, simplemente fue porque soy zurdo y buscaba la otra naturalidad, la forzada, la de este lado del espejo, la que nos permite a todos los que utilizamos la mano izquierda vencer diariamente los obstáculos de un mundo hecho con una ligera inclinación que nos desequilibra, que nos hace dudar y a veces fracasar ante mecanismos tan sencillos como el del abrelatas o el de las tijeras.
Sin embargo, no fue naturalidad forzada lo que vieron mis adversarios de partida y lo celebraban con alegría, porque a pesar de que mi línea fue bastante promedio--de hecho, quedé cuarto, justo en la mitad--, había ganado el otro torneo, el del estilo, el de la coolness, como si al final el tener que adaptarnos al mundo de los derechos nos diera a los zurdos una elegancia, un desparpajo, un encanto que a los derechos, por ser mayoría, les está vedado.

30 de noviembre de 2009

Mi banda sonora de la década

Musicalmente hablando, la década de 2000 para mí fue la década de Morpheus, ese programa P2P que sin el alto perfil de Napster pudo sobrevivir un poco más, hasta que las deudas producto de defenderse en corte de la industria musical terminó sacándolo de circulación, paradójicamente casi al final de la década. Producto de Morpheus, tuve una década bastante desordenada; escuché canciones, no discos, muchas de las cuales no sabía de qué álbum o single habían salido o de qué año eran; a veces incluso no sabía el artista o el verdadero nombre de la canción, porque la persona que la tenía en su computadora no había guardado el archivo con el nombre correcto o lo hizo con el genérico Pista Nº Tal. Pero gracias a Morpheus, la década de 2000 fue una década de escuchar muchísima música, de cualquier género y época y de artistas que de otra manera no habría descubierto o, peor, que habría ignorado.
Por eso, a la hora de hacer un recorrido por lo mejor de la década, lo que puedo hacer es una lista de las canciones que vieron la luz entre 2000 y 2009 y que me acompañaron como si de una banda sonora se tratara. Si tuviera que hacer un cortometraje o película de la década, la musicalizaría con estas canciones:


27 de noviembre de 2009

La oficina de Luis

En el último año he estado bastante activo creando varios sitios nuevos y siendo parte de diversas redes sociales. El más reciente de esos sitios es La oficina de Luis, una página que utilizaré como mi portafolio, para archivar y mostrar trabajos importantes de forma más eficiente, y como una especie de miniportal, para dar a conocer de mejor manera la cantidad de contenidos que estoy produciendo debido a la suma de blogs, de colaboraciones y de redes sociales. Espero que visites y disfrutes de mi oficina.

26 de noviembre de 2009

C de cerveza


En tiempos donde Caperucita Roja y el lobo se sientan a conversar para reconocer y respetar sus estilos de vida diferentes, no es poca cosa encontrarse con un libro infantil que hable sobre cerveza para enseñarles a los niños las bondades de la bebida más popular del mundo. En B is for Beer, Tom Robbins cuenta el encuentro entre Gracie Perkel, una niña de seis años, y la cerveza, a través de las preguntas que le hace a su papá sobre tan extraña bebida y que sólo su tío Moe parece dispuesto a responder.
Pero como todo libro infantil tiene que conquistar primero a los padres que comprarán el libro, Robbins sabe que un libro sobre cerveza sólo llegará a las manos de los niños si es particularmente seductor con el público adulto y creo que C de cerveza--o B de birra, si queremos mantener la letra B en la traducción--lo es. Con observaciones ingeniosas como que la razón por la que la cerveza atrae tanto a los hombres quizás sea porque se hace únicamente con plantas hembras de lúpulo, o que el golf es "el básquetbol de la gente que no puede saltar y el ajedrez de la gente que no puede pensar", y una historia de paternidad irresponsable de trasfondo, C de cerveza es un cuento que se deja colar como una cervecita bien fría.

24 de noviembre de 2009

Nuevos tiempos

22 de noviembre de 2009

Pixies: la rebelión contra el tiempo

Nunca Black Francis fue tan omnipresente. Porque a donde uno volteara, Black Francis parecía estar ahí. Gorditos pelones en sus tempranos cuarenta o tardíos treinta parecíamos mayoría en una multitud que llenaba los vetustos espacios del Aragon Ballroom en Chicago. Ya Mick Jagger y Lou Reed nos han enseñado que el rock es para siempre, pero ese es el rock de los superstars, de los chicos malos, faltaba demostrar que el rock de los gallos también lo es y por eso es tan importante que los Pixies regresen y se mantengan y suenen mejor cada vez. Kim Deal luce cada vez más como una mamá buscando a sus tres hijos en sus primeras fiestas nocturnas; Francis pareciera a punto de no alcanzar las cuerdas de su guitarra debido a la barriga; y David Lovering y Joey Santiago son tipos que te encontrarás en The Home Depot.
Pero eso dura hasta que salen a escena y ese momento lo anunció nada más y nada menos que el histórico cortometraje Un Chien Andalou exhibido en las pantallas, que justo al finalizar dio paso a los acordes de Dancing the Manta Ray, uno de los lados B del disco Doolittle.

La excusa para la gira 2009 de los Pixies es celebrar los 20 años de Doolittle, así que el concierto comenzó con los cuatro lados B del disco, Dancing the Manta Ray, Weird at my School, Bailey's Walk y Manta Ray, suficiente para impresionarnos con la calidad y limpieza del sonido. La voz de Deal es idéntica a los discos de finales de los 80 y el control de Francis sobre su garganta para dar esos alaridos inconfundibles sin desafinar nunca, no ha cedido un ápice, mientras que la guitarra de Santiago suena con la furia y el hambre de siempre. La energía que se desprende de la música de Pixies no necesita de un concierto para sentirse, pero la nitidez de su sonido es increíble, la experiencia de escucharlos in situ es superior a cualquier expectativa. La banda hace los quiet loud loud quiet con una facilidad que hace pensar que se mantuvieron tocando juntos estos veinte años, como si nada hubiera pasado entre ellos.

Pero si el tiempo no curó las heridas, al menos las hizo inocuas, y ahí están en 2009, tocando el disco Doolittle de principio a fin y en perfecto orden, primero Debaser, pasando por Tame, Wave of Mutilation, I Bleed, Here Comes your Man, Dead y Monkeys Gone to Heaven que, como Deal anunció, ponía fin al lado A del disco.

Luego continuaron con Mr. Grieves, Crackity Jones, La La Love you, No. 13 Baby, There Goes my Gun, Hey, Silver y Gouge Away. Deal fue la única que intercambió palabras con el público, pero eran palabras como "Sides B", no mucho más, el asunto de la banda es tocar y sobre todo divertir. El video que da fin a la primera parte del show, con ellos despidiéndose en la pantalla, es una de las cosas más divertidas que haya visto, con los cuatro Pixies tratando de invitar al público a hacer la ola y saludando como si no supieran que más hacer.

La banda regresó para tocar otros dos lados B, tal como volvió a anunciar Deal: Wave of Mutilation en la versión UK Surf e Into the White, y volvieron a salir de escena para regresar con un set increíble.

The Holiday Song fue seguida por Something Against You y Vamos, donde Joey Santiago tuvo su acostumbrado gran momento de la noche, que no sería el único, pidiéndole a Lovering que le lanzara la baqueta y haciendo un solo utilizándola como si fuera el arco de un violín. Después tocaron Where is my Mind? en lo que parecía el final de la noche, pero cuando ya saludaban en el proscenio, un eufórico Santiago comenzó a preguntarle al público si quería una más y señaló a sus compañeros pidiéndoles otro tema. Regresaron a los instrumentos y tocaron Gigantic, tema en el que Santiago tuvo su segundo gran momento: en lo que se me antojó un ajuste de cuentas con la historia, comenzó a tocar la guitarra como si se tratara de un guitarrista de heavy metal, haciendo velocísimos riffs y tomando posturas de aquellos guitarristas que en los ochenta dominaban la escena musical con sus solos sin sentido y sus melenas enlacadas. Así terminó la noche. Una noche inolvidable, que dejó en claro que los Pixies son para siempre.

