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14 de julio de 2009

Al este de Guatemala queda Guatepeor

-Si el gobierno de facto hondureño se consolida, estaremos abriendo las puertas al regreso de las democracias tuteladas de América Latina, donde al menor desvío de lo esperado (eso no suele significar desvío de la norma), los militares toman el control del gobierno. Mientras, en Honduras aumentará la represión en la medida que el descontento crezca. Hayan o no hayan elecciones en noviembre, la civilidad de Honduras estará altamente comprometida.
-Si el presidente Zelaya regresa a la presidencia y lo hace tratando de tomar represalias y llevando adelante los planes que llevaron a su caída, generará una crisis mayor que la actual, porque estará enfrentando a la casi totalidad de los poderes de la nación.
-Si el presidente Zelaya regresa a la presidencia en una especie de amnistía y borrón y cuenta nueva, Honduras iría a unas elecciones donde todos desconfiarán de todos, los candidatos de un lado serán acusados por el otro bando de lo mismo que se acusan actualmente ambos bandos, en una contienda donde el ganador tendrá una legitimidad bastante cuestionada y gobernará bajo la sombra de un estamento militar que volvió a ser deliberante.
-Si la comunidad internacional interviene apretando el bloqueando a Honduras, amén de que el bloqueo a Cuba debería servir como muestra de que una acción de este tipo corre el riesgo de cohesionar al país en torno a su gobierno, se le estaría haciendo un bloqueo a uno de los países más pobres del continente, nada como para enorgullecerse.
-Si la comunidad internacional decide intervenir militarmente es muy probable que el ejército hondureño no pueda hacer mucha resistencia, pero la intervención difícilmente sustituya a todo el congreso y a toda la corte suprema, dejando un escenario par el gobierno repuesto muy inestable, con el añadido de la presencia de tropas extranjeras.
¿Qué otras posibilidades se me escapan? ¿Alguna que no augure una institucionalidad fracturada?

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