Tenemos años escuchando retórica guerrerista llena de amenazas mientras los arsenales y poder de fuego del país se abultaban injustificadamente. Era cuestión de tiempo que se encontrara una excusa para la movilización militar, una excusa que a la mitad del país le parece burda, a la otra completamente válida. El país está más dividido que nunca y este conflicto acrecienta las grietas. No sé qué pase con Colombia o con Ecuador, pero en Venezuela desde este domingo tenemos nuevamente dos bandos irreconciliables, porque nos estamos disputando el significado de la patria, su defensa y su soberanía.
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