20 de noviembre de 2009

Esperando a Pixies


Mi salida del bachillerato y comienzos de la Universidad coincidió con el advenimiento de las tiendas de CDs en Caracas, cosa que rompió el cerco musical que se había impuesto en Venezuela tanto con la protección a artistas nacionales a través de la poca importación de LPs como la fabricación en el país de LPs sólo de artistas mainstream. De pronto, en las discotiendas tradicionales y en nuevas discotiendas aparecían grupos y artistas de los cuales no teníamos ni idea, en una época preinternet que hoy suena tan lejana como claustrofóbica. Porque la sensación al revisar los anaqueles de tiendas como La Gaceta Lunar en la avenida Casanova era de liberación. Fue precisamente ahí, en La Gaceta, donde Gerardo, viejo amigo, me mostró un disco que simplemente me marcaría de por vida: Trompe le Monde.
Al poner el disco y escuchar el rasgueo de la guitarra en el tema inicial, Trompe le Monde, para dar inmediato paso a los golpes de batería que liberan toda la energía de la canción, inicié un viaje musical que no se detendría, que no se ha detenido por casi veinte años. Porque desde que compré Trompe le Monde, los Pixies no han dejado ni por un momento de ser parte de mi banda sonora, son casi veinte años sin dejarlos de escuchar, casi veinte años escuchando las mismas canciones, sorprendiéndome con los mismos riffs de guitarra, divirtiéndome con las mismas letras, tarareando las mismas estrofas, casi veinte años cantando Bone Machine y Broken Face, Isla de Encanta y U-mass, Debaser y Wave of Mutilation.
Atando cabos, pienso que corría el año 91, así que compré el disco casi recién sacado del horno, lo cual me dio un pequeño lapso de tiempo para escuchar a los Pixies mientras todavía existían los Pixies. Porque en 1993 oficializaron lo que era un secreto a voces incluso antes de la salida de Trompe le Monde: los Pixies se separaban buscando caminos musicales distintos. Y como el todo siempre es más que la suma de las partes, ni Frank Black como solista ni la banda de Kim Deal, The Breeders, pudieron generar las emociones y sensaciones que generaban cualquiera de los discos de los Pixies, que a falta de futuro fue fácil completar la colección, comprando primero Bossanova --usado en la extinta CD Solution de Plaza Las Américas--, Come on Pilgrim --a través del fallecido BMG Music Service--, Surfer Rosa, --otra vez en CD Solution--, Doolittle --de nuevo en BMG--, y la recopilación de lados B y rarezas que ya en la década de 2000 compré en Esperanto del Centro Comercial Vizcaya.
Pero gracias a lo impactante que fue descubrirlos y lo rápido que llegó la noticia del rompimiento, escuchar a Pixies siempre tuvo algo de tierra prometida que se ve pero no se alcanza, de búsqueda de la piedra filosofal. Escuchaba los discos con una devoción alimentada por esa extraña sensación que fue descubrir el que creí sería el futuro de la música cuando ya era pasado. El tiempo no apagó esa devoción que luego supe estaba muy lejos de ser una rareza. Porque los Pixies se volvieron más y más importantes con el paso de los años; a pesar de que sus discos no se vendieron mucho en su momento, su nombre figuraba como influencia de la mejor música que se hizo en los años 90. Declaraciones de Kurt Cobain y de Thom Yorke, por ejemplo, dieron cuenta de lo importante que fue Pixies para sus respectivas bandas. Así mismo, la inclusión de Where is my mind? en un momento cumbre de la superpelícula de culto Fight Club, aumentó la avidez por una banda que para ese momento llevaba ya ocho años sin sacar material alguno. El recuerdo y la nostalgia por los Pixies no paraba de crecer y finalmente dio pie a la gira de rencuentro de 2004 y a una actividad intermitente de la banda hasta 2008, cuando el anuncio de Francis de que no habría material nuevo de Pixies parecía anunciar una segunda muerte.
Nunca hice intentos de ver a Pixies en la gira del rencuentro. Le guardo cierto temor a las giras de rencuentro --si hasta Menudo hizo la suya. Pero seguí llenando mis estanterías de material de los Pixies producto de ese rencuentro, con par de videos de presentaciones de la banda y el documental que se hiciera sobre la gira. Así que detrás de mi aparente indiferencia hacia el hecho de que los Pixies estuvieran de nuevo en los escenarios, había algo del viejo sentimiento de imposibilidad, de pérdida, porque la mayor parte de 2003 estuve en los Estados Unidos y un par de meses después de haber regresado a Venezuela se hizo el anuncio del regreso de los Pixies. En el 91 llegué muy tarde, en el 2004 me había ido demasiado temprano.
Por si fuera poco, entre 2006 y 2008 mi veneración por Pixies estuvo a punto de tener su expresión literaria. Conversando con el artista plástico y caricaturista Roberto Weil, supe que él había estudiado en U Mass durante la segunda mitad de la década de los ochenta. Intenté entonces hacer la conexión imposible (la llamo así únicamente porque ese fue el nombre de mi proyecto) entre los Pixies y Weil y entre mis casi veinte años escuchando a los Pixies y la conversación que tuve con Weil. El borrador dejado a la mitad está en mi computadora, quizás vuelva a retomarlo algún día, aunque la verdad ya me había olvidado de ese proyecto literario cuando en la radio hace dos meses escuché el anuncio de un concierto en Chicago de los Pixies. Por fin ganas y oportunidad se juntaban, a las 12 del mediodía del sábado 19 de septiembre se pusieron en venta las entradas; a las 12:03 recibí el correo de Ticketmaster confirmando mi compra.
Mañana 21 de noviembre, los Pixies estarán cerrando las presentaciones en Chicago de una gira que celebra los 20 años del disco Doolittle. Ahí estaré yo, no creo que pueda decir que como si fuera 1991, pero probablemente sí con una emoción que no hubiera podido sentir en aquel momento, porque se necesitaban veinte años de espera para sentirla.

18 de noviembre de 2009

¿Cuántas manos tiene Dios?

Un nuevo escándalo de arbitraje: Francia estará en el Mundial de 2010 porque un árbitro no vio lo que el resto de los mortales sí, dejando a otro país, Irlanda, sin la alegría y el dinero que significa asistir al máximo evento del fútbol. Una falla imperdonable permitió un gol que sacó del Mundial a un país. Indignante.




Bueno, la verdad es que eso ya ha sucedido. Y en el Mundial. Y con un equipo que a la postre resultaría el campeón.



Así que Francia todavía puede aplicar la Fórmula Maradona para limpiar su participación en Suráfrica 2010: jugar como nadie lo ha hecho nunca para que hasta sus manos sean producto de la genialidad.
Pero con tantas cámaras, videos, fotos, ángulos y recursos a disposición, ya es ridículo que el deporte en general y el fútbol en particular se mantengan tan reticentes a corregir los fallos arbitrales. Hasta el Papa dejó hace algún tiempo de ser infalible, pero el fútbol insiste en que sus árbitros sí lo son. ¿Cuántas manos de Dios más tiene que haber para que los errores arbitrales dejen de ser una tragedia del destino?

