Una pulga no puede picar a una locomotora, pero sí llenar de ronchas al maquinista... Así Libertad le explicaba a Mafalda el sentido de luchar por causas perdidas.
El espíritu, el talante, el impulso de los grandes narradores, lo expresa bellamente Orham Pamuk en la última frase de la novela Me llamo Rojo: ...no hay mentira a la que no sea capaz de recurrir con tal de que la historia sea hermosa y nos la creamos.
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