Las mañas del spam

No sé si a estas alturas dejar un mensaje anónimo con una serie de enlaces dudosamente explicados llamará a alguien a seguir uno de esos enlaces, pero la práctica se sigue haciendo con la convicción de la mosca que se golpea contra el vidrio (Mafalda la llamaba la humanidad). Pero lo interesante, al menos en este blog, es que los comentarios spam se repiten cada cierto tiempo en las mismas entradas, como si hace algún tiempo un algoritmo determinara cuáles entradas de la Pulga son buenas para meter mensajes no deseados.
Yo estoy suscrito al RSS de los comentarios de mi blog --de otra forma sería imposible o bastante fastidioso saber si alguien comentó en una entrada de hace dos meses o de hace dos años--, por eso sé de inmediato cuándo y dónde dejan un mensaje spam. Acto seguido, voy y lo borro. Como son dejados en las mismas entradas con cierta regularidad, comenzaré a bloquear comentarios en esas entradas específicas. La mayoría de las entradas en mira tienen más de seis meses de haber sido escritas, por lo que no creo que querrás comentar en ellas, pero uno nunca sabe y si por casualidad llegas a encontrarte una entrada donde no se puede comentar, es en esa entrada en específico nada más y la razón es que ha sido víctima reiterada del spam. De resto, los comentarios siguen tan abiertos como siempre.