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17 de febrero de 2010

El problema de Buzz

Más allá de los problemas de privacidad que muchos han denunciado representó el lanzamiento y casi imposición de Buzz, la nueva red social de Google, creo que la idea de asociar el correo gmail con una red social presenta dos problemas que hace que su éxito no sea tan tiro en el piso como de buenas a primeras podría pensarse.
El primer problema, que son pocas las personas que se comunican a través de un solo correo y las listas de contactos de un correo a otro pueden ser muy disímiles entre sí. Así, la lista de gente a la que más le envío correos no es necesariamente la lista que Buzz me mostró como mis amigos Buzz. Entre mis contactos Buzz apareció gente con la que no me comunicaba hace años y gente con la que me comuniqué sólo por cuestiones de negocios o profesionales, mientras quedaron fuera personas con las que me comunico a menudo pero a través de una dirección no gmail y la forma de incorporar a esa gente a mis contactos Buzz me resultó tan poco clara que me pareció inexistente.
Y ahí aparece el segundo problema. Mucha agua ha pasado por las redes sociales y cada red nueva la tiene más difícil a la hora de crearse un público o un hábito. Buzz la tiene difícil porque las interacciones entre amigos o gente con intereses comunes hace mucho tiempo que no suceden vía email exclusivamente. De hecho, con mis amigos me comunico mucho más a través de facebook, con gente con intereses comunes a través de twitter, y viceversa, porque en twitter estoy en contacto permanente con buenos amigos y en facebook cada día comparto más con gente con intereses comunes.
De buenas a primeras, Buzz luce con dificultades para romper esa interacción en otras redes, creo yo precisamente por esa apuesta por el automatismo que les hizo subestimar el significado y la valoración que cada uno hacemos de nuestra lista de contactos de correo. Claro que Google tiene mecanismos para ir ampliando esa lista de contactos Buzz y la misma irá creciendo. Pero el tiro al piso les dio en el pie, y ahora tienen que pensar en maneras más efectivas de volvernos usuarios activos y afectivos de Buzz.

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