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25 de enero de 2010

La batalla del béisbol


La batalla entre opositores y afectos al régimen de Hugo Chávez se ha librado desde el principio en los estadios del deporte nacional: el béisbol, con un saldo bastante pobre para el presidente Chávez--aunque sus derrotas en las tribunas de los estadios no hayan tenido repercusión electoral--.
"¡Y va a caer! ¡Y va a caer! ¡Este gobierno va a caer!" es un cántico que tiene escuchándose en las gradas y tribunas de los juegos de la Liga de Béisbol Profesional Venezolano por lo menos desde 2002, cosa que habla al menos de la resiliencia de quienes los entonan. Mientras, Hugo Chávez, confeso fanático del béisbol y aspirante a jugador profesional en sus años mozos, prácticamente ha renunciado a pasearse por el estadio cuando hay partido, a tal punto que este pasado fin de semana anunció a modo de amenaza, incumplida, que asistiría al tercer juego de la final del torneo entre los dos equipos más populares del país, los llamados "eternos rivales": Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes, equipo este último del cual Chavez es público seguidor.
La batalla del béisbol en Venezuela tuvo su expresión internacional cuando el año pasado, durante el Clásico Mundial de Béisbol, los venezolanos que asistieron a los partidos de su selección en Miami, EEUU, le dedicaron sonoras y dolorosas pitas a un jugador de Venezuela, Magglio Ordóñez, quien había sido imagen importante de una de las tantas campañas electorales que el presidente Chávez ha realizado y ganado en sus ya once años de dirigir al país. La muy pocas veces vista imagen de un jugador abucheado por sus seguidores durante una Copa del Mundo, fue noticia en diversos medios internacionales y produjo una reacción que al final resultó favorable para el jugador, porque mientras muchos se preguntaban si el escenario de un torneo internacional era el adecuado para una protesta de ese tipo, otros reivindicaban el derecho de Ordóñez de militar políticamente y de ser contratado como imagen de una campaña política.
Pero la batalla del béisbol está llegando a unas atmósferas que los barómetros no habían medido, desde que en la ronda semifinal de este torneo, durante un juego--no podía ser otro--entre Caracas y Magallanes, una pancarta se vio en el estadio que decía "1-Luz, 2-Inseguridad, 3-Devaluación. Chávez estás ponchao", aludiendo a los tres strikes, los tres fallos que hacen que un bateador pierda su turno, una jugada a la que en Venezuela se le dice "Ponche" desde los tiempos en que el béisbol se transmitía sólo por radio y una conocida marca de Ponche crema patrocinaba los juegos y la jugada específica.
Quienes pusieron la pancarta fueron reprimidos por la Guardia Nacional presente en el estadio como si de un acto de rebelión se tratara, y de cierta forma lo fue. Porque el Chávez 'tas ponchao se ha convertido en un eslogan y grito de guerra opositor que pareciera estar haciendo mella en un gobierno que tiene crecientes problemas de gobernabilidad. Para confirmar que han resentido el golpe, el gobierno intentó silenciar el Chávez 'tas ponchao en el reciente juego de ayer domingo.
Ese juego era importantísimo por varias razones. No sólo se llevaría a cabo en horario estelar sino que era el primer juego de la final que se escenificaría en la cada vez más opositora ciudad de Caracas. Pero además se efectuaría un día después de una convulsionada jornada política, donde una marcha por la celebración del 23 de enero (día de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958) mostró el músculo opositor y sobre todo el "punch" del 'tas ponchao. En una decisión que, si bien venía cocinándose, pareció tomada como represalia al éxito de la marcha opositora, el gobierno exigió la salida del canal RCTV Internacional de la oferta de canales de las operadoras de cable, alegando incumplimientos de normas de la Ley de Telecomunicaciones por parte del canal. El sábado a medianoche, RCTV Internacional quedó fuera de transmisiones.
Lo cierto es que la presencia de Guardias Nacionales y de Policías Metropolitanos sorprendió por su volumen en un juego donde el número de efectivos siempre es muy alto debido a la cantidad de gente que abarrota el estadio cada vez que se enfrentan los eternos rivales. Pero los efectivos no estaban ahí para proteger al público sino para proteger al gobierno. Las protestas en el estadio a favor de RCTV no se hicieron esperar, y a pesar de su número los efectivos del orden no público sino gubernamental se vieron desbordados. Incluso el intento de acallar los gritos antigubernamentales en Venevisión, un canal hoy aliado del gobierno para no ser tocado por la Ley que es tan estricta para RCTV, fue insuficiente y su transmisión del partido terminó siendo realizada con primeros planos de los jugadores, tomas cerradas y sin audio ambiente. Mientras, en el otro canal que transmitía el juego, se veían las pancartas, la gente amordazada simbolizando la falta de libertad de expresión en el país y se percibía que algo grave sucedía en las tribunas porque por momentos el público estaba completamente de espaldas al juego, como si de la censura del mismísimo César se tratara--en este caso, censura al aspirante a César. ¿Y qué era lo que sucedía? Los escarceos entre la fuerza policial y los manifestantes que pudieron poner la pancarta del 'tas ponchao detrás del home, el sitio frente al cual sucede la mayor parte de la acción de un juego de béisbol y que ninguna toma cerrada puede dejar de captar so pena de perder toda noción de lo que sucede en el partido.
Hoy vuelve a haber juego. Ambos bandos parecen preparados para un nuevo capítulo. Mientras, varias ciudades del país parecen encenderse en protestas contra un régimen que en nombre del socialismo planetario ha dejado a los venezolanos sin agua, sin luz y a merced de la delincuencia. La batalla del béisbol es sólo una más en el enfrentamiento político constante que es la Venezuela de la actualidad.

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