Quizá por aquello de que el traje hace al hombre, la obsesión por vestir al presidente Obama se inició desde la campaña. Pero esa preocupación, aunque metafórica muy política, se debe en mucho a que a pesar de que ya alcanzó el máximo peldaño de la política estadounidense, Obama sigue siendo en muchos sentidos un desconocido, sobre todo por el factor tiempo, ya que su ascenso fue meteórico desde que le dieron palestra en la convención demócrata de 2004. La retórica del cambio también ayuda y muchos se preguntan si Obama se viste de socialista, de proteccionista, de halcón con voz de canario o de más de lo mismo. Como nadie está seguro de qué es lo que va a cambiar Obama, alguien le recomendó no cambiar su peinado, por lo menos no por ciertos estilos. Mientras, en The Unemployed Philosophers Guild insisten en un cambio en el que sí se puede creer, el de ropa. Yo no pude resistirme y ahora tengo a Obama desnudo en mi nevera, esperando que le ponga el mejor traje para cada ocasión, como puedes ver en el video:
Play cumple cinco años
Hace 4 años.
1 comentario:
El hombre tiene tanta carga de expectativas sobre sus hombros que más bien lo vestí de bermudas, con lentes de sol y una cervecita, para que se recuerde de sus tiempos en Hawaii. Muchos saludos
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