Ahí siempre estará Onetti

Al salir del país uno se pregunta si se puede seguir opinando con la misma frecuencia, con la misma pertinencia, con la misma urgencia sobre los temas de los que siempre se ha opinado. Y la respuesta que uno quiere darse es que sí, que lo que se pierde son los detalles de la primera fila y se gana la vista panorámica de las butacas traseras. Pero uno suele recordar más el sudor deslizándose por la sien del actor que la posición que ocupaba todo el elenco en una escena. Y aunque luchemos contra ello, las opiniones se vuelven asépticas porque la distancia no permite sentir el aroma, el gusto, el ruido, el color natural de los hechos. Ahí siempre estará Onetti, recordándonos que no hay peor mentira que decir la verdad ocultando el alma de los hechos.

14 de noviembre de 2009

Radio Pirata


Richard Curtis es un cineasta efectista. Por eso su galeria de momentos, de instantes, de golpes de efecto es amplia. Para nombrar unos pocos, el discurso de Bridget en la presentación del libro en El Diario de Bridget Jones, la escena donde el personaje de Emma Thompson recibe el regalo de navidad de su marido en Love Actually, los bailes en las bodas de Cuatro bodas y un funeral, entre tantos otros. Por ese efectismo, también sus bandas sonoras suelen pecar de obvias y con ello de efectivas. Curtis, a pesar de lo efectista suele ser efectivo. Su leit motiv como escritor y director es el optimismo. A través de sus historias de amistad, amor y vida en pareja, intenta mostrarnos las pequeñas cosas que hacen de la vida una cosa maravillosa. Y suele lograr su cometido, al menos conmigo. De sus películas, yo suelo salir de buen humor y con ganas de disfrutar.
No fue diferente con Pirate Radio, su nueva película, donde recrea el día a día de una de tantas radios piratas que desde barcos anclados en el Mar del Norte transmitían la música que los ingleses querían escuchar y que el gobierno británico prohibía: el rock 'n' roll de los Beatles, los Stones, los Who y tantos otros.
Con un soundtrack sin pretensiones de redescubrir canciones olvidadas; sin grandes actuaciones, con unos Philip Seymour Hoffman, Bill Nighy y Rhys Ifans un tanto repetidos y un Kenneth Branagh bufonesco; y sin un drama o búsqueda que realmente mantenga a flote al barco, Pirate Radio suma varios momentos a la galería de Curtis (Spoiler alert, saltarse el paréntesis: la escena de la taza de chocolate, la de la confesión de paternidad, la del rescate de los discos en el agua) y cumple con el cometido principal del cineasta: mostrarnos que el rock 'n' roll ha sido y es parte de esas pequeñas cosas que hacen la vida maravillosa. No sé si hacía falta una película para convencernos de eso; ni siquiera creo que hacía falta convencernos de ello, pero del cine salí como siempre salgo de las películas de Curtis, de buen humor y con ganas de escuchar unos cuantos discos clásicos del rock, qué más quiere uno de una película.

10 de noviembre de 2009

Teoría de un aplauso

Con el paso de los días solo va quedando el aplauso. Debe ser porque somos caraqueños y estamos acostumbrados a la ovación de pie gratuita. Cuando terminó la obra y la gente aplaudió apenas lo necesario para agradecerle a los actores el trabajo que se tomaron en volver a actuar la pieza, Olivia y yo nos sorprendimos.
Sí, la obra fue mala, se llamaba Fake y trataba de un cráneo que supuestamente sería el del eslabón perdido y que resultó un plan del mismísimo Sir Arthur Conan Doyle para engañar a unos rivales y dejarlos en ridículo. Pero la obra transcurre entre diálogos innecesarios y escenas irrelevantes hasta convertirse en un montaje sin objetivos: no se trata de una pieza de detectivismo científico, tampoco de engaños y desenmascaramientos, ni de amor y vejez, aunque esto último lo intenta incorporando a un par de científicos que rivalizan por la atención de una mujer mientras estudian el fósil. En la ida final a negro, nadie en la sala estuvo seguro de que la pieza había llegado a su fin y los aplausos empezaron solo cuando la actriz caminó hacia el prosenio. El resto del elenco la acompañó de inmediato, hicieron la reverencia de rigor, salieron del escenario y ahí terminó el aplauso.
Sorprendida por la severidad del público, Olivia me lo comenta y yo especulo que tal vez se trate de la costumbre en el Steppenwolf Theatre, un teatro que presume de haber tenido entre sus filas a actores como John Malkovich, Gary Sinise y William Petersen, entre otros, y que suele llevar producciones a Broadway aunque esté en una Chicago a veces mucho más lejos de lo que parece. Debe ser un público tan presumido como la compañía, que alardea de sí mismo y que no aplaude, le digo a Olivia, pero necesitaremos otra obra para comprobar esa teoría; y por supuesto que la obra sea buena.

9 de noviembre de 2009

The Wall y la pared de enfrente

Hoy que se celebran veinte años de la caída del muro de Berlín, no son pocos los que han estado recordando The Wall, la magna obra de Pink Floyd y que Alan Parker llevara a la pantalla. Con el concierto que de la obra hiciera su creador, ex miembro de Pink Floyd, Roger Waters, en Berlín en 1990 para conmemorar la caída del muro de Berlín un año antes, el muro de Berlín y The Wall quedaron íntimamente ligados. Pero no está de más recordar que el muro de The Wall no es el de Berlín, es un muro psicológico que aisla y enajena a su protagonista, un cantante de rock llamado Pink. La sociedad fascista que denuncia The Wall no es un régimen totalitario tipo los países comunistas del este europeo, sino la Inglaterra de la posguerra. De esa denuncia creo que hoy siguen en pie muchas cosas, detalle que puede pasarnos desapercibido si hacemos de The Wall una simple oda a la caída del muro de Berlín.

7 de noviembre de 2009

El caso Galarraga


En 2010, Andrés Galarraga aparecerá por primera vez en las papeletas de votación para el Salón de la Fama, y desde ya nos hacemos una pregunta que para todos los venezolanos tiene respuesta afirmativa, pero nosotros no votamos: ¿Galarraga tiene chance de convertirse en un miembro del Salón de la Fama?
La votación de 2010 es particularmente reñida. De los nuevos candidatos, destacan dos jugadores: Roberto Alomar y Barry Larkin, quienes deberían ser electos, mientras que hay otros dos, Edgar Martínez y Fred McGriff, cuyas posibilidades son una incógnita y dependen de cómo juzguen los votantes el hecho de que Martínez haya sido principalmente un bateador designado y McGriff un jugador consistente pero nunca una auténtica estrella. De los que repiten en la papeleta, hay que estar atentos a las candidaturas de Bert Blyleven, Andre Dawson, Tim Raines, Lee Smith y Mark McGwire, que todas parecieran estar ganando adeptos con el paso de los años. Interesante sobre todo el caso de McGwire, cuya no elección a Cooperstown se debe a su asociación con el consumo de esteroides, pero esa razón luce cada año de menos peso para mantenerlo fuera del Salón.
La promoción de 2010 es lo suficientemente débil como para que se den varias sorpresas, incluyendo, por qué no, que ningún jugador obtenga los votos necesarios para ingresar al Salón. Hay muchas posibilidades de que el voto se disperse entre jugadores con credenciales no consideradas automáticas para ingresar al Salón de la Fama. Pudiera ser el año en que por fin Blyleven ocupe el lugar que merece o que Dawson logre obtener el 75% de los votos necesarios para ingresar a la inmortalidad del béisbol. Es casi seguro que en la votación de 2010 Galarraga no entre en el Salón de la Fama, pero sí creo que reunirá los votos necesarios para mantenerse en las papeletas, por lo que hay que construir su caso y comenzar a convencer a quienes votan de que el Gran Gato pertenece con todas las de la ley a Cooperstown.
El caso Galarraga debe sustentarse, pienso yo, en los siguientes argumentos:
-Galarraga también brilló fuera del Coors Field: muchos analistas desestiman a quienes vivieron sus mejores años en el paraíso de los bateadores de Colorado, y eso pesa en las opciones de Galarraga. Pero el Gran Gato tuvo dos años estelares en Atlanta, dos muy buenos y dos bastante productivos en Montreal. Eso es después y antes de Colorado.
-Once años de excelencia: hay quienes analizan las carreras dignas de Cooperstown sobre la base de diez años de dominio. Galarraga los tiene, cuatro años de dominio en Montreal, cinco en Colorado y dos en Atlanta.
-El cáncer le quitó un año: Galarraga fue dominante antes y después de volver del cáncer, por lo que sus números globales sufrieron una importante merma por la temporada que perdió combatiendo la enfermedad.
-Sus números son comparables a los de Tony Pérez y Orlando Cepeda, ambos jugadores de la primera base, como Galarraga, y ambos miembros del Salón de la Fama.
El camino es largo, pero vale la pena trabajar para que Andrés Galarraga se convierta en el segundo venezolano miembro del Salón de la Fama del béisbol.

