El otro día estuve en una reunión donde había varios rumanos y el tema de conversación no fue la inmigración y sus dificultades, la vida durante el régimen de Ceausescu o qué tanto de rumana, qué tanto de alemana tiene la nueva premio Nobel de Literatura, Herta Müller. La conversación fue sobre Nadia Comaneci y eso me permitió ser parte bien activa de la conversa, mencionando cómo el primer diez de la historia de la gimnasia fue mostrado en las pantallas del gimnasio como un uno, porque las pantallas no estaban diseñadas para tener el dígito extra y hubo que esperar, en medio de la confusión general--todo el mundo sabía que Nadia no había obtenido un 1.00, pero entonces ¿cuál era su puntuación?--, a que por el audio interno explicaran que la ejecución de Comaneci en las barras asimétricas había obtenido el 10 de la perfección. Incluso, sacándole provecho a la condición de lengua romance del rumano, pude echar el viejo chiste de quién es el esposo de Nadia Comaneci--Nadie lo conoci--que entendieron a la perfección y disfrutaron como se disfruta todo chiste extremadamente gafo.
Ya han pasado más de 33 años desde el 10 de Comaneci y al parecer sigue siendo tema de conversación entre los rumanos. A los venezolanos creo ya se nos olvidó el oro del Morochito Rodríguez en las Olimpíadas del 68 y de los Héroes del 41 nadie se acuerda. Si en unos siete años vuelvo a estar en una reunión con rumanos y no hablan de Nadia Comaneci, podré concluir que el orgullo nacional comienza a caducar más o menos a los cuarenta años.
Play cumple cinco años
Hace 4 años.
2 comentarios:
Luis Alejandro, creo que no es asunto de nacionalismos o de malas memorias, no sólo los rumanos recuerden las hazañas de Nadia Comaneci, quienes lo vivimos lo recordamos como uno de los grandes momentos televisivos de nuestra infancia. El 10 de Nadia Comaneci quedó grabada en la historia de las Olimpiadas al igual que los chamos de esta generación difícilmente olvidarán a Michael Phelps. Son nombres que van mucho más allá de la hazaña de ganarse una medalla, son nombres que quedan para la historia.
Claro, la Comaneci es del imaginario de varias generaciones, pero me pregunto si ya no está cayendo en el olvido, no de los que la vieron o de los que les interesa la historia del deporte, sino de las generaciones posteriores. Y por eso me pregunto si siempre los rumanos la recordarán o allá también caerá en el olvido como al parecer han caído en el olvido nuestras figuras míticas del deporte. Muchos saludos, Adriana, gracias por pasar siempre por aquí.
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