Le tocó el turno al Teatro Alberto de Paz y Mateos. La orden de desalojo tanto de personas como bienes
llegó hace un par de días y la misma tiene que ser cumplida antes del 19 de abril. Con ello, el grupo de teatro Theja, Thejadanza, el Ballet Contemporáneo de Caracas, Fundafolk, Macrodanza, Caracas Roja Laboratorio y la Escuela Nacional de Danza pasan a ser oficialmente damnificados. La medida no tiene explicación salvo el silencio de la supuesta eficiencia burocrática, la razón del desalojo es un contrato que finaliza. No es un castigo específico, no es por algo que haya montado el Theja, por algo que hayan escrito José Simón Escalona o Javier Vidal, no es ni siquiera porque esos espacios estén cerrados al gobierno, ya que la Escuela Nacional de Danza depende del CONAC; tampoco la medida parece enmarcada en un proyecto para el Alberto de Paz y Mateos, si existe el proyecto no se anuncia, mucho menos se rendirán cuentas sobre su ejecución y destino. El único plan es continuar la Revolución y la Revolución es un desplazamiento de personas, la Revolución necesita que al frente del Alberto de Paz y Mateos existan nuevas personas y nuevos objetivos para poder seguir siendo Revolución, la Revolución necesita que el Alberto de Paz y Mateos se rija por los conceptos Revolucionarios, por la política de las tres R del presidente Chávez y por cualquier otro concepto que la Revolución invente para excusarse por el insaciable apetito que tiene por el poder y los privilegios. Al Alberto de Paz y Mateos lo utilizarán para reuniones políticas, así como usan el Teresa Carreño, el Municipal, el Cadafe, la Sala Juan Bautista Plaza, el Celarg, porque a la Revolución no le faltan espacios para la cultura, lo que le faltan son espacios para seguir siendo Revolución, para continuar desplazando personas que más allá de su trayectoria y méritos, o precisamente por su trayectoria y méritos, no le rinden suficiente pleitesía a la Revolución, para poner otras personas que ante todo servirán para mostrarlas cuando la Revolución necesite decirse a sí misma que sigue siendo Revolución.
2 comentarios:
La cultura, toda, es un privilegio. Un privilegio que no debe perderse. Es falso que el teatro sea “cultura burguesa”. La cultura en definitiva es la suma de todas las expresiones de la sociedad. Imposible tapar el sol con un dedo. Yo propongo a Vidal, a Escalona y a los otros grupos desalojados, que son unos cuantos, que tomen la calle. Teatro de la calle. Que nos convoquen a sus ensayos, por ejemplo en el boulevard de Sabana Grande, y a sus presentaciones en las diferentes plazas de las diferentes ciudades. Ya verán que rápido les devuelven sus sedes…
Muy de acuerdo contigo, la sede no es lo que detendrá la labor de un grupo como Theja o del Ateneo de Caracas si terminan concretándose las mismas amenazas o apetitos.
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