Uno de los aspectos más interesantes de Hierba Mora, la novela de Teresa Moure donde uno puede acercarse a la vida amorosa de René Descartes, es la postura que la autora tiene respecto al por qué se cuenta una historia. De alguna forma, la historia encuentra a su autor, y a partir de ese encuentro no hay forma de renunciar a contarla. Así, Hierba Mora es narrada por Inés Andrade, una estudiante de filosofía que convierte su permanentemente fallida tesis de grado en la historia novelada de la relación de Descartes con las dos mujeres que al parecer tuvieron mayor trascendencia en la vida del filósofo, Hélène Jans y la reina Cristina de Suecia. Pero el papel de Inés no es solo de narradora, pues su vida está íntimamente ligada a ese triángulo, como si siempre hubiera estado destinada a contarlo.
El encuentro de Inés con su propia escritura, Moure lo narra en la novela: …también estaban allí, esperándola, ciertos poemas que ella misma escribiría algún día, que ya aparecían allí con título y todo, y con la marca de cuantos versos y cuantas palabras tendrían, aunque las palabras exactas estaban sin poner.
Esa relación entre el escritor y la historia que cuenta se vuelve orgánica, el escritor necesita contar la historia tal como necesita respirar o comer. Por eso, en otra parte de la novela, Moure se pregunta: ¿Por qué escribir será una actividad regulada por la mente si es el cuerpo quien hace el trabajo?
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1 comentario:
todo hacerca de la planta de la herba mora
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