6 de noviembre de 2009

Eufemismos planetarios

Todos los eufemismos que me consigo en libros de texto estudiantiles, suelo atribuirlos a la misma causa: la tiranía de lo políticamente correcto ha hecho que no podamos llamar a las cosas por su nombre ni narrar los acontecimientos tal como sucedieron, porque los parámetros y medidas de la actualidad ofenden a unos o a otros, aunque los verdaderos protagonistas de los sucesos hayan dejado de existir decenas o cientos de años atrás. Pero cuando el lenguaje busca cuidarse de no ofender a los cuerpos celestes, la cosa sí raya en lo absolutamente ridículo. Es el caso de esta oración que me encontré en un libro de lectura para tercer grado:

"De todos los planetas de nuestro Sistema Solar, la Tierra tiene el clima más hospitalario para la vida humana".

Complacido Saturno, que pudo haberse ofendido si leyera que en su faz no es posible la vida humana.

5 de noviembre de 2009

Esas luchas cotidianas

Por cuestiones de trabajo, me encuentro textos que le enseñan a los niños la historia. Bien podríamos poner entre comillas la palabra enseñan. Como en el caso de un texto que habla de la llegada de los españoles a América en general y a la actual California en particular y el impacto que tuvieron en la población indígena del lugar:

"Las enfermedades que tenían poco efecto en los europeos resultaron mortales para muchos indígenas norteamericanos. Su número disminuyó drásticamente debido a estas enfermedades y a las batallas que debían librar".

Es un ejemplo maravilloso de la doctrina "se nombra el pecado pero no al pecador".

29 de octubre de 2009

De la dificultad de la predicción deportiva

Recientemente, estuve contrastando mis predicciones para la temporada 2009 del béisbol de las Grandes Ligas con lo sucedido en la realidad. Entre las predicciones se encontraba haber dado a los Phillies de Philadelphia como el representante de la Liga Nacional en la Serie Mundial; ayer, los Phillies comenzaron su participación en el llamado Clásico de Octubre, que este año por primera vez será Clásico de Octubre-Noviembre. Pero el pitcher de ayer, Cliff Lee, que por cierto dominó a sus rivales casi al punto de mofarse de ellos, y el de hoy, Pedro Martínez, no eran parte del equipo el día inaugural de la temporada, por lo que no fueron tomados en cuenta para el análisis que hice y en el que concluí que los Phillies resultarían el equipo campeón de la Liga Nacional. Si esas dos piezas fueron claves, y sin duda que Lee lo fue, para el resultado obtenido por los Phillies, entonces mi predicción tiene el mérito de una victoria de lotería, presumir de ella es como felicitar al ganador de un Loto por su certera selección de los números ganadores. Debí haber jugado el Loto ese día.

25 de octubre de 2009

Elogio a la cotufa

No al alimento sino a la palabra, porque palomitas de maíz al parecer es un nombre mucho más extendido que el de cotufa y cada vez que en mi lugar de trabajo la gente se me queda mirando desconcertada cuando digo cotufa, bien porque me provoca bajar a la máquina y comprar unas cotufas de microondas para resistir las horas de la tarde en la oficina, bien porque la nombro en alguna de las múltiples frases o expresiones en que la utilizo ("es que tiene dos cotufas en la cabeza", "es un texto muy cotufa", "le explotaron las cotufas"), doy gracias a Cervantes, Dios del Lenguaje, por que en Venezuela utilizamos cotufa y no palomitas de maíz; cotufa es una palabra hermosa y no sería para nada lo mismo preguntarle a alguien que nos sorprende con un arranque inesperado de genialidad, cuándo le explotaron las palomitas de maíz.

22 de octubre de 2009

Kafka y Borges, escritores de ciencia ficción

En el número más reciente de Poets & Writers, le preguntan a Audrey Niffenegger, autora del best seller The time traveler's wife, sobre los problemas que tuvo con agentes y editores porque estos consideraban que su trabajo caía en el género de ciencia ficción, y ella respondió lo siguiente:
"No hay razón por la que la ficción tenga que ser equivalente a la pintura realista. No hay razón para que todos los escritores de ficción del mundo tengan que pretender que son Richard Estes. ¿Por qué no ser Hieronymus Bosch? ¿Por qué no Max Ernst? Uno puede hacer lo que sea en una ficción. No hay un asunto ético que te ate a la exactitud del reportaje. Entonces, ¿por qué los monos no pueden volar? ¿Por qué no podemos vivir en un mundo donde todos comen naranjas rojas? En la ficción debe haber un elemento de experimentación y la gente que tiene problemas con eso me recuerda a los niños que en el bachillerato llevaban, no sé, La guerra y la paz con ellos, solo para que los vieran llevándolo. Esos niños sentían que estaban siendo juzgados por lo que leen y querían que sus lecturas parecieran de un alto propósito e incuestionables. Pero no hay razón, por ejemplo, para que Kafka no sea considerado un escritor de ciencia ficción. Un hombre que se convierte en insecto, ¡vamos! Calvino es tan escritor de ciencia ficción y fantasía como Tolkien. También Borges. Yo simplemente no entiendo por qué la gente es tan ridícula acerca de estas etiquetas".

17 de octubre de 2009

Vuelve Gatubellísima

Decidí convertir en un seriado a Gatubellísima, la novela en twitter que escribí hace un par de meses, por lo que si me sigues a través de @laosven, a partir del lunes podrás mantenerte al tanto de las peripecias de Elyuska, la manicurista que quiso convertirse en una heroína. Y si no estuviste al tanto de Gatubellísima hasta hoy, aquí coloco la primera entrega:

16 de octubre de 2009

Maradona, el mejor técnico que ha tenido Argentina

El Mundial de fútbol para un país como Venezuela es un sueño que a veces luce inalcanzable, a veces trágicamente cercano pero esquivo como una sombra, la sombra de lo que quisiéramos ser. Para otros países es una certeza. Brasil, Italia, Alemania, Argentina, cada cuatro años tienen una cita donde van a medirse en pos de un certificado de calidad, porque es lo único que para esos países está en juego: qué selección podrá lucir durante los próximos cuatro años el título de la mejor. Así, el torneo de clasificación al Mundial, en Venezuela se vive con una expectativa que raya en el masoquismo, en esos otros países es un simple requisito, un trámite. Clasificar al Mundial sería un éxito inconmensurable para Venezuela, para esos países era simplemente el comienzo de la verdadera cita... hasta que llegó Maradona.
Como si se tratara de las visitas de Josef K al tribunal, el trámite de Argentina se convirtió en agonía, e incluyó humillaciones como la derrota 6-1 frente a Bolivia y salvaciones de último minuto, como la victoria frente a Perú que a la postre resultó la clave para la clasificación. Pero nada de esto le da pie a Maradona para la humildad y la reflexión, él presume de haber clasificado a la Argentina a un Mundial y lo hace como si no hubiera precedentes de tal hazaña.
Es el problema de las personalidades megalómanas (y en eso sí que los venezolanos tenemos experiencia), no conocen la evaluación, no conocen el fracaso, no conocen la rectificación, porque todo lo que hacen lo juzgan desde la idea que tienen de sí mismos y todo lo que consiguen tiene que corresponderse perfectamente a esa idea. Maradona, que para él sólo es capaz de hazañas, celebra la clasificación de Argentina al Mundial como si se tratara de Venezuela.
Pero sí, fue una hazaña lo que logró Maradona, hazaña que pocos han podido conseguir: Maradona casi logra que Argentina fuera eliminada del Mundial y para eso se necesita talento, el típico talento de los megalómanos para arruinar colectivos, talento que se expresa en todo su potencial cuando el megalómano está en una posición de poder, bien como técnico de un equipo deportivo, bien como presidente de una nación.

