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29 de abril de 2009

Mea culpa

Desde que estoy manejando en Chicago, he podido comprobar que la luz intermitente del carro sí sirve para pedir paso. Yo no solo estaba seguro de que la luz intermitente no servía para pedir paso sino que era un error creerlo. Para mí, la luz intermitente era una especie de declaración de intenciones y quedaba en completa potestad de uno modificar velocidad o dirección si otro carro ponía la luz intermitente. Si por las calles de Caracas me encontraba con alguien que ponía la luz de cruce para cambiarse de canal o entrar en una intersección, mi reacción era no hacer nada y para mis adentros me decía "hazlo si puedes". A veces la persona podía, las más de las veces no, en una especie de guerra del todos contra todos que se repetía--se repite--tantas veces como conductores piensan igual a como yo pensaba.
Pero acá, cuando se pone la luz de cruce la reacción general es darle la iniciativa de manejo al vehículo que puso la luz. Así, si uno se va a cambiar de canal, de inmediato se encuentra espacio y tiempo de maniobra para hacerlo.
Claro que hay gente que no cede su iniciativa al ver una luz intermitente, así como en Caracas había alguna gente que sí la cedía, pero debo aceptar que manejar con las proporciones exactamente a la inversa es mucho más cómodo y seguro.

2 comentarios:

Daniel Mora-Brito dijo...

Prácticas del mundo desarrollado que, aunque nimias, ¡cómo hacen la diferencia!

Luis Alejandro Ordóñez dijo...

Ciertamente. Son las pequeñas diferencias de Vincent Vega. Muchos saludos