Una pulga no puede picar a una locomotora, pero sí llenar de ronchas al maquinista... Así Libertad le explicaba a Mafalda el sentido de luchar por causas perdidas.
Como hace dos entradas estuvimos comentando acerca de la intolerancia religiosa, me parece pertinente reseñar esta noticia que permite los peores vaticinios en cuanto a lograr un mundo donde el respeto al otro realmente sea la regla.
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