Una pulga no puede picar a una locomotora, pero sí llenar de ronchas al maquinista... Así Libertad le explicaba a Mafalda el sentido de luchar por causas perdidas.
Los roadies estaban tensos, algo no funcionaba en el escenario, algo suficientemente complicado y delicado que produjo el único retraso significativo en tres días de concierto tras concierto. Veinte minutos después de lo estipulado, Lou Reed salió a escena escoltado por la banda, y de inmediato, un vistazo fue suficiente para observar en los músicos la misma tensión.
Lou Reed, el sobreviviente, porque después de Brian Jones, Jimmy Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, ¿a quién le tocaba? Le tocaba a Lou Reed, que parecía haber acabado su carrera para 1971, que tuvo que ser rescatado del desinterés por David Bowie, que tenía que vivir bajo la sombra de la influencia de Andy Warhol sobre su trabajo cuando fue el sonido de The Velvet Underground lo que atrajo a Warhol y no al revés. Lo cierto es que 40 años después, ahí estaba, caminando en el escenario con paso lento, cansado. Un caminar que se rejuveneció apenas su roadie le guindó la guitarra sobre los hombros. De pronto, todo era energía y fuerza, 40 años después Lou Reed sigue siendo el de la banda de rock 'n' roll:
Lou Reed está viejo, qué duda cabe, y debe ser un viejito cascarrabias, de esos que no acepta que le lleven la contraria y que cambia de parecer porque se le olvidó su parecer anterior. Eso explica la tensión de músicos y roadies. Porque Lou Reed es un dictador sobre el escenario. No para de dar instrucciones y de exigir cosas a sus músicos. Hubo un momento en que se acercó a uno de los guitarristas, le dijo algo al oído y la reacción del otro fue dejar caer los brazos y sacudir la cabeza en un incrédulo no, para de inmediato llamar a un roadie y cambiar la guitarra. La instrucción de Reed debe haber sido algo así como "vuelve a la afinación original" o "no me gusta como está sonando". Pero eso diferencia a Reed de otros viejitos cascarrabias. A veces lo que pide es que el baterista golpee más duro el instrumento o que el saxofonista se rompa la garganta porque Reed quiere que llegue más alto, más alto, más alto. A veces lo que quiere es hacer ruido, porque el rock 'n' roll, si lo sabrá él, no está completo sin distorsiones, disonancias, estridencias y cacofonías:
Como siete minutos duró ese juego con las posibilidades de los instrumentos para transgredir tanto armonías como la paciencia del público: tres días de música, más de 20 horas de conciertos, y tuvo que ser el viejito Reed el que sacara al público de su zona de comodidad, el que de verdad los sacudiera, porque el público no sabía si aplaudir o taparse los oídos, no entendía lo que estaba sucediendo en escena, como hace 40 años el público no entendía lo que sucedía cuando los Velvet se montaban sobre el escenario. 40 años no han sido suficientes para domar a Lou Reed, aunque él, más sabio, más diablo, nos lo ha puesto más sencillo:
Con Walk on the wild side terminó la presentación de Lou Reed. Si veinte años no son nada, 40 son el doble, y aunque las huellas del paso del tiempo y de los desenfrenos están sobre la piel de Reed, el espíritu luce intacto, el sonido y la actitud desmienten a Ian Anderson, de Jethro Tull, que cantaba Too old to rock 'n' roll, too young to die. Lou Reed le respondería que nunca se está demasiado viejo para el rock 'n' roll.
"tres días de música, más de 20 horas de conciertos, y tuvo que ser el viejito Reed el que sacara al público de su zona de comodidad, el que de verdad los sacudiera, porque el público no sabía si aplaudir o taparse los oídos,"
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4 comentarios:
"tres días de música, más de 20 horas de conciertos, y tuvo que ser el viejito Reed el que sacara al público de su zona de comodidad, el que de verdad los sacudiera, porque el público no sabía si aplaudir o taparse los oídos,"
Excelente, pana.
"tres días de música, más de 20 horas de conciertos, y tuvo que ser el viejito Reed el que sacara al público de su zona de comodidad, el que de verdad los sacudiera, porque el público no sabía si aplaudir o taparse los oídos,"
Excelente, pana.
"tres días de música, más de 20 horas de conciertos, y tuvo que ser el viejito Reed el que sacara al público de su zona de comodidad, el que de verdad los sacudiera, porque el público no sabía si aplaudir o taparse los oídos,"
Excelente, pana.
muchas gracias x3, jaja, un abrazo
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