Tratas de mantenerte fuera del círculo, porque después de todo no te imaginas necesitando un celular, quién te va a llamar, qué llamada necesitarás realizar que un teléfono público no pueda resolver. Pero cuando al fin necesitas hacer esa llamada te das cuenta de que los teléfonos públicos son una especie en extinción, cortesía de las mismas compañías que te ofrecen celulares con la promesa de tener el plan que se ajusta más a tu medida. Y mientras más sudas hasta poder hacer la llamada que ya parecía imposible, la amenaza futura se vuelve más concreta: ¿qué tal si te encuentras en la misma situación en un futuro próximo? ¿Qué tal si la próxima vez es todavía más difícil? Pronto, estás buscando ese plan a tu medida y tu celular recién comprado no se vuelve un fetiche, un alarde de poder o un accesorio indispensable de tu modo de ser, tu celular recién comprado hace simplemente que te vuelvas a sentir ciudadano.
2 comentarios:
Sí... ser ciudadano es cada día más caro.
Abrazo.
Así es, terrible verdad. Un gran saludo
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