Una pulga no puede picar a una locomotora, pero sí llenar de ronchas al maquinista... Así Libertad le explicaba a Mafalda el sentido de luchar por causas perdidas.
En un matrimonio al que asistí en estos días, parte de la familia de la novia venía del exterior. Con deferencia, el Padre que oficiaba la ceremonia preguntó por esos familiares y les dio la bienvenida al país y a la ciudad, invitándolos a recorrerla y a conocerla, eso sí, con cuidado, porque "Caracas es una ciudad... muy sui generis".
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