Un atentado terrorista en Ciudad Gótica atribuido a Al-Qaeda es el nuevo reto de Batman, reto que lo llevará, por supuesto, a lograr lo que George Bush no ha podido hacer todavía: dar con el paradero de Osama Bin-Laden y enseñarle quién es el que manda en este mundo.
Bueno, el final no lo sabemos todavía, pero lo presumimos inmediatamente después de leer la noticia de que Frank Miller, el autor que relanzó las aventuras de Batman y que es también responsable de Sin City, le dedicará el nuevo número del hombre murciélago al combate contra el terrorismo.
En la noticia, se dice que Batman se cansó de luchar contra el Guasón y por eso busca un blanco mucho más desafiante. Sin duda que será así, porque los maleantes de Ciudad Gótica son malos de firma, malos temáticos, sus acciones se rigen por una estética muy definida y quieren ser reconocidos por esa estética, sólo se preocupan por ésta y no por la efectividad, hasta el punto de no tener ningún problema con anunciar sus próximos golpes dejando las claves para ser descubiertos. En cambio, Al-Qaeda es más de estos tiempos, tiempos de Internet, por ello es una red que no se sabe a ciencia cierta dónde opera, dónde buscarla, dónde dará su próximo golpe, y cada anuncio sobre la caída del número dos o tres de la red es el preludio no para el anuncio de la captura de Bin Laden sino para otro anuncio de la caída de un nuevo número dos o tres, tal como si se cayera un servidor de Internet, busca el más cercano y sigue conectado.
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