En 2010, Andrés Galarraga aparecerá por primera vez en las papeletas de votación para el Salón de la Fama, y desde ya nos hacemos una pregunta que para todos los venezolanos tiene respuesta afirmativa, pero nosotros no votamos: ¿Galarraga tiene chance de convertirse en un miembro del Salón de la Fama?
La votación de 2010 es particularmente reñida. De los nuevos candidatos, destacan dos jugadores: Roberto Alomar y Barry Larkin, quienes deberían ser electos, mientras que hay otros dos, Edgar Martínez y Fred McGriff, cuyas posibilidades son una incógnita y dependen de cómo juzguen los votantes el hecho de que Martínez haya sido principalmente un bateador designado y McGriff un jugador consistente pero nunca una auténtica estrella. De los que repiten en la papeleta, hay que estar atentos a las candidaturas de Bert Blyleven, Andre Dawson, Tim Raines, Lee Smith y Mark McGwire, que todas parecieran estar ganando adeptos con el paso de los años. Interesante sobre todo el caso de McGwire, cuya no elección a Cooperstown se debe a su asociación con el consumo de esteroides, pero esa razón luce cada año de menos peso para mantenerlo fuera del Salón.
La promoción de 2010 es lo suficientemente débil como para que se den varias sorpresas, incluyendo, por qué no, que ningún jugador obtenga los votos necesarios para ingresar al Salón. Hay muchas posibilidades de que el voto se disperse entre jugadores con credenciales no consideradas automáticas para ingresar al Salón de la Fama. Pudiera ser el año en que por fin Blyleven ocupe el lugar que merece o que Dawson logre obtener el 75% de los votos necesarios para ingresar a la inmortalidad del béisbol. Es casi seguro que en la votación de 2010 Galarraga no entre en el Salón de la Fama, pero sí creo que reunirá los votos necesarios para mantenerse en las papeletas, por lo que hay que construir su caso y comenzar a convencer a quienes votan de que el Gran Gato pertenece con todas las de la ley a Cooperstown.
El caso Galarraga debe sustentarse, pienso yo, en los siguientes argumentos:
-Galarraga también brilló fuera del Coors Field: muchos analistas desestiman a quienes vivieron sus mejores años en el paraíso de los bateadores de Colorado, y eso pesa en las opciones de Galarraga. Pero el Gran Gato tuvo dos años estelares en Atlanta, dos muy buenos y dos bastante productivos en Montreal. Eso es después y antes de Colorado.
-Once años de excelencia: hay quienes analizan las carreras dignas de Cooperstown sobre la base de diez años de dominio. Galarraga los tiene, cuatro años de dominio en Montreal, cinco en Colorado y dos en Atlanta.
-El cáncer le quitó un año: Galarraga fue dominante antes y después de volver del cáncer, por lo que sus números globales sufrieron una importante merma por la temporada que perdió combatiendo la enfermedad.
-Sus números son comparables a los de Tony Pérez y Orlando Cepeda, ambos jugadores de la primera base, como Galarraga, y ambos miembros del Salón de la Fama.
El camino es largo, pero vale la pena trabajar para que Andrés Galarraga se convierta en el segundo venezolano miembro del Salón de la Fama del béisbol.
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