El lugar donde trabajo tiene fiebre electoral, todos están pendientes de candidatos y de nuevos destinos, todos están atentos a lealtades y posibles traiciones. La fiebre electoral convierte los lugares de trabajo en sitios insufribles, mi trabajo no es la excepción. Lo interesante es que en medio de esa fiebre alguien decidió utilizar las ventajas que hoy por hoy ofrecen las tecnologías de comunicación e hizo el simple pero efectivo y controversial gesto de abrir un blog para hacer denuncias y sobre todo una campaña por reivindicaciones laborales. La conmoción en el lugar donde trabajo fue inmediata. Empleados que todo el día estaban atentos al blog, conversaciones de pasillo, reuniones de alto nivel, el común abuso de aquellos para los cuales el anonimato es salvoconducto para el insulto, saboteos de empleados en exceso corporativos y por último la gran decisión, la estrategia del avestruz: prohibir el acceso al blog desde el lugar donde trabajo. Ni corto ni perezoso, la persona (o las personas, porque se reclaman un colectivo) pronto abrió un nuevo blog en otro dominio y la avestruz se dio cuenta de que tenía que ser más ambiciosa para ser efectiva. Así que por políticas de seguridad, el acceso a los dominios blogspot y blogia está cancelado en el lugar donde trabajo. Por supuesto que el individuo sigue en su campaña y así como yo acudo a mi blog antes de salir al trabajo, en la hora del almuerzo en algún cibercafé o en la noche, imagino que aquellos que quieren enterarse o contribuir con lo que se dice en el blog disidente hacen lo mismo. Pero eso no importa, no pueden acceder desde el lugar de trabajo, la institución está a salvo.
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