15 de octubre de 2009

Then we came to the end


Lo que convierte a Then We Came to the End, de Joshua Ferris, en una novela especial, es el punto de vista del narrador. Ferris cuenta la historia de una agencia de publicidad enfrentada a despidos de personal desde la primera persona del plural, ese nosotros tan típico de la cultura corporativa, que se supone hace a los trabajadores parte de la empresa pero que también los vuelve muy fácilmente ajenos a ella. Y eso es lo que sucede a lo largo de la novela, somos nosotros, lo hacemos nosotros, lo decimos nosotros, lo sufrimos nosotros, nos preguntamos quién de nosotros será el próximo despedido y cuando la decisión toca a alguno de inmediato deja de ser uno de nosotros, en una rutina deshumanizadora, poco solidaria y que sin embargo suena sumamente familiar.
El que se trate de una agencia de publicidad, donde hay creativos y gente con dones y aspiraciones artísticas, hace más devastador el retrato del día a día de la oficina, tan lleno de chismes y de especulaciones sobre el próximo despedido y cómo se reaccionará a la noticia, tan lleno de miedos e impotencia porque nadie sabe si lo que está haciendo o lo que hizo hace algún tiempo será la razón por la cual le toque marcharse, todo ello con la convicción que todos tienen de que la vida, si sucede, sucede en otro lugar durante el fin de semana. Una obra que creo hay que leer.

13 de octubre de 2009

Colón, el turista

Cristóbal Colón se nos volvió una figura incómoda. Que si nadie descubre a nadie, que si resistencia indígena, que si encuentro de mundos, lo cierto del caso es que ya no sabemos cómo llamar a la fecha en la que celebramos que el señor llegó a una isla y la confundió con la India pero la reclamó para los reyes que le financiaron el viaje. Y si la opinión pública se debate en qué celebrar el 12 de octubre, peor la tienen quienes tienen que enseñar lo que se celebra el 12 de octubre.
En un libro de lectura de tercer grado me encontré este parrafito que define claramente la importancia y la trascendencia del genovés: "[Cristóbal Colón] es conocido tanto por los lugares donde anduvo como por los distintos grupos de personas que conoció en sus viajes", con lo cual los niños de por estos lares descubren que el Columbus Day honra la memoria de un gran turista.

11 de octubre de 2009

Turno

En la última farmacia tampoco había. No tuvo fuerzas para regresar a la casa.


(Con este texto participé en el 1er concurso de microcuentos en twiter, @1cmct, en el cual quedé entre los cinco finalistas.)

8 de octubre de 2009

No molestar, que anunciaron el Nobel

Como mis amigos saben de mi dedicación a la lectura y mi afición por buscar nuevos autores, el anuncio del Nobel de literatura para mí siempre llega acompañado de la terrible pregunta "¿has leído al ganador?". Y generalmente mi respuesta es no, no he leído al ganador.
El Nobel, como los grandes relatos, es de otra época. La importancia del premio radicaba en que la sociedad mundial delegaba en la Academia Sueca el reconocimiento a una trayectoria por todos conocida. Las controversias solían surgir porque se cuestionaba la importancia de la obra, no porque alguien no conociera al escritor.
Pero en esta época de fragmentos, de relatos íntimos, de historias de vida, el Nobel se ha convertido más en una invitación a leer que en un reconocimiento, el Nobel hoy por hoy parece uno más de los pasos que tiene que dar un escritor en la escalera de las vitrinas mundiales y no el escalafón final.
Y la controversia que pudiera haber detrás de si Hertha Müller merecía o no el premio, o si lo merecía pero no antes de (el nombre de tu preferencia aquí), queda no anulada sino postergada por el hecho de que buena parte de los interesados en participar de la controversia, a favor o en contra del fallo, estaremos ocupados un buen tiempo buscando los libros de Müller y, si los encontramos, sentándonos a leer.

7 de octubre de 2009

Rendición de cuentas

12 innings de un juego extra necesitaron los Twins de Minnesota para titularse campeones de la Divisón Central de la Liga Americana del béisbol de las Grandes Ligas. Con ello, mis pronósticos para esta temporada de la Liga Americana se cumplieron casi 100 por ciento: la única diferencia fue que di a los Medias Rojas como campeones de la Divisón Este y a los Yankees como comodín y sucedió exactamente al revés.
No tuve la misma suerte en la Liga Nacional, donde daba como campeones de sus respectivas divisiones a los Cubs de Chicago y Mets de Nueva York, que resultaron las peores decepciones de la temporada. Pero los resultados de este año sirven para mostrar lo difícil que es esto de realizar pronósticos. Para la temporada de 2008 di como candidato para llegar hasta la Serie Mundial a los Rockies de Colorado, quienes tuvieron una desastrosa temporada, recuperándose en esta donde ganaron el comodín de la Nacional. Así mismo, los Mets vivieron dos dolorosas derrotas en las temporadas de 2007 y 2008, principalmente por la falta de un buen cuerpo de lanzadores relevistas, cosa que solucionaron para el 2009 y al menos en el papel el equipo estaba más fuerte. Nada más falso, el perder las temporadas de 2007 y 2008 en la última semana ocultó que el equipo tenía muy poca profundidad y dependía en exceso de unos cinco jugadores. Bastaba que esos cinco jugadores se lesionaran para mostrar toda la debilidad de los Mets y es lo que pasó en esta temporada.
Todavía estoy vivo para el pronóstico final: una Serie Mundial donde los Red Sox le ganen a los Phillies de Philadelphia, veremos qué sucede en este mes de postemporada.

4 de octubre de 2009

Creo en The Dude

Hay gente que cree en cosas inexplicables. Unos creen en la revolución. Otros creen en el cambio y la esperanza. Yo, creo en Jeff, Jeff Lebowski, The Dude, y por eso le tengo un lugar especial en mi casa:



3 de octubre de 2009

Intensidad

Detuvo su novela en la primera frase, seguro de que no podría mantener tal intensidad por más de una oración.

29 de septiembre de 2009

Sesgo

Tanto trató de dar el mismo peso e importancia a todos los puntos de vista, para al final darse cuenta de que simplemente estaba sesgado hacia el centro.

28 de septiembre de 2009

Timeoutline

Por indiferentes, sus followers lo salvaron: decidió no suicidarse al ver que nadie hizo RT a su nota de despedida.

