De las amenazas de Jorge Rodríguez, actual alcalde de Libertador, al periodista Nelson Bocaranda, hay dos cosas que destacar: La primera, quien menciona que sus hijos van a la piscina pública de La Castellana llevados por el colegio es el propio Rodríguez y no Bocaranda, pues lo que dice el texto que despertó la ira paternal del alcalde es que él estaría tramitando su residencia en el municipio Chacao para poder llevar a sus hijos a la piscina. Así, quien estaría poniendo en peligro a los niños al revelar que ellos ya están yendo a ese lugar es el mismísimo Rodríguez. Por cierto, que el alcalde de Libertador esté tramitando su residencia en el municipio vecino es un hecho que deja sin cuidado al funcionario que debe trabajar por y garantizar la calidad de vida de los habitantes de Libertador, porque Rodríguez ni se molesta en desmentir ese hecho, sólo amenaza a Bocaranda por lo que puede pasarle a sus hijos por el conocimiento de la información que él mismo develó.
Lo segundo y más importante es que según uno de los funcionarios más poderosos del régimen como lo es Rodríguez, ex Vicepresidente de la República, ex Presidente del Consejo Nacional Electoral y ex jefe de campaña del presidente Chávez en el proceso electoral que le permitirá al Presidente optar por la reelección hasta que el cuerpo aguante, la sola mención de un lugar a donde van sus hijos los pone en peligro inminente. Interesante que esto le suceda a los familiares de un miembro de la oligarquía revolucionaria, tan dada a llenarse de guardaespaldas, escoltas y caravanas de protección. Rodríguez habla de una supuesta futura acción criminal de los cómplices de Bocaranda, eufemismo para llamar a los lectores del columnista, porque de haber un plan para atentar contra los hijos del funcionario, las páginas de un periódico luce un lugar estratégicamente muy malo para que los participantes de la componenda se comuniquen. Lo que teme Rodríguez es que algún ciudadano le diga o le haga a sus hijos lo que quisieran decirle o hacerle a su padre y por eso su impotencia al ver que con la información que publicó el periodista, a pesar de todo el poder que tiene se le cierra otro lugar a sus hijos.
Ese es el legado del régimen de Chávez del cual Rodríguez es uno de sus principales arquitectos. Por un lado, una parte de la población no puede ejercer sus derechos porque son tratados como enemigos públicos a punta de bombas lacrimógenas y represión desproporcionada. Por el otro, los poderosos se tienen que aislar más y más, amparados solo en aquella represión y en sus amenazas, pero cada día más temerosos de sus ciudadanos.
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