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23 de marzo de 2010

El correo electrónico: esa arma de destrucción masiva

El Director Ejecutivo de la corporación tiene una política de puertas y comunicaciones abiertas. Por eso, emails de su autoría van y vienen. Por eso, un anuncio de los buenos resultados que ha tenido la corporación llegó a los buzones de los empleados que pronto serán víctimas de un outsourcing, operación clave para lograr los resultados anunciados. Por eso, los empleados bajo la figura de contrato leyeron un anuncio de que recibirían un bono el cual sería depositado directamente en sus cuentas de banco; al ver que en sus cuentas no había depósito alguno reflejado, pudieron enterarse de que la política de bonos de la corporación no incluye a los empleados bajo la figura de contrato. Por eso, gracias al desmentido que envió, todos pudieron enterarse de propia voz del Director Ejecutivo que estaba circulando un rumor sobre la venta del edificio de una de las sedes de la corporación a otra compañía.
Parece increíble que a estar alturas, el correo electrónico en ciertas manos siga siendo un arma de destrucción moral masiva.

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