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5 de agosto de 2007

Bonds*

¿Hay que ponerle un asterisco a la marca de jonrones de Barry Bonds? Anoche, Bonds empató los 755 jonrones de Hank Aaron; es cuestión de días para que aparezca en solitario como el máximo jonronero en la historia de las Grandes Ligas. Pero esos números han sido logrados en medio de rumores y poderosas evidencias de su consumo de esteroides desde el año 98.
Un asterisco en los números de Bonds se leería algo así: Bonds es el máximo jonronero de las mayores, presumiblemente muchos de esos cuadrangulares fueron logrados con la ayuda de esteroides.
Pero el asterisco algo debería decir sobre el segundo gran culpable de que Bonds haya tomado esteroides (el primero, por supuesto, es Bonds), que no es otro que las propias Grandes Ligas. Desde que el canadiense Ben Johnson corriera de la gloria a la ignominia al dar positivo en un examen antidopaje tras ganar la medalla de oro en los 100 metros planos de Seúl'88, la lucha contra el dopaje y el uso de sustancias para aumentar los rendimientos deportivos se convirtió en un tema de interés y preocupación mundial. Sin embargo, no fue sino hasta 2002 que las Grandes Ligas prohibió el uso de esteroides, y en 2004 comenzaron a hacer pruebas y aplicar sanciones por su consumo. Es decir, cualquier marca acusatoria que se realice sobre los números de Bonds no podría incluir lo hecho desde el 2004, ya que en ese tiempo Bonds no ha dado positivo ni ha sido suspendido por esteroides, pero tampoco debería cuestionar lo realizado antes de 2002 porque entonces el béisbol estaría aplicando retroactivamente una norma.
El asterisco marcaría no tanto a Bonds sino a la desidia y la complicidad con que las Grandes Ligas trataron el tema de los esteroides y otras sustancias. No fue necesario un asterisco para cuestionar los números de Mark McGwire, seguro miembro del Salón de la Fama del béisbol hasta que la sombra de haber consumido esteroides lo cubrió por completo. Es esa misma sombra la que terminará cubriendo a Bonds, o disipándose si logra limpiar su nombre.
Pero el daño al béisbol está hecho, con o sin asterisco, porque como pocos el béisbol es un deporte de números y son los números los que están puestos en duda gracias a los esteroides y a la lentitud de las Grandes Ligas para reaccionar ante ellos.

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