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30 de mayo de 2009

Su Alteza no debate

Es ya un modus operandi en Venezuela: sea el Presidente o sea uno de sus funcionarios, retan a los adversarios a debatir, aquí y ahora, sin que se puedan discutir o concertar condiciones, pero luego de aceptado el debate se aclara que el Presidente o el funcionario de turno no participa sino que simplemente cede el espacio. Así, el debate no es para reconocer a un rival en igualdad de condiciones sino para establecer exactamente lo contrario, que se está por encima del rival.
El ministro de Educación lo hizo así, poniéndose por encima de la rectora de la UCV al intentar que ella debatiera no con el ministro sino con un estudiante escogido por él. La Rectora hizo bien en levantarse de la mesatrampa que le tendieron.
Ahora, el Presidente quiere hacer lo mismo, él pretende erigirse en una especie de César que ve matar y morir por él, él llama a debate no para discutir sus ideas en igualdad de condiciones sino para decir cuál idea para él resultó ganadora. ¿Alguien duda cuál será su veredicto?
Pero esta vez la cosa no le salió bien, porque su llamado fue ambiguo, pareció que él quería debatir y cuando le aceptaron la invitación tuvo que hacer un giro de discurso absurdo para poder poner él las condiciones, las que le convienen a él y que le permitirán ganar, ganar siempre porque no puede darse el lujo de perder, su Alteza es infalible, tenemos que recordar eso.
Si Vargas Llosa y el resto no van a Miraflores, el Presidente montará un show llamándolos de cobardes para abajo. Y si van, montará un show erigiéndose como el árbitro, el reyezuelo que se divierte con sus bufones. Pero el show esta vez pretenderá tapar su derrota: quedó en evidencia, su debate lo único que pretende es erigirlo a él Emperador y si no sirve para ello no se lleva a cabo.

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