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26 de marzo de 2008

Las inhabilitaciones como estrategia

En tiempos de precampaña electoral, la lista de inhabilitados para ocupar cargos públicos que el Contralor General de la República le entregó al Consejo Nacional Electoral se ha convertido en el gran asunto a resolver para varios aspirantes, algunos con claro chance de victoria, por lo cual podemos preguntarnos si el Contralor, tan criticado por su vista gorda ante muchísimos casos de abuso del patrimonio público y tan expedito en estos, es parte de una estrategia del oficialismo para limpiar el camino hacia la victoria en las elecciones de noviembre.
Pienso que la estrategia no apunta necesariamente a nombres propios. No se está buscando detener a tal o cual en su ascenso hacia nuevos destinos de representación. Porque si se miran los efectos de las inhabilitaciones por los nombres propios, uno se encuentra casos como el de Leopoldo López, donde en efecto se estaría sacando del juego al candidato con más chance de la oposición a la Alcaldía Metropolitana. Pero también se tiene el caso de Enrique Mendoza, que de quedar inhabilitado más bien ayudaría a la oposición a encontrar un candidato unitario para Miranda sin enfrentar lo desgastante que podría ser decidir entre Mendoza y Henrique Capriles. En los municipios Baruta y Chacao, saldrían del juego David Uzcátegui y Shully Rosenthal respectivamente, dejando el escenario solo con eso: un candidato menos en cada caso pero con tal diversidad de aspirantes y con posibilidades reales de triunfo incluso sin lograrse la unidad opositora, que las inhabilitaciones resultan casi anecdóticas en el panorama pre electoral de esos municipios. En el municipio Sucre pudiera ser el mismo caso con Óscar Pérez, cuya inhabilitación solo quita un nombre en la mesa de negociaciones por un frente unitario, pero con la diferencia de que la oposición no suele manejar bien las posturas y estrategias de Pérez y su organización Comando de la Resistencia, por lo que pudiera haber un cambio cualitativo importante en esa mesa.
Por ese panorama tan distinto y tan confuso es que pienso que la estrategia del oficialismo con las inhabilitaciones busca dos objetivos: Propiciar un mayor canibalismo en la lucha pre electoral de la oposición y disuadir a potenciales electores de la oposición a abstenerse en noviembre. Lo segundo, bajo la idea de que si el candidato que apoyo y me gusta no participa pierdo interés en votar. Lo primero, buscando que los factores opositores se ataquen entre sí por apoyar o no a los precandidatos inhabilitados, a tal punto que eso incida negativamente en los logros de acuerdos unitarios en las elecciones regionales.
Falta todavía tiempo para saber si las inhabilitaciones incidirán en la intención de voto, pero ya se está viendo canibalismo en la oposición debido al dilema entre apoyar o no a aspirantes inhabilitados. Hablaré de eso en la próxima entrada.

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