Buscar en la Pulga

7 de septiembre de 2007

El Asesinato del Avatar (IV)

E: ¡Conque eso hacía mi marido en su otra vida!
D: ¿De verdad no tenía ninguna sospecha?
E: Ninguna, bueno, ya no le paraba ni a la fórmula 1 ni a los sudokus así que sabía que tenía un nuevo pasatiempo, pero como se cortaba todo cuando me veía pensé que se trataba de... usted sabe, pornografía, no que me estaba engañando.
D: No me consta que tuviera un romance. Mis investigaciones por esa vía no han avanzado mucho, de hecho, todavía no he podido sacar a mi avatar del fondo del agua.
E: Pero es peor que un romance, es bigamia, tenía otra casa, otras costumbres, otras obligaciones, otros amigos, otra...
D: No llore, por favor.
E: Bien hecho que lo hayan asesinado.
D: No diga eso, que su marido está vivito y coleando y una declaración así me pone sobreaviso.
E: Pues considérese sobreavisado, porque no sé cómo voy a reaccionar cuando V entre esta noche por esa puerta.
D: Le recomiendo que se calme, que se tome una valeriana, o mejor, pase la noche en casa de algún familiar, no cometa una locura.
E: Váyase, por favor, quiero estar sola.
D: Disculpe, hasta luego.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta excelente. Keep it up.

Saludos

Luis Alejandro Ordóñez dijo...

saludos manuel, muchas gracias.