D: Todo se mueve hacia el mismo punto: la relación de V con W. Los avatares los recuerdan siempre juntos, en algunos casos llegan a confundirlos, y todo indica que desaparecieron al mismo tiempo. Pero una cosa es esa relación y otra el asesinato. No se puede morir en este mundo, a menos que el sueño sea morir y para eso lo único que hace falta es desconectarse, no volver a hacer login. Esa fue la respuesta que obtuve de mis consultas a la compañía de Second Life. O V miente o la compañía no quiere darme alas en mi investigación. Porque si alguien encontró la manera de deshacerse de otros avatares muchas de las promesas de este mundo se vendrían abajo. ¿Y si el sueño es precisamente ése: convertirse en un avatar asesino? Cada vez que ingreso siento algo así, como si mi avatar fuera una especie de Mr. Hyde ya no me conformo con mi investigación y asisto a lugares que nada tienen que ver con ella, lugares de desenfreno, lugares que nunca visitaría en este lado de la vida. Esas visitas comienzan a afectarme. Me pregunto quién soy y sobre todo quién he sido. Mi verdadero yo es el que su imagen veo en el espejo o el que veo moverse en la pantalla. Tal vez lo mismo le sucedió a V y quiso ponerle fin a sus dudas, le pidió a W que acabara con él y ahora W está errante por sims donde nadie lo conocía, buscando que no le exijan cuentas sobre el destino del avatar de V. Tendré que volver a confrontar a V.
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