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21 de febrero de 2006

N.A.V.Y.

Hace algún tiempo, dando clases de español a un grupo, se me ocurrió pedir un voluntario. Nadie se propuso, por lo que tuve que insitir, tratando de que el más avanzado del grupo tuviera a bien pasar al frente. Pero su respuesta fue que él estuvo en la Marina (de los Estados Unidos). No pude ocultar mi sorpresa y él me explicó la razón, escrita en las mismas siglas de la Marina, N.A.V.Y. Never Again Volunteer Yourself (Nunca Más Seas Voluntario).
Me acordé de esta tonta anécdota, tras la explicación con que los ejecutivos de Citiwatcher solventaban el tema de la invasión de privacidad que podría significar el implantarle chips a sus empleados para controlar el acceso a las distintas áreas de la empresa: los empleados partícipes en la primera etapa, lo hicieron voluntariamente.
"Tú te alistaste", le decían sus superiores a mi estudiante de español, cuando le ordenaban cualquier estupidez de las que se le ocurre a un superior; "nadie te obligó a ponerte ese chip" será la respuesta que obtendrán esos empleados, cuando, por ejemplo, no los dejen entrar en una tienda porque en 1983 abrieron un paquete de caramelos, se comieron los caramelos y dejaron el paquete entre los demás para no pagarlo.
N.A.V.Y. al parecer, será el mejor lema para los años por venir.

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