Es prácticamente un hecho la reforma de la Constitución de 1999; Constitución catalogada de perfecta en su momento -claro, también de bicha. Y una de las cosas que al parecer traerá la nueva Constitución es el regreso a la figura del Distrito Federal y el crecimiento de éste hasta ocupar el área de lo que comercialmente llamamos La Gran Caracas: los cinco municipios del área metropolitana actual, el Estado Vargas, los Altos Mirandinos, los Valles del Tuy, Guarenas-Guatire y parte de Barlovento. Un gigante en manos de un ministro, porque la figura de Distrito Federal convierte de inmediato a esa entidad político-administrativa en una especie de ministerio, con un gobernador miembro del gabinete ejecutivo designado a dedo por el Presidente de la República.
¿Esto le conviene a Caracas? No es una pregunta fácil de responder, porque las realidades urbanas son mucho más complejas y dinámicas que lo que puede expresarse en una división político-territorial. En el caso de Caracas, hay dos realidades distintas que se mezclan, se confunden o se ignora una en detrimento de la otra. Una es Caracas como Capital de la República y otra es Caracas y su Área Metropolitana.
En la reforma por venir, se mezclan ambas realidades para crear una gigantesca ciudad-ministerio porque, insisto, la ciudad-región a la cual se le quiere dar entidad e identidad político-administrativa va a ser gobernada por un funcionario equivalente a un ministro.
La Condición de Capital de la República justifica un régimen administrativo especial, la condición de inmensa Área Metropolitana amerita un régimen territorial mucho más amplio que el actual. Pero ambas cosas deberían resolverse por separado. Al intentar darle forma de Distrito Federal a una inmensa Área Metropolitana se está creando un Frankestein que desde ya parece destinado a repetir tanto los errores que llevaron a prescindir del DF en la Constitución del 99 como los que hicieron de la Alcaldía Metropolitana un ente que tras apenas 8 años de existencia muchos quieren hacer desaparecer.
Para no alargar demasiado esta entrada, en las próximas seguiré con el mismo tema.
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