It might get loud es una película imprescindible, porque no solo se trata de una conversación entre tres monstruos de la guitarra, Jimmy Page, The Edge y Jack White, sino que es un maravilloso documento sobre el proceso creativo, que deja en evidencia cómo la innovación y la originalidad tienen su base en el culto y conocimiento de los orígenes. Los tres guitarristas encuentran en la historia de su instrumento; en la admiración y respeto por los pioneros; y en la preservación de los documentos, grabaciones, videos y materiales propios y ajenos; la fuente para sus propias búsquedas y para la creación de un sonido único, original, reconocible e influyente. Esa lección es válida para cualquier disciplina en la que uno se desenvuelva.
Particularmente emocionante, el momento donde Jimmy Page toca el rif del superclásico Whole Lotta Love, cosa que obliga a The Edge a pararse de su asiento y a White a apoyar su guitarra en el piso en una muestra de respeto, devoción y admiración que uno suele creer imposible en tipos de semejante fama. Yo no sé a ti, pero a mí me eriza ver la expresión de The Edge mientras escucha esos acordes.
Play cumple cinco años
Hace 4 años.
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