Buscar en la Pulga

18 de septiembre de 2007

El Asesinato del Avatar (VIII)

V: Mi vida, no podemos seguir en esto, ¡háblame, por favor!
C: Te noto distraída.
E: Sí, es que mi esposo insiste en hablarme.
C: Ya se acostumbrará.
V: Esto no tiene sentido, ya te he pedido perdón de mil maneras, no sé qué hacer.
C: ¿Qué vas a hacer?
E: ¿Con mi marido?
C: Sí.
E: No lo he decidido todavía, por lo pronto, solo quiero hacerlo sufrir un poco. Me hizo mucho daño.
V: Sé que te hice daño, que esto fue distinto, pero estoy dispuesto a renunciar, de hecho ya he renunciado.
E: Quizás termine hablándole, se pone muy fastidioso, sus mea culpa son larguísimos.
C: Pero si terminas hablándole, ¿volverá a ser lo mismo?
E: No sé, no lo creo, su otra vida fue un insulto, una ofensa a su vida conmigo. Ahora quiero insultarlo, ofenderlo a través de mi vida con él, puro ojo por ojo. Después, no sé, no creo que quedar iguales sirva para volver a empezar.
V: Si querías que estuviéramos iguales, estamos iguales, olvidemos el pasado.
C: Y nuestros encuentros, ¿cómo quedarían?
E: ¿A qué te refieres?
C: Si termina tu venganza, ¿terminará nuestro chateo?
V: Botemos la computadora, divirtámonos juntos, inscribámonos en un club y juguemos tenis, jugemos stop, cualquier cosa pero juntos.
C: Porque quiero dar el paso, quiero traspasar la barrera.
E: Pero ya la traspasamos.
C: No me refiero al sexo virtual.
V: Háblame, por favor, no lo soporto.
C: Me refiero a caminar juntos tomados de la mano.
E: Yo fui clara, comencé a chatear contigo para vengarme de mi marido.
C: Y yo estoy siendo claro ahora: quiero más.
V: Quiero que todo vuelva a ser como antes.
E: ¡Ah! ¡Cómo te atreves a desconectarme! ¿Qué haces? ¿Te volviste loco? ¡La computadora! ¡Cuidado! La destruiste.
V: Voy por lápices y papel. Si te fastidia el stop podemos jugar al ahorcado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

JA JA JA... está buenísimo!

Luis Alejandro Ordóñez dijo...

Hla Ruth, qué bueno que te esté gustando. Saludos