Las sociedades no son reducibles a una simple expresión electoral. Por ello, la Constitución de 1999 está vigente a pesar de que alrededor del 60% de los electores no acudieron al referéndum que la aprobó. No hizo falta una asistencia masiva a ese referéndum para que la Constitución estuviera legitimada a los ojos de los venezolanos, porque fue una oferta electoral del presidente Chávez, se realizó una consulta para convocar una asamblea nacional constituyente, se votó por los asambleístas y pudimos observar sus deliberaciones hasta que presentaron el nuevo texto. ¿Hubo quejas y críticas? Sí. Pero el proceso fue más poderoso que las críticas realizadas y la aprobación del texto constitucional se convirtió casi que en un mero trámite, una formalidad.
La Reforma que votaremos el domingo no tiene ninguna de las fortalezas anteriores. Peor aún, nació en medio de secretos, atajos legales y con violaciones claras al proceso que la propia Constitución establece para su reforma. ¿Un ejemplo? El Poder Popular, tal como lo están introduciendo en la Reforma, exige un cambio de la estructura de la Constitución, pero en el artículo 342 se prohíbe expresamente que esos cambios estructurales se hagan bajo la figura de la reforma. ¿Cómo lo resolvió el Presidente y la Asamblea? Dejó al Poder Popular en el limbo, sin definición, competencias, atribuciones ni desarrollo. Y ese limbo es presentado como el gran avance, el gran beneficio.
Mientras, el país está tenso, enfrentado, en conflicto, los disturbios del día de hoy en varias ciudades auguran un clima muy difícil para llegar a las elecciones. El oficialismo acudirá a la cita más débil que nunca en el apoyo medido por encuestas, pero conserva buena parte del músculo electoral que le ha permitido ganar yaperdilacuenta elecciones seguidas. La alternativa acude con reales opciones de ganar, pero conserva dudas sobre su capacidad para transformar apoyo popular en votos. Sin embargo, la gran perdedora de las elecciones del domingo, pase lo que pase, gane quien gane, para mí será la Reforma en sí.
Porque esta Reforma no tiene lo que tuvo la Constitución del 99. Y si los consensos alcanzados no le sirvieron a la Constitución del 99 sino para durar ocho años, de surgir un mandato de reforma constitucional este domingo, será uno de los más débiles y conflictivos que haya conocido la muy larga historia venezolana de cambios constitucionales.
La Constitución no es simplemente la ley principal, también es la expresión de un pacto entre los miembros de una sociedad, es un ponerse de acuerdo entre todos sobre lo que es importante para todos, es la expresión consensuada de lo que una sociedad decide permitir, cuidar, proteger y también eliminar, prohibir, imposibilitar. Si la Constitución es hecha a espaldas de otros, si la Constitución es hecha como si fuera pensada contra un bando, contra un sector, contra una parte importante de la sociedad solo porque quien la redacta tiene una mayoría electoral, esa Constitución nace herida de muerte, y así nacería, si llega a nacer, la Constitución 2007.
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