27 de septiembre de 2009

Vigencia

Como en Venezuela los sucesos políticos se dan a una velocidad que los hace imposibles de digerir, el discurso del movimiento estudiantil en la Asamblea Nacional pareciera que fue hace muchísimo tiempo, pero apenas fue hace poco más de dos años. Hoy, un párrafo que destaqué en su momento, tiene más vigencia que nunca y sería bueno rescatarlo:

"...exigimos, con la misma entereza y con la misma fortaleza, que se vele y se garantice el derecho a elegir. Entendiéndose el derecho a elegir desde lo más simple como el derecho de decidir qué ropa usar, qué comer y qué ruta tomar para ir a su trabajo. Hasta lo más complejo como elegir su culto, su ideología y sus autoridades políticas. Pasando también por su derecho a elegir qué desea leer en el periódico, escuchar en la radio y ver en la televisión. Pues esa decisión debe recaer finalmente en el individuo, en el ciudadano, no en el Estado y no en el Gobierno. Ese derecho a elegir lo que más nos satisfaga es el que hace al hombre verdaderamente libre, es el que hace al hombre verdaderamente humano, ya que una vida sin elecciones, una vida sin decisiones, tiene poco de vida, tiene poco de libre y tiene poco de humano".

25 de septiembre de 2009

Dendrocronología de libros

Salvo que se trate de uno de esos bibliófilos, o quizás bibliomaníacos, cuyas bibliotecas crecen indetenibles como la hierba mala, las bibliotecas personales pueden ser leídas como el tronco de un árbol: los anillos de libros nos dicen los distintos periodos por los que pasaron sus dueños, las etapas de rápida adquisición de nuevos ejemplares, los momentos de estancamiento, la época en que la biblioteca cesó por completo su crecimiento y adquirió su forma final y definitiva. Pero a diferencia de los árboles, los aros de la biblioteca no están fijos, se presentan discontinuos a los ojos de quien los explora, obligándolo a armar una especie de rompecabezas concéntrico que una vez completado mostrará no la historia de la biblioteca sino de su dueño.

24 de septiembre de 2009

I concurso microrrelatos Biblioteca Severo Ochoa

Elogio de la librería como fuente de inspiración

Sí, no le temo a la palabra inspiración, le temo a no tener nuevas ideas o proyectos y un sitio muy bueno para buscarlos es la librería, con sus montones de libros la mayoría de los cuales ni siquiera despiertan mi curiosidad. Pero unos pocos me llaman la atención abriéndome un mundo que no imaginaba, un mundo que se multiplica y reproduce frente a los ojos, que pasa de las letras impresas a la realidad de los sueños a una velocidad tal que quizás no necesite de una lectura completa del libro, quizás ni siquiera sea necesario que el libro me acompañe fuera de la librería. Porque puede ser un título, una frase, el nombre de un capítulo, la oración inicial, o el párrafo azaroso que saltó tras una hojeada.
Ese azar es solo posible en la librería tal como la conocíamos hasta hace poco. En la librería digital el azar es producto de nuestra lógica, lógica de cursor y click, de cookies y programación, por eso nadie cree en los mensajes que nos señalan como afortunados visitantes número qué importa. El libro que nos encontramos porque se parece a nuestras búsquedas anteriores, porque otros visitantes hicieron consultas similares, porque un algoritmo lo trajo a nosotros, tiene menos posibilidades de sorprendernos que el libro que de pronto destaca ante nuestra vista porque un cliente anterior lo dejó mal colocado en la pila. Incluso las novedades que me presentan en un mensaje electrónico son menos novedosas que las que encuentro en la librería porque las primeras intentan parecerse a mí y las segundas no saben quién soy yo.
En la librería encuentro autores, títulos y frases completamente ajenos y por ello extraordinariamente fascinantes. De ahí saco nuevas ideas, nuevos proyectos, algunos imposibles de explicar desde mi trayectoria de lecturas y autores predilectos. Otros, son perfectamente lógicos en esa trayectoria, cobran pleno sentido tras el azar que los produjo.

20 de septiembre de 2009

Chicago Rumba Flamenca

18 de septiembre de 2009

Best interruption ever

14 de septiembre de 2009

Inicio a la lectura de encuestas

Las encuestas sirven para saber algunas cosas. Para otras, no. Para una cosa que las encuestas son particularmente acertadas es para conocer tendencias de voto; la famosa pregunta: Si las elecciones fueran hoy, ¿por cuál candidato votaría usted?

Por el contrario, para una cosa que las encuestas no funcionan nada bien es para saber lo que la gente está pensando más allá de lo que responde en la encuesta. De ahí que para engañar a una encuesta lo mejor es responder todo exactamente al contrario de lo que se piensa. Claro que una golondrina no hace verano y para que la encuesta arroje como resultado no la foto sino el negativo del momento de opinión, todos y cada uno de los encuestados tendrían que actuar de la misma manera.

Pero solemos interpretar silencios y creemos que somos muy buenos haciéndolo. Por eso, a los encuestadores y expertos en opinión pública les gusta ir más allá de las respuestas de la encuesta para encontrar razones que sustenten esas respuestas, aunque la encuesta no las haya pedido, y razones que sustenten las no respuestas. Entonces, los vemos explicar los motivos detrás de los no sabe/no contesta o incluso detrás de la negativa a contestar la encuesta.

En tiempos electorales, esas explicaciones llegan en la forma de los siempre publicitados anuncios de tendencias de voto ocultas, que están ahí presentes no en los porcentajes de apoyo a cada candidato sino en los no sabe/no contesta o en los que dicen que no van a votar. Ese voto oculto permitiría que el día de las elecciones el candidato que ahora luce condenado a una derrota inevitable termine siendo el triunfador.

La mejor técnica para estar seguros de qué candidato o qué opción no va a ganar unas elecciones, suele ser buscar el candidato o la opción que esté apelando al voto oculto para sustentar sus posibilidades de triunfo.

12 de septiembre de 2009

La cueva

La expedición no estaba yendo nada bien. El grupo pensaba que la Cueva Húmeda sería la puerta a insospechados descubrimientos zoológicos, botánicos y geológicos. Pero durante dos días de recorrido lo único que habíamos visto era yeso y más yeso. Claro que había estalactitas y estalagmitas produciendo hermosas formas. Pero no estábamos para disfrutarlas, queríamos especies no contactadas o formaciones endémicas. Entonces encontramos que la galería terminaba en una laguna que amenazaba con convertir a nuestra expedición y a la Cueva Húmeda en la decepción espeleológica del lustro.
Cuando terminó el análisis del agua, nadie se sorprendió con el resultado: agua corriente, alguna dureza pero nada en concentraciones que la hicieran no apta para humanos o que permitiera instalar un spa en la cueva. Llenamos las cantimploras no porque lo necesitáramos sino como un gesto de protesta y frustración y yo comencé a enfundarme el traje de buceo. La última esperanza de la expedición era que esa laguna tuviera una salida y que del otro lado hubiera algo que contar.
Me sumergí lentamente, tanteando que la cuerda de seguridad estuviera bien ajustada y que la lámpara funcionara. La laguna tenía unos quince metros de diámetro y, lo descubriría en pocos minutos, unos cuatro metros de profundidad. Recorrí palmo a palmo las paredes y cuando estaba a punto de darme por vencido, como a tres metros de profundidad vi una pequeña cavidad en la pared lateral. Tras dos pequeños tirones a la cuerda me dieron más metros y al recibirlos no pude sino imaginar la expectante alegría del equipo: la esperanza se estaba midiendo con la longitud de la cuerda. Entré en la cavidad y mi decepción no cupo en ella, no por lo grande de la decepción sino por lo pequeño de la cavidad. Apenas podía estirar las piernas y para recorrerla con la lámpara no tenía más que moverme en mi propio eje.
No había nada que buscar allí. Sin embargo, el material de las paredes de la cavidad era otro, no el del resto de la cueva sino uno casi esponjoso. Intenté romper un pedazo de las paredes para llevármelo conmigo y que pudieran analizarlo, pero cuando ya casi lograba desprenderlo, el lugar comenzó a temblar como si aquel pedazo fuera el centro de gravedad de toda la cueva.
Lleno de pánico, traté de salir de la cavidad, pero el orificio se movía arriba y abajo como si toda la tierra se estuviera sacudiendo. De pronto, las paredes comenzaron a ceder debajo de mí y la cavidad comenzó a vaciarse de agua. En segundos ya no hubo nada que me sostuviera y caí al vacío un par de metros hasta que la cuerda de seguridad me detuvo como a un ahorcado. No duraría mucho tiempo así. Si la cuerda no se rompía, la tensión que me producía en el pecho me mataría de la asfixia. Mi única posibilidad era que la cuerda fuera lo suficientemente resistente como para poder treparla de vuelta y que al otro lado todavía estuvieran mis compañeros de expedición listos para regresar por donde llegamos.
La cuerda estaba resbalosa, empapada, extrañamente sentí como si estuviera hecha del mismo material de las paredes de la cavidad. Supe que no podría treparla más que unos metros, así que me dejé caer lo que había subido y aquel corto salto al vacío me llenó de una profunda calma. Fue entonces que vi la perturbadora imagen del gigante enmascarado cortando la cuerda. “Es un varón” lo escuché decir justo antes de que me golpeara.

