Extrañas categorías e instrumentos de análisis político

En los últimos diez años en Venezuela, dado lo complicado y emotivo que ha sido el panorama político, hemos desarrollado varias categorías e instrumentos de análisis político que bien vale la pena repasar:

• El carómetro: al ver la expresión de un político en televisión dando información electoral, intentamos leer en la euforía o en la sobriedad del rostro las entrelíneas que delatarían el verdadero resultado. Suele ser aplicada con mayor frecuencia para leer resultados negativos en anuncios de victoria. Eficacia: muy poca, pero la persona que se equivoca en su lectura del carómetro invariablemente atribuye el error en su apreciación a un indiscutible fraude electoral.
• El celebrómetro: muy relacionado con el anterior. La limpieza de un resultado electoral es determinada a través de lo ruidosa que se considera la celebración del ganador. "Por mi casa yo no escuché ni un solo cohetón" suele ser el tipo de análisis que produce el celebrómetro. Eficacia: muy poca, pero la persona que se equivoca en su lectura del celebrómetro atribuye el error en su apreciación a un indiscutible fraude electoral.
• El autobusómetro: de la cantidad de autobuses utilizados para movilizar a los afectos a un evento político, se establece el inverso del apoyo a la causa por la que se convocó el evento. Así, a mayor cantidad de autobuses, menos apoyo; a menor cantidad, más apoyo a la causa. Eficacia: muy poca, pero quien aplica el autobusómetro ha ido pasando de la certeza del fraude electoral a una especie de estado nostálgico: "¿qué pasó con toda esa gente que marchó?" suele ser el tipo de análisis que produce el autobusómetro.
• El marchómetro: muy parecido al anterior. Se aplica cuando se comparan las extensiones de dos marchas de movimientos políticos rivales. Muy utilizado cuando las marchas coinciden en fecha, o cuando con pocos días de diferencia coinciden en ruta. Suele necesitar de imágenes televisivas para poder aplicarse. Eficacia: muy poca, el que aplica el marchómetro suele atribuir las imágenes que desmienten su análisis a un truco de cámara.