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10 de agosto de 2006

Marcalibros

Parecerá necedad, pero no encuentro mis marcalibros y eso me asusta, es como si fuera el préambulo a dejar de leer, porque sin el marcalibro a mano no soy capaz de detener la lectura, y solo hay un paso de ahí a sentir que si comienzo un libro no podré parar hasta terminarlo so pena de no saber dónde retomar lo leído. Ese sentimiento me mantendrá alejado de libros de quinientas, cuatrocientas, trescientas, doscientas páginas, de cien dependerá del tamaño de la letra, pero pronto ni eso, el músculo lector se irá atrofiando hasta que un cuento corto me parecerá compuesto por una inabarcable cantidad de palabras. El dinosaurio todavía estaba allí, pero yo no pude leer para saberlo.

2 comentarios:

Gabrielita dijo...

Manías y miedos. Y aunque sea bastante grande, "el dinosaurio" es bastante corto, es preocupante que el "musculo lector" se pueda con él...


Saludos.

Gabrielita dijo...

se pueda atrofiar*