Preparando la versión digital del curso que dicto, me puse a revisar lo que otros profesores de la Universidad donde trabajo han hecho con las páginas web de sus materias, simple espionaje industrial. Y me llamó mucho la atención encontrarme con una lista de blogs que ex alumnos míos mantuvieron supongo que como parte de las actividades de un curso de periodismo digital. Lo interesante no es que alumnos de periodismo lleven blogs como parte de su evaluación, sino que el listado que encontré, y los blogs que revisé, son de alumnos ya egresados, ya no son estudiantes de periodismo sino periodistas hechos y derechos. Entonces entendí perfectamente el sentido del artículo de Bryan Curtis, donde clamaba por el derecho de los estudiantes de periodismo a equivocarse en privado. Porque ahí estaban esos blogs, cuales habitantes de Pompeya cubiertos de ceniza, petrificados en el tiempo y en el ciberespacio, mostrando como actual, actual y permanente, una cara muy superada, muy dejada atrás de los ahora periodistas.
Cuando Silvio Berlusconi promete no mantener relaciones sexuales durante la campaña electoral, no importa que no haya sido tomado en serio, demuestra cómo se ha borrado casi por completo el ya de por sí delgado límite entre la vida privada, en este caso íntima, y el quehacer público de la persona, del candidato o del funcionario público.
La llamada televisión real, en buena medida, no es otra cosa que hacer públicos procesos que antes transcurrían en privado. Ya no basta con narrar las situaciones que se presentan en una peluquería o en un restaurant, ya no basta con escuchar a un cantante o ver a un actor, ahora queremos conocer el proceso para hacer la peluquería y el restaurant, desde que el peluquero aprendió a cortar el pelo y al chef le dieron el trabajo, queremos saber cómo se hizo el cantante, cómo se hizo el actor, y más aún, queremos saber quiénes fueron rechazados como cantantes y como actores.
La ducha ya no es el lugar donde cantamos sin inhibiciones, es frente a una Webcam. Si no, pregúntenle al incauto protagonista de la Numa Numa Dance, un fenómeno de descargas y hits Web que mereció un artículo del New York Times sobre los efectos perversos de la fama vía Internet.
La persona que se molesta porque recibe correo no deseado, es la misma que mantiene un blog donde publica las fotos de todos sus amigos sin que se le haya pasado por la cabeza la posibilidad de que eso pudiera molestar a alguno de ellos.
El concepto de privacidad no es el mismo de antes. Por eso, cuando escucho a alguien defender el derecho a la vida privada, el derecho a la privacidad de las personas, suelo parar bien la oreja para comprender bien a qué se está refiriendo.
Play cumple cinco años
Hace 4 años.
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