Por un asunto de permisos editoriales, la selección de poemas para el libro de lectura del segundo grado quedó incompleta. Y como por arte de magia, magia negra de las decisiones de escritorio, tengo a cargo escribir un poema para el libro de lectura del segundo grado. Como viejo planificador, busco las listas de vocabulario del segundo grado, los objetivos de unidad y el contenido de la lección para encontrar en tablas de excel y cuadros algo que a falta de nombre más apropiado llamo inspiración. Veo el borde del cubículo esperando que de ahí comiencen a caer tropos y versos. Falta una hora para el fin de la jornada. Al marcar tarjeta espero que las metáforas y los símiles salgan de mi cabeza, porque en RR.HH. no piensan reconocerme las horas extra.
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