En The Brooklyn Follies, el reciente libro de Paul Auster, al personaje principal se le ocurre la idea de llevar adelante un negocio de biografías de gente normal, porque según él, la mayoría de las vidas simplemente se desvanecen, y las historias que produjeron esas vidas quedan olvidadas junto a ellas.
Por momentos es difícil reconocer si es el personaje o el propio Auster quien dice esto, porque buena parte del proyecto literario de Auster está dedicado, en medio del azar y de personajes que se enfrentan a la muerte o que se salvaron por poco de ella, a rescatar esas historias de la gente común, anécdotas que no sirven para volver a sus protagonistas personajes de novela o siquiera de un relato corto, pero que bien justifican su existencia, su paso por este mundo. Los 15 minutos de fama que nos regaló Warhol, Auster, más generoso, nos los ofrece como una pequeña narración que trasciende nuestra propia existencia: toda vida produce al menos una anécdota que vale la pena contar, guardar y recordarla en las páginas de un libro... o quizás de un blog.
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