11 de septiembre de 2009

Diálogo gramatical

-¿Cuáles son las palabras agudas?
-Son las que se escriben formando con la línea un ángulo menor de 90 grados. Ya casi no existen, con los procesadores de palabras prácticamente solo existen palabras rectas.
-Pero palabras torcidas hay bastantes, estamos viviendo unos tiempos de grandes malentendidos.
-Estás hablando de otra cosa, de la permanente confusión entre las palabras graves y las llanas. O son graves, serias, rotundas, o son llanas y superficiales. Si uno dice una palabra llana y alguien la toma como grave se puede formar un gran lío.

8 de septiembre de 2009

Parejas de Hollywood

Los Blues Brothers:


Los Red Brothers:

4 de septiembre de 2009

El suicidio adolescente: el gran enemigo Jedi


Tatooine - Enviado especial. "Que la Fuerza te acompañe" suele ser el deseo de un caballero jedi al despedirse. Es el mejor de los deseos, siempre y cuando la Fuerza no se vuelva en contra de uno, cosa que al parecer está sucediendo con frecuencia alarmante entre los jedis más jóvenes, cuya tasa de suicidio es casi cuatro veces más alta que la de los adolescentes no jedis. Tal es la dimensión del problema que un informe que está circulando en el Alto Consejo Jedi concluye que de no revertirse la tendencia, la Orden Jedi podría extinguirse incluso sin la intervención del verdadero Lado Oscuro de la Fuerza.
De hecho, ese es parte del problema. De tanto proteger a los aspirantes a caballeros jedi del Lado Oscuro, la tradición jedi ha olvidado un enemigo más poderoso: el yo interior, que al volverse en contra de sí mismo es indetenible y sumamente autodestructivo. Para dejar clara la diferencia, el Lado Oscuro de la Fuerza es proselitista, quiere incrementar sus filas y busca a los más débiles para ello; el yo interior autodestructivo se aprovecha también de la debilidad pero le tiene sin cuidado la propia supervivencia. La Orden Jedi está entrenada y preparada para enfrentar al Lado Oscuro, mas contra el yo interior se está viendo completamente indefensa.
Una decisión ejecutiva
El problema comenzó con la guerra civil de la Galaxia, actualmente llamada Guerras Clónicas. Las exigencias de un conflicto armado llevaron al maestro Yoda, con el apoyo del Consejo Jedi, a tomar decisiones que en retrospectiva han minado tanto la moral como las capacidades de los caballeros jedi. Ante la superioridad numérica de las fuerzas separatistas debido al uso de los droides de batalla, Yoda permitió la utilización de clones como tropas de la República y cambió las reglas de formación caballeresca de la Orden. Así, de la noche a la mañana, la educación jedi se masificó y disminuyó los años de escolaridad, rompiendo la íntima relación entre un maestro y su aprendiz.
Como ejemplo de esta profunda e improvisada transformación, sirve el caso de Obi-Wan Kenobi. Después de años junto a su maestro Qui-Gon Jinn, sólo obtuvo el grado de caballero tras la hazaña de derrotar en dura batalla al sith Darth Maul. Pero hoy en día, un salón jedi a cargo de Yoda puede tener hasta diez aspirantes y son ordenados apenas muestran un mínimo dominio sobre la Fuerza.
Las consecuencias
Niños son arrancados de sus senos familiares a una tierna edad para ingresar en internados jedi improvisados donde no hay las mínimas condiciones para convivir con la Fuerza. Entrenados y ordenados sobre la marcha, caballeros jedi mal preparados tienen que enfrentarse a una guerra cruenta y a la cual no se le ve un fin cercano en el horizonte galáctico. Así, las tentaciones vienen no del Lado Oscuro sino del yo interior y pensamientos como "me quiero morir" o "es mejor acabar con todo esto" se convierten debido a la Fuerza en deseos inmediatamente mortales. Los caballeros jedi más jóvenes están siendo diezmados no por los droides de la Confederación de Sistemas Independientes sino por sus propios pensamientos. Los jedis abandonan los campos de batalla sin bajas significativas pero regresan a ellos masacrados por sí mismos.
Cuando intentamos contactar al maestro Yoda para que declarara sobre el problema, no sólo se negó a hablar con "Los Dos Soles" sino que intentó utilizar la Fuerza para cambiar nuestro reporte, pero como periodistas nosotros estamos protegidos por la Verdad y nuestro lema "Nada oculto en la Galaxia" nos guiará en nuestra búsqueda del desenlace de esta historia.

(Foto: Maestro Yoda. Archivo de Los Dos Soles)

3 de septiembre de 2009

Juliette Lewis: buscando palos donde ahorcarse


La fama de Juliette Lewis se fue diluyendo en la medida que los años le cobraban una factura que no me atrevería a tildar de merecida. Porque actores y actrices con registros limitados hay por montones y a algunos la apuesta por el mismo papel les dura hasta que el maquillaje no puede ocultar las cirugías (Meg Ryan) o mientras las glorias pasadas tapan las salidas fáciles del presente (Robert De Niro). Pero Lewis apostó por la rebelde sin causa; por la joven borderline siempre a una decisión de tener una vida normal o de perderse en los peores senderos del destino; y por la adulta que se niega a salir de la adolescencia y que resuelve la incongruencia entre lo que hace y lo que se espera de ella estallando en una furia incontrolable contra el mundo. Por eso, cuando uno recuerda la carrera de Lewis pareciera que hubiera dejado de actuar en 1999 o algo así, pero no, lo que pasó a comienzos de la década de 2000 es que el aspecto de mujerniña la abandonó y con ello se esfumaron el tipo de papeles en que brilló. Desde entonces ha estado tratando de construir una carrera de actriz secundaria respetable, sin todavía mayores glorias pero donde se ha dado el lujo de matar algunos fantasmas, sobre todo el de Mallory Knox, cuando, por ejemplo, apareció como invitada en la serie My name is Earl, e hizo el papel de una cazarecompensas que es fácilmente derrotada por su perseguida, pareciendo decir "Juliette Lewis ha muerto, larga vida a Juliette Lewis".
Como parte de ese proceso de reinvención, Juliette Lewis ahora también es cantante y acaba de sacar su segundo disco, llamado Terra Incognita, que por el título pareciera ser una declaración de principios. Y sin embargo, los terrenos que pisa Lewis no lucen tan desconocidos, porque su voz sorprende, es la voz con que cantarían sus personajes más recordados, y la banda que la acompaña le da la atmósfera apropiada. Vale la pena darse al menos un paseo por este intento de Juliette Lewis por mantenerse vigente y no despacharlo sin el beneficio de la duda con que solemos desechar los experimentos musicales de actores venidos a menos.

