Terminó de escribir y guardó el texto. Imprimió una copia y una vez más la leyó; sí, estaba listo. Puso la copia impresa alrededor de la pantalla y pulso el icono Play de su WebCam. Leyó con voz serena y calma. Al finalizar, guardó el archivo y lo colgó en su blog. El mensaje automático se envió, avisando sobre una nueva actualización de la bitácora. Luis, editor, discípulo, amigo, entró en el blog en algún momento del fin de semana y se sintió perturbado por la historia, un video sobre una mujer desesperada al borde del suicidio. Pero más allá de su dureza, no hubo razones para pensar que el post de Miyó pasaría de ser uno más de miles y millones de contenidos que día a día se cuelgan en la red, casi todos destinados al olvido o al anonimato y Miyó bien lo sabe.
Miyó tenía todo listo: sus cartas, sus mensajes, sus testamentos, todas sus despedidas; por eso hasta se dio el lujo de pasar la tarde conversando con los vecinos. Ya en su casa, en algún momento de la noche ingirió los Ribotril, llenó la bañera de agua caliente y se metió en ella para no salir.
Luis recibió la noticia a través de un mensaje de texto y ahí mismo escribió la nota para su propio blog donde daba la noticia enlazando a la última entrada de Miyó. Decenas de páginas hicieron lo mismo que él. La decisión, que así se llamaba el video, de pronto se asomó imperdible. Millones de visitas convirtieron la entrada en un fenómeno y a la webscritora en una celebridad.
Play cumple cinco años
Hace 4 años.
2 comentarios:
No quiero ni saber que va a pasar con Miyó 3.0 espero que sea antes del 5 de julio.
El espero lo digo por asuntos de tiempo.
Es decir los venezolanos pasamos unos tres o cuatro días comentando los desfiles de nuestro Gran Gurú y quizá no haya tiempo para leer Miyó 3.0 Lo que sería una gran pérdida, por supuesto.
Vaya un saludo.
Jajaja gracias, qué bueno que hayas disfrutado de esta recreación en tiempos interconectados de la historia de Miyó. No sé si haya Miyó 3.0, tal vez una recreación en medio de una red social. Un gran saludo
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