En una muestra más de la alta política de nuestros días, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, encampañado en búsqueda de la reelección, prometió no tener relaciones sexuales hasta el día de las elecciones, el 9 de abril.
Por más que intento imaginármelo, no encuentro que semejante promesa tenga algún significado para la gestión del próximo gobierno o para el destino de los italianos. Se me hace más fácil imaginarme las consecuencias para el propio Berlusconi, aunque con sus 69 años a cuestas no me atrevería a apostar entre una desesperación tipo la película 40 días, 40 noches, o simplemente un par de meses sin tomar Viagra y asunto resuelto.
Lo realmente interesante de esto, sería diseñar los mecanismos mediante los cuales los italianos pudieran verificar que, efectivamente, Berlusconi cumplió su promesa electoral. Si todo aquel que vote el 9 de abril por Berlusconi, lo hace completamente seguro de que en efecto el primer ministro y candidato no tuvo relación sexual alguna (Define Sex, pediría Bill Clinton), se habrá dado un gran progreso en los mecanismos de control ciudadano sobre la gestión pública y de transparencia y rendición de cuentas de los funcionarios públicos hacia los ciudadanos. Ojalá los italianos no pierdan esta oportunidad.
Play cumple cinco años
Hace 4 años.
2 comentarios:
Hummmm, acá se disuelve la vida privada del funcionario´que se supone es ciudadano, y al hacerlo, es y siempre será las 24 horas funcionario público, para mi, eso es medio aterrador, pero si el mismo italiano da pie a ello, que le ponga cristal a toda su casa!
No, y después, cuando haya terminado la promesa y todos tengamos que verlo desquitándose. guácatela.
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