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17 de marzo de 2009

Yo también hubiera pitado

Mucho se ha discutido sobre el gesto de los fanáticos venezolanos que pitaron por razones políticas a Magglio Ordóñez en el juego Venezuela-Holanda del sábado. Ayer, en el Venezuela-Puerto Rico, las pitas fueron acompañadas con aplausos y apoyo para el jugador. El asunto ha sido noticia incluso para la prensa enfocada solo en el deporte, como lo muestra la reseña de los abucheos y vítores de ayer que hizo Sports Illustrated. El punto más común de los que apoyan los abucheos: es chavista y por eso lo pito, pero también que es muy fácil ser chavista socialista, apoyar al régimen y con ello su política de expropiaciones y su control cambiario, por ejemplo, pero haciéndolo con un contrato de millones de dólares como salvaguarda. El punto más común de los que rechazan el abucheo: no se debe mezclar deporte y política, junto a que todo el mundo tiene derecho de expresar su posición política.
Yo, como digo en el título, también hubiera pitado a Magglio por dos razones: la primera, quien mezcló primero el deporte con la política fue él al prestar su imagen para una campaña electoral; por si fuera poco, una campaña tan controversial como la de la reforma constitucional de hace un mes. Magglio no apareció en esos comerciales como un ciudadano más, como expresión de Juan Bimba, él apareció como la figura que es, intentando que su presencia persuadiera a muchos de votar por la reforma. Ahora, Magglio pretende que solo lo veamos como pelotero, no como activista de campaña. Si Magglio o cualquier atleta hiciera un comercial de abrigos de piel y los activistas de los derechos de los animales lo abuchearan y lo boicotearan, no nos sorprendería y no serían pocos los que sentenciarían Magglio se lo buscó.
La segunda razón por la que sí hubiera pitado, es que Venezuela es un país políticamente dividido desde hace ya unos cuantos años, por lo que todo aquel que decide dar el salto a la política sabe muy bien en lo que se está metiendo: será héroe para un lado, villano para el otro. Magglio, en sus declaraciones tras el juego del sábado, dijo que sabía que algo así pasaría. Lo sabía no antes de viajar a Miami o a Toronto para el Clásico Mundial, lo sabía cuando decidió participar en la campaña electoral mencionada. Ahora que no pretenda morir a sombrerazos.

2 comentarios:

Jesus Torrivilla dijo...

Yo mil veces lo hubiese pitado. Su actitud fue y es nauseabunda, deplorable. En la selección venezolana hay otros peloteros chavistas ¿por qué a ellos no los abuchean?

Luis Alejandro Ordóñez dijo...

Das en el clavo: a los otros peloteros no los pitaron porque lo de ellos es el derecho al que renunció Magglio: el de tener la posición política que quieran. En el momento en que Magglio prestó su imagen con fines persuasivos y proselitistas para un proyecto político específico no puede reclamar que respeten su derecho a tener la posición política que quiera porque lo suyo no es simplemente una toma de posición política, lo suyo va más allá, él se volvió un actor político. Por eso a él es al único que pitan.