Se tiende a meter a todo abstencionista en el mismo saco, pero como existen cientos de razones para no ir a votar, hay una gama importante de tipos de abstencionismos. He aquí algunos:
La abstención invisible: es aquella que ni siquiera se reseña en los números electorales, porque la conforman las personas que nunca se inscribieron en los registros que permiten ejercer el voto. Se puede tener un aproximado de ella comparando el registro electoral con el censo de una nación.
La abstención estructural: es la formada por las personas que nunca acuden a votar a pesar de estar registradas para hacerlo; no votan nunca porque le han dado la espalda al proceso político del país, la política no es con ellos, así de simple. A este abstencionista el mensaje político de cualquier tipo muy probablemente ni siquiera le llegue.
La abstención electoral: suena a mal oxímoron, pero es la que resulta de no asistir a votar porque las opciones en juego no agradan. Es una abstención completamente normal y podría ser explicada con una especie de economía de la conducta: si no me gusta ninguna de las ofertas, ¿por qué voy a ir a votar?
La abstención militante: es aquella conformada por individuos que pretenden dar un mensaje con su no asistencia a las urnas. Es una abstención muy comprometida, que espera con ansias el resultado electoral pues busca que los números de votación sean tan bajos que los mandatos producto de esos números se desmoronen como un castillo de naipes. El abstencionista militante espera que su abstención deslegitime al sistema, pero con la paradoja que necesita que el sistema sea muy fuerte, pues es la autoridad del número electoral el que permitiría la deslegitimación. El abstencionista militante es muy moralista, juzga muy duro a cualquier otro abstencionista, en especial al estructural.
La abstención desencantada: es la que se produce por desconfianza en el sistema electoral, son los que creen que su voto va a ser robado, desvirtuado, reubicado, en fin, que el resultado electoral nunca es fiel reflejo del voto emitido por los ciudadanos. No confundir con los que creen que votar no sirve, esos suelen ser abstencionistas estructurales; el abstencionista desencantado cree fervientemente en el poder del voto, pero la certeza de que su voto será parte de un fraude lo aleja de la elección. También suele ser confundido con un abstencionista militante, pero el desencantado incluso cuestiona la fuerza de los números de inasistentes al acto electoral porque esos números serán igualmente manipulados.
Play cumple cinco años
Hace 4 años.
2 comentarios:
Hola, llegue de casualidad a tu blog, es que me llamo la atencion el nombre, soy Argentina y de pequeña lei mucho a mafalda, Libertad era mi personaje favorito. Lei tu esta nota acerca de la Abstencion la cual, en momento como este que pasa Argentina (en pocos dias mas elecciones presidenciales) es tan pero tan cercano!!! gracias por ser tan claro.
Un saludo desde el sur
Guadalupe
Gracias a ti por tu comentario. En Venezuela estamos en lo mismo frente al próximo referéndum, en la eterna discusión de un sector de si vale la pena ir a votar o no. Un gran saludo
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