1 de septiembre de 2009

Amor al trabajo

Yo me alegro cada vez que un compañero no hace bien sus labores, pero no tengo ni malas intenciones ni agendas ocultas, todo lo contrario, lo hago por amor al trabajo: soy el corrector de estilo de sus textos; si los escriben sin imperfecciones yo paso por ellos como un simple lector y entonces cómo demostrar mi dedicación y mi valía.

26 de agosto de 2009

La Atlántida queda en Puerto Rico

Por coincidir con días de Lollapalooza y de mucho agite político en Venezuela, se me traspapeló hacer referencia al artículo que escribí para la revista Contratiempo del mes de agosto, La Atlántida queda en Puerto Rico, parte de un número dedicado a los ires y venires de los puertorriqueños en Estados Unidos.

19 de agosto de 2009

Elogio al ponchado sin tirarle

Ser puesto out sin ni siquiera intentar darle a la bola que lanzó el pitcher, es una situación que creo no tiene similar en el deporte.
Es como no moverse en la partida de una carrera o no lanzarse a la piscina, pero esa sería una circunstancia tan inusual que quien se quedara petrificado recibiría una atención y preocupación especial. Se podría comparar con el portero que se queda clavado en su sitio en un tiro libre sólo para ver el balón colarse al fondo de la red, pero el portero es quien defiende, quien evita que se logre el objetivo del juego; así, la analogía con el ponchado sin tirarle habría que buscarla en la inédita situación del futbolista que no es capaz de dar un paso para patear el balón. Lo más parecido al ponche sin tirarle puede ser el as del tenis, pero la dinámica del juego hace que el saque sin respuesta sea seguido casi de inmediato por un nuevo saque y el tenista que no pudo siquiera moverse frente al saque del otro, en pocos instantes tendrá la oportunidad de realizar él mismo su propio saque incontestable, quitándole todo peso emocional al as.
En cambio, el bateador que ve cómo le cantan el tercer strike tiene que convivir con su inacción sin que el juego le brinde una verdadera oportunidad de revancha, porque la dinámica del béisbol es tal que cada turno al bate tiene su historia única y específica. Uno no puede reconstruir minuto a minuto el fútbol o el básquetbol, ni recontar el tenis volea por volea. Pero el béisbol, como el ajedrez, puede ser reproducido jugada a jugada con todos los detalles y especificaciones. He ahí lo terrible de perder esa oportunidad única sin siquiera haberlo intentado.
La caminata de regreso al dogout que tras ser ponchado sin tirarle tiene que realizar el bateador con su inútil bate a cuestas, es el momento de mayor soledad del deporte. En ese tiempo cualquier cosa que pase por la cabeza del pelotero tendrá que ver con su arma engatillada, con su rendición sin condiciones, con su total indefensión e impotencia. Desvalido y sin recursos, el bateador que se poncha sin tirarle tiene que sobreponerse a la vergüenza de haberse entregado sin siquiera haber intentado ayudar a su equipo a conseguir el objetivo del juego: darle a la bola para anotar carreras. Y sin embargo, el ponchado sin tirarle esperará que le vuelva a tocar el turno al bate y de nuevo se parará delante del lanzador con su bate en posición, esperando que en esta oportunidad ese largo mazo sirva para algo. No es fácil tener esa fortaleza.

18 de agosto de 2009

Cultural differences

Una amiga nos comentaba que piensa mudarse de la zona donde actualmente vive, Logan Square. Estuvimos de acuerdo con ella, esa zona no es de las mejores de Chicago y ella tiene cómo mudarse a un sitio más seguro. "No, no es por eso", a ella la zona le encanta y no ha tenido problemas de delincuencia ni nada por el estilo. Su problema es la combinación entre el verano y los puertorriqueños. Al pedirle una explicación nos dijo que el calor veraniego la obliga a abrir las ventanas y no soporta la música a todo volumen de los puertorriqueños de la zona. Tratando de mostrarme empático, le digo que no es fácil convivir con el reguetón y la salsa a toda mecha. Entonces responde que ojalá fuera reguetón y salsa, es el vals la que la está sacando del lugar, y remata diciéndonos que no se explica por qué las niñas puertorriqueñas se la pasan todo el día escuchando vals. Entre risas le explicamos lo de los quince años y las cuadrillas, y aunque perdonó a las niñas igual está decidida a mudarse.

14 de agosto de 2009

Lou Reed


Los roadies estaban tensos, algo no funcionaba en el escenario, algo suficientemente complicado y delicado que produjo el único retraso significativo en tres días de concierto tras concierto. Veinte minutos después de lo estipulado, Lou Reed salió a escena escoltado por la banda, y de inmediato, un vistazo fue suficiente para observar en los músicos la misma tensión.
Lou Reed, el sobreviviente, porque después de Brian Jones, Jimmy Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, ¿a quién le tocaba? Le tocaba a Lou Reed, que parecía haber acabado su carrera para 1971, que tuvo que ser rescatado del desinterés por David Bowie, que tenía que vivir bajo la sombra de la influencia de Andy Warhol sobre su trabajo cuando fue el sonido de The Velvet Underground lo que atrajo a Warhol y no al revés. Lo cierto es que 40 años después, ahí estaba, caminando en el escenario con paso lento, cansado. Un caminar que se rejuveneció apenas su roadie le guindó la guitarra sobre los hombros. De pronto, todo era energía y fuerza, 40 años después Lou Reed sigue siendo el de la banda de rock 'n' roll:



Lou Reed está viejo, qué duda cabe, y debe ser un viejito cascarrabias, de esos que no acepta que le lleven la contraria y que cambia de parecer porque se le olvidó su parecer anterior. Eso explica la tensión de músicos y roadies. Porque Lou Reed es un dictador sobre el escenario. No para de dar instrucciones y de exigir cosas a sus músicos. Hubo un momento en que se acercó a uno de los guitarristas, le dijo algo al oído y la reacción del otro fue dejar caer los brazos y sacudir la cabeza en un incrédulo no, para de inmediato llamar a un roadie y cambiar la guitarra. La instrucción de Reed debe haber sido algo así como "vuelve a la afinación original" o "no me gusta como está sonando". Pero eso diferencia a Reed de otros viejitos cascarrabias. A veces lo que pide es que el baterista golpee más duro el instrumento o que el saxofonista se rompa la garganta porque Reed quiere que llegue más alto, más alto, más alto. A veces lo que quiere es hacer ruido, porque el rock 'n' roll, si lo sabrá él, no está completo sin distorsiones, disonancias, estridencias y cacofonías:



Como siete minutos duró ese juego con las posibilidades de los instrumentos para transgredir tanto armonías como la paciencia del público: tres días de música, más de 20 horas de conciertos, y tuvo que ser el viejito Reed el que sacara al público de su zona de comodidad, el que de verdad los sacudiera, porque el público no sabía si aplaudir o taparse los oídos, no entendía lo que estaba sucediendo en escena, como hace 40 años el público no entendía lo que sucedía cuando los Velvet se montaban sobre el escenario. 40 años no han sido suficientes para domar a Lou Reed, aunque él, más sabio, más diablo, nos lo ha puesto más sencillo:



Con Walk on the wild side terminó la presentación de Lou Reed. Si veinte años no son nada, 40 son el doble, y aunque las huellas del paso del tiempo y de los desenfrenos están sobre la piel de Reed, el espíritu luce intacto, el sonido y la actitud desmienten a Ian Anderson, de Jethro Tull, que cantaba Too old to rock 'n' roll, too young to die. Lou Reed le respondería que nunca se está demasiado viejo para el rock 'n' roll.