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24 de julio de 2006

Desmentidos existenciales

Yo no dije eso, mis palabras fueron sacadas de contexto, pusieron comillas a algo que escribió el periodista, él/ella no quiso decir eso, fue víctima de una malinterpretación con fines oscuros; el desmentido es noticia sobre la noticia, es el pataleo de todo aquel que es centro de atención, es incluso un derecho, es una práctica común, los periódicos del mundo llenan parte de sus páginas publicando réplicas, desdiciéndose de sí mismos, de sus periodistas, distanciándose de sus propias páginas. Pero no fue en un periódico donde la práctica del desmentido llegó a límites propios de estos tiempos de clones, de yo-virtuales y de intertextualidad, aunque, claro está, la información del desmentido nos llega a través de las páginas de los periódicos, deportivos para más señas. Terrel Owens, estrella de fútbol americano, declaró recientemente que en su autobiografía titulada T.O., hay una frase que él no dijo.

20 de julio de 2006

Maroa y la piratería

En El Nacional de hoy, Solveig Hoogesteijn, cineasta venezolana, directora de Macu, Santera y de la recién estrenada Maroa, escribe un interesante y sentido artículo tras haber visto que apenas un día después de su estreno, Maroa ya era vendida en copias piratas por los buhoneros. Incluso un informal, al verla demasiado interesada en la mercancía, se la ofreció con recomendación y todo: Es de la misma autora de Macu, la mujer del policía.
Su artículo me puso a pensar sobre un par de aspectos del delicado tema de la piratería. El primero, que si bien la piratería daña los ingresos de buena parte de la industria, incluyendo los del creador, es, por otra parte, aliada de éste en cuanto a la difusión de la obra. En el artículo de Hoogesteijn se ve claramente la ambigüedad que puede tener un creador frente a la piratería: si bien se queja de la merma de ingresos y de lo afectadas que se ven las personas que trabajan en hacer películas, le agradece a los piratas que hoy por hoy todavía sea posible encontrar Macu en muchos tarantines, y lo que les pide respecto a Maroa, es que la gente tenga chance de verla en las salas y que luego los piratas se dediquen a llevar a Maroa hasta el Delta del Orinoco.
Y ese pedido me lleva al otro aspecto. Hoogesteijn le pide a los piratas una tregua de un mes para que la gente vaya a las salas y disfruten de la película tal como es. La directora menciona los asientos, las cotufas, el que no suene el celular y que los niños no molesten, además de poder disfrutar de un sonido que te hace agachar la cabeza como si el disparo que sucede en la pantalla pudiera alcanzarte. Es válida la pregunta: ¿por qué la sola presencia de unas copias piratas en la calle hace que la gente renuncie a lo mencionado por Hoogesteijn? ¿Por qué ese disfrute de la película en la sala vale tan poco? Si el ir a una sala de cine depende solo de que no encontremos una copia barata a mano, quizás la experiencia de asistir a una sala no está resultando demasiado satisfactoria para la gente. La piratería tal vez le saca tanto provecho a esto como a vender el producto más barato.

19 de julio de 2006

Malabares

La luz cambió a rojo y comencé a frenar. Apenas me detuve, el harapiento bufón se paró frente al carro. Con maneras más hambrientas que artísticas me mostró sus manos, nada por aquí, nada por allá. Sacó de sus bolsillos cuatro pequeñas esferas, les prendió fuego y las lanzó al aire. Las bolas de fuego saltaban de sus manos de amianto una y otra vez, sin parar, sin caer nunca, más y más rápido, el fuego cada vez más intenso, más caliente, era como ver cuatro cometas viajando en la misma órbita, cada uno persiguiendo la estela de luz del otro hasta que lograron morderse las colas creando un aro perfecto que encerró el infinito. Dentro del aro vi la luz verde. Fui tras ella, hundiendo hasta el fondo el acelerador.

Yasuri


Ya no nos conformamos con ver el video una y otra vez...

Esta mañana recibí este anuncio por email; ya la fiebre de Yasuri Yamileth está llegando a extremos impresionantes.

1 de julio de 2006

Decisión por penaltis

Entre las múltiples noticias que el partido Alemania-Argentina ha generado, encontré ésta sobre el trabajo de preparación que la selección alemana traía respecto a las costumbres de los jugadores argentinos a la hora de chutar desde el punto penal. Al parecer, el arquero Lehmann sólo tenía que revisar su lista para saber a dónde tenía que lanzarse. Cruz pega a tu derecha arriba; Ayala, abajo a tu izquierda; Maxi abajo a la derecha; Cambiasso abajo a la izquierda. Al parecer, la lista estuvo cien por ciento acertada, porque Lehmann adivinó todos los lanzamientos y pudo parar dos.
Días atrás, Tim Harford reseñaba cómo la Teoría de los Juegos puede servir para estudiar el lanzamiento de penaltis. Después de todo, se trata de un juego estratégico entre el pateador y el portero. El que patea decide dónde y cómo va a chutar tomando en cuenta lo que el portero puede hacer; el portero decide a dónde lanzarse intentando anticipar lo que el otro hará. Harford acude al economista de la Universidad de Brown, Ignacio Palacios-Huerta, quien ha estudiado las costumbres a la hora de patear penaltis de unos 42 futbolistas, y encontró que los más exitosos en el asunto, tanto cobradores como porteros, son los futbolistas cuya estrategia es completamente impredecible. Así, la lista de Lehmann para esos jugadores (Harford menciona a Zidane) diría algo así como